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Narrador 

Kyungsoo se encontraba sentado en la sala de la enorme mansión, llena de lujos en la que vivía, la soledad lo carcomía, por dentro todo esto lo desgastaba su rutina diaria era:
levantarse, desayunar, arreglarse con mucha paciencia, adornar su hermoso cuerpo palido con joyería fina y cara, para sentarse en el gran sillón que daba una buena vista a la ventana en donde apreciaba el día acabar.

Un pequeño rayo de sol daba directo a su mano derecha, su dedo anular daba un destelló, el anillo hecho a la medida para el, que significaba la unión con Kim Jongin, su esposo.

Ya saben, matrimonio arreglado por empresas enormes, colosales como Kim's y Do's, la unión de sus hijos para hacerse una enorme compañía "Kim&Do" la empresa con más ingresos en toda Corea del Sur.

Debía tener un jefe, alguien que colocara en la cima la empresa y el indicado fue Jongin al haber culminado su carrera en administración de empresas, como su maestría en finanzas, al contrario Kyungsoo había seguido lo que le apasionaba danza contemporánea, por ende fue descartado cuando se eligió a la cabecilla de la empresa.

Mientras Jongin seguramente se acostaba con las secretarías o empleadas en general de toda la empresa, el se quedaba en casa viendo otro día más acabar como los anteriores, un gran suspiro salio de su boca, miró el reloj en la pared y supo que en 5 minutos llegaría su esposo con olor a cualquier mujer o chupetones, que claramente él no los hacía por que es fácil, Jongin repugnaba a Kyungsoo lo odiaba por algún motivo que el pequeño de labios acorazonados ignoraba.

Se quedó viendo la gran foto que estaba en la sala, la boda de ambos, una enorme foto que fue puesta allí, ambos compartiendo su primer beso como esposos, Jongin sostenía su cintura, mientras Kyungsoo apoyaba sus manos en el pecho del mayor, principalmente esta gran foto fue colocada para aparentar frente a sus invitados el supuesto "matrimonio perfecto", Kyungsoo ya harto, agotado y asqueado de esa vida, había estado pensando en pedir el divorcio salir del país poder dejar todo atrás, buscar su pasión y felicidad.

La puerta sonó pero Kyungsoo, no se movió ni un centimetro, sabía que a Jongin le importaba una mierda que ese día cumplieran 5 años de matrimonio, pero mayor fue su sorpresa cuando lo vio con un ramo de flores acercarse a él dejando un casto beso en sus labios, el alto estiró el ramo de flores, el menor las cogió con suma delicadeza, ladeo su cabeza mirando a su esposo a los ojos buscando posibles respuestas a su actitud, pero no la encontró, iba a preguntar pero el alto respondió antes de que saliera una palabra de su boca.

-Tú madre estuvo en mi oficina hoy, hablaste con ella sobre que pedirás el divorcio Kim Kyungsoo, te digo que eso no pasara. Quieras o no estas atado a mi así que no pienses estupideces, lo único que debes hacer es ser un puto objeto en la cama y un adorno en mi vida, nada más que eso y ¿quieres el divorcio? tu realmente eres estúpido.-

El pequeño se encogió suspirando, supo que había cometido un error al contárselo a su madre y que el alto estaba ebrio por su aliento.

-Jongin, yo no soy un objeto ni mucho menos un adorno,  quiero vivir una vida, quiero un esposo que me ame, que me haga el amor todas las noches, que me diga lo hermoso que me veo y tu no eres nada de eso, solo me das cumplidos cuando hay invitados en este circo de payasos llamado hogar, haciendo nuestro número principal de "matrimonio perfecto" yo no seguiré con esta farsa, si no me haces feliz me iré Kim JongIn, ya no quiero esta farsa, te acuestas con otras mujeres, vienes a la madrugada apestando a perfumes baratos, me has levantado la mano ¿Crees que mi madre te seguiría viendo como el perfecto yerno que aparentas ser? Se lo diré a mi pa-

 Un golpe en la mejilla del pequeño resonó por toda la sala, coloco su mano en la misma, su rostro se torno rojo inmediatamente por el enojo, esa había sido la gota que derramó el vaso, fue el tope de todo, se levanto tirando las rosas con notoria rabia hacia el suelo y pisándolas con tanta rabia, el anillo de matrimonio que descansaba en su dedo anular voló al rostro del alto.

-Se acabó Kim Jongin, se acabó pediré el divorcio mañana a primera hora.

El mayor gruño echando su cabeza hacia atrás, pensando y sabiendo que el mimado exigía su cuento de hadas, y si no lo hacia pediría el  divorcio, no podía permitir que el mocoso se llevara la mitad de su empresa cuando lo único que había hecho era ser un mantenido.

Los pensamientos de Jongin no le permitieron escuchar mas halla de como el menor lo maldecía mientras subía las escaleras, volviendo a poner los pies en la tierra, cuando la  puerta del menor resonó al ser azotada.

El alto recogió la argolla de su esposo, sabiendo cual era su plan y como debía comenzar, apenas saliera el sol, debería fingir.



Remasterizado.

Solo pido felicidad ¿es mucho? [KaiDi]Donde viven las historias. Descúbrelo ahora