Francis Yelanova, un chico con el defecto de ser antisocial, Nerd y completamente sumergido en el mundo de internet. Con la habilidad de ser inteligente, amoroso y comprensivo con su madre y en ocasiones muy gracioso.
El muere un día por ser chocado...
Al día siguiente me encontraba recostado en mi escritorio. Luego de la demostración a Natasha ella tuvo reacciones diferentes, una de miedo que ocultó muy bien, y otra de curiosidad. Que la verdad no me dejaba ninguna esperanza.
Soy un buen Sensor, y puedo sentir los sentimientos de las personas, claro que no utilizo esta habilidad demasiado para divertirme más con los humanos, pero, es Black Widow, necesitaba saber si tenía una oportunidad con ella o no. Sin embargo, no fueron los mejores resultados. Cómo un cincuenta cincuenta. Más o menos.
Claro que me había visto destruir alrededor de 100 metros a la redonda, digo, es normal que no me ame a primera vista. Pero me desesperaba demasiado, es la mujer más sexy del chingado planeta, tiene que ser mía. Y no es una opción.
Pero regresando a la actualidad. Estaba relajando mi cuerpo mientras trato de olvidar que en unos segundos Natasha estará aquí, y si recuerdo eso, también recuerdo que hay tantas probabilidades de gustarle cómo de no gustarle. En realidad que es frustrante.
Vestía de forma más casual, cómo era mi día libre... Libre entre muchas comillas, porqué Natasha tomará mi lugar, pero es algo parecido a un día libre. Continuando con el tema, era mi día libre, así que quería pasar desapercibido, ya saben, lucir de forma que no parezca un empresario, o un recién salido de un entierro.
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Además, ahora esperaba que Natasha llegase a trabajar. Estaba muy emocionado por poder acostarme con la jugosa Black Widow, pero también quiero disfrutar un par de días fuera de esta oficina, era una oficina muy divertida, pero, ¿Que empresario no quiere ser cómo Tony Stark?, o ser libre mejor dicho.
Además, ya me aburrí de Clash Royale, no me malinterpreten, es sólo que mis sentidos súper desarrollados hacen ver el juego demasiado lento, y con la mente de Madara... Pienso en mil planes para poder vencer al enemigo. Literalmente no he pedido ni una vez.
De hecho, ahora estaba pensando en alguna manera para poder divertirme. Un juego, tal vez un viaje. Aunque ahora que lo pienso, ¿Si voy a un viaje, Natasha va conmigo?, en realidad me urge leer el contrato.
Estaba en mi escritorio pensando cuando fui interrumpido por Natasha, que cruzó la puerta sin algún toque o aviso, cosa que me extrañó un poco. Yo la ví entrar y caminar con elegancia por la oficina, sin la menor idea de que yo la estaba viendo.
Madara:-... Buenos días a usted también agente Romanoff-dije con un tono de burla ante la mirada desconcertada que ella me dio.
Natasha:-¿. . .Qué hace aquí?-preguntó con algo de extrañes en sus palabras mientras fruncía una de sus delicadas cejas.
Admito que era raro que teniendo a una asistente disponible yo personalmente venga a la oficina, pues podía estar haciendo cualquier cosa ahora. Claro que yo la esperaba a ella, tenía que asegurarme de que ella llegase al trabajo a hacer el papeleo, o quedarme en caso de que no. Pero la mayoría de las personas no hacían eso. Supongo que de ahí su desconcierto.
