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¿Han oído alguna vez sobre los arquetipos? Bueno, en psicología hay muchos  tipos de arquetipos y hoy, cuando ya sé de que se trata, puedo afirmar que llevo uno de ellos impregnado en la piel de manera permanente sin necesidad de plantearlo o planificarlo.

Lamáscara, no es difícil tener una idea de a qué se refiere aquello, digo, es la hipocresía encarnada. A veces me preguntó qué pensaría la gente si supiera que les miento de una manera tan descarada, ¿Dejarían de hablarme? Quizá la indiferencia pueda ser mucho más grande a la que me someto día a día.

No pasó mucho para cuando suspiré decidido. No quería mi desayuno o al menos la simple idea de tenerlo en mi mochila me daba la simple tentación a abrirlo y comer un poco.

En el basurero más cercano lo tiré sin ningún remordimiento.

FinPOVRuki.

Mantuvo un paso tranquilo, al punto en el que pareciera un escolar normal caminando hasta el instituto. Se distraía con cosas pequeñas, así como imaginaba otras que posiblemente nunca ocurrirían ¿Qué se sentiría nadar? ¿Qué reacción causaría su prematura muerte? ¿Alguien lo notaría? ¿Podría algún día ser feliz? Esos y otras divagaciones pasaban fugazmente por su mente. Casi no pudo darse cuenta cuando, por su camino, se atravesó alguien, interrumpiendo su ida, y peor aun, provocando que se desequilibrara y como consecuencia cayera al suelo.

—Joder, ten más maldito cuidado. —Exclamó desde el suelo algo adolorido, no era grato dar contra el piso.

—Yo lo siento mucho, de verdad no ha sido mi intención —Una voz baja y aguda se disculpaba reiteradas veces, al punto en el que lograba hacer que el de castaños se molestara aun más.

—Ya deja de disculparte y ayúdame a levantarme, me he dado en la pierna.

La muchacha de cabello largo y flequillo recto asintió nerviosa, como si no se le hubiera ocurrido ayudarle por propia cuenta.

—¡Sí! De verdad lo siento. —Torpemente se abalanzó sobre el joven y dudó un poco antes de tomar su mano para así ayudarle a levantarse.

Takanori tomó su mano con cierto desgano y se levantó poniendo una mueca incómoda. Apenas tuvo ambos pies fijos en el suelo separó su mano de la contraria y suspiró.

—Eres una torpe.
—Sí, de verdad perdón. —Bajó la mitad de su cuerpo en una reverencia pronunciada—. Me llamo Kaoru Yamada.

—Takanori Matsumoto... —Hizo una pausa y le mira—. Puedes llamarme Ruki.

La chica volvió a su posición inicial y admiró al castaño con curiosidad, tenía una apariencia curiosa y hasta utilizaba el maquillaje con mayor prodigiosidad a como ella lo hacía.

—¿Nunca has visto a nadie fumar? —Preguntó de manera seca y antipática con una ceja alzada, sólo entonces Kaoru se dio cuenta de que su nuevo conocido había sacado un cigarrillo, y peor aun, quizá se le había quedado mirando como una idiota por tanto tiempo que lo había notado. Se sonrojó por aquello y negó bajando la cabeza.

—¿Puedo acompañarle, Matsumoto-san? —Preguntó ciertamente cohibida y bajando el rostro por instinto.

—Si quieres —Murmura y se encoje de hombros, restándole importancia al asunto y sólo cuando ve a la chica sacar un cigarro parece sorprenderse—. ¿Fumas? ¿Hablas en serio?

—¿Tiene algún problema? —Pregunta con una sonrisa tranquila y pareció ganar un poco de confianza con el castaño que, si bien no mentía, le parecía un poco intimidante en un comienzo—. Algunas chicas también lo hacemos. 

—Así veo. —Asiente con lentitud, como si estuviera procesando el repentino cambio de actitud que estaba teniendo su compañera—. De todos modos, un cigarrillo antes de clases.. No mata a nadie ¿No? 

Kaoru pareció sonreir con cierta nostalgia. Dio una calada a su cigarrillo y suspiró.

—Deberíamos entrar ya —Murmura acomodando su cabello, dejándolo caer con libertad sobre uno de sus hombros, este se balanceaba sobre su cintura. 

Kaoru era una chica bastante sencilla, su cabello era largo, liso y negro acompañado con flequillo recto. Su piel era puramente blanca, aunque no era alta era llamativa, incluso usando el estúpido uniforme del que todos eran prisioneros. Ruki pudo divisar que en el bolso de la chica lucía un parche con el logo de Sex pistols e incluso, al ver con mayor atención pudo ver que en su muñeca, por más está decir que adornada de hilos rojos sobre sus venas, había una cadena que tenía el candado de Sid Vicious. 

—¿Te quedarás ahí parado? No nos dejarán entrar. —Volvió a hablar en un tono bajo, con una pequeña sonrisa antes de comenzar a caminar. 

—Ya voy... Ya voy. 

Takanori no era de esas personas que solían jugar con el destino, pero estaba seguro de que Kaoru marcaría una diferencia... Por ahora no quería saber cual.

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⏰ Última actualización: Nov 09, 2014 ⏰

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