La Caída Del Patriarca Yingling

No te lamentes

CAPÍTULO 1:

Grita desde lo más profundo de tu corazón, 

lamenta la pérdida de todos aquellos 

que alguna vez te amaron. 

Solo una vez más. El mundo había dejado de tener su brillo ideal, todo se convirtió en sombras vivas que lo arrastraban cada vez más abajo, susurrantes voces seductoras lo invitaban a caer más y más profundo.

Ya no existía la fina línea de la cordura que le impedía perder el control, su ancla de la realidad se había quebrado como una hoja. Su voluntad se marchitó y lo dejó totalmente expuesto a la energía resentida que se había albergado en su ser. Nublando su juicio y quitándole poco a poco la cordura.

A-Xian. 

Los ojos se Wei WuXian se abrieron automáticamente ante la voz, podría reconocerla en todos los lugares posibles. Conocía todas las entonaciones por como lo llamaba como la palma de su mano. Podría recordar todos los momentos que pasaron juntos, todas las risas compartidas...

-¿Shijie? -apenas fue capaz de preguntar.

Con el cuerpo aún débil, y usando la pared de piedra como apoyo, se levantó con dificultad del piso, aplicando toda la fuerza en sus brazos para impulsarse hacia arriba. Tambaleándose siguió el camino por el que había venido la voz. 

A-Xian. Volvió a invitarlo la voz con ese tono que le resultaba tan familiar. 

-¿Shijie? SHIJIE -gritó Wei Ying hacía la voz, aumentó la velocidad de sus pasos, apoyando aún más el peso contra la piedra, en un movimiento brusco se hace un corte en la palma de la mano, pero ignorando el dolor siguió corriendo, por un momento de lucidez se cuestionó que estaba haciendo, pero la voz lo incitaba a seguir avanzando.

Una luz lo cegó de golpe, haciéndolo retroceder como si una mano invisible lo hubieras empujado. Parpadeó aturdido buscando entender de dónde venía esa luz. Con los ojos entrecerrados se esforzó en tratar de ver a través del brillo blanco proveniente de la cueva, pero la intensa luz solo le provocaba dolor de cabeza. Apartó la mirada, frotándose con la manga de la ropa los ojos llorosos. 

A-Xian. Repitió la voz. ¿Por qué estás solo? 

Su cuerpo se sobresaltó. Ahora con los ojos cerrados se dirigió hacía la luz, que daba la sensación de perder por momentos su brillo. 

-Shijie… yo… -la voz salió ahogada.

Wei Ying se sentía desesperado, después de lo ocurrido en la Ciudad Sin Noche no esperaba volver a escuchar la voz de Jiang YanLi dirigiéndose a él con el mismo cariño de siempre, como si su muerte no hubiera sido por su culpa, sentía una opresión en su pecho que le impedía respirar con normalidad. Tal vez después de todo no habían estado tan errados al decirle que él no podría mantener el control, si tan solo lo hubiera escuchado… HanGuang-Jun… terminó sabiendo más de él que él mismo. 

 Le había prometido a Jiang Cheng que poseía un total control sobre la energía resentida: pero resultó no ser así. Había dicho que protegería a todos, pero la familia que lo acogió cuando era un niño terminó muerta por culpa de la Secta QishaWen. Por mucho que todos sabían que los ataques hacia las distintas sectas podría ser ya sea por razones reales como por puras mentiras, Wei WuXian sabía que en parte él tenía la culpa por darles aunque sea una razón para destruir Yunmeng. 

-Fue mi culpa… -tartamudeó Wei Ying, bajando la cabeza ante la luz -... yo… lo siento Shijie…

Shh. 

Una mano se apoyó sobre el hombro de Wei WuXian, él no se apartó, un sentimiento de familiaridad lo abordó, y su cuerpo inconscientemente se inclinó hacia la mano buscando apoyo. 

No es tu culpa A-Xian. 

Lentamente una lágrima se deslizó por su mejilla, aún con sus ojos, y su labio inferior temblaba en un intento de contener un sollozo. Su cuerpo débilmente fue cayendo al piso, sus piernas estaban débiles, temblando -aún no recuperaba su fuerza desde la pelea en la Ciudad Sin Noche-. Incapaz de mantenerse erguido por más tiempo sus rodillas impactaron contra el suelo rocoso. 

No te culpes, no has hecho nada malo. Habló la voz contra su oído.

La mano que había estado sobre su hombro se deslizó hasta tocar su mejilla. Unos dedos delgados y finos quitaron las lágrimas con delicadeza. 

A-Xian tienes que ser feliz, tienes que prometerme que harás eso por mi. 

La mano sobre su mejilla desapareció junto con la luz que iluminaba la cueva. Los ojos de Wei Ying se abrieron de golpe, pero sólo vio oscuridad a su alrededor, acompañado solo por el sonido de su respiración irregular. 

-Shijie… lo siento… yo… -su voz se cortó por un sollozo -yo, no… -dejó caer su cabeza sobre sus manos, con las lágrimas filtrándose de entre sus dedos.

No tengo el control. Nunca tuve el control de la situación. Pero, si no tengo la energía resentida como arma ¿ Qué tengo entonces? Sin ella ya no soy nada… disculpame Shijie…

-¡AHHHHHHHHHH! -gritó.

Soltando toda su furia y resentimiento guardado en su corazón. Toda la furia que se guardó desde que la Secta Wen atacó Gusu, desde que atacaron a Yunmeng. Desde que trataron a inocentes de la Secta Qishawen como otros, generalizando descaradamente, culpando a inocentes por errores de otros. Y desde que Wen Qing y Wen Ning fueron asesinados por algo de lo que no tenían la culpa. 

Furia, solo eso podía sentir, una furia que lo cegaba, que le impedía ver con claridad. 

-No. -se negó a ceder ante la locura, de perder lo poco de cordura que le quedaba.

Su conciencia tenía un pie dentro de las tinieblas, y después de lo ocurrido se sentía caminar sobre un fino hilo, en el que por cada paso sus piernas temblaban incapaz de seguir manteniendo el equilibrio. 

___________

A-Yuan se encontraba mirando hacia el interior de la cueva, había estado oculto todo el tiempo desde que el hermano Wei WuXian había sido traído por Lan WangJi. Estaba preocupado ya que ambos hermanos se veían muy heridos, y no solo eso, sino que Wei Ying estaba inconsciente, recargando su mejilla sobre el hombro del jade. 

Jugando con la mariposa que le compró la otra vez se cuestionó si debía acercarse, pero no le pareció oportuno, y no tenía nada que pudiera ayudar a los dos hermanos. 

Pasado tres días muchos hombres vestidos igual que el hermano con plata. Todos tenían un rostro serio, pero podía distinguir un rayo de furia brillar en sus ojos. A-Yuan estaba por salir y pedirle que no se lo llevaran, él se estaba encargando de curar al hermano Wei Ying, pero esos hombres no le daba confianza, así que se quedó oculto. Y con una última mirada por parte de Lan WangJi hacia la cueva se retiró junto con la gente de su clan. 

Pasada una hora desde que muchos hombres vestidos de blanco se llevaron a Lan WangJi, alcanzó a ver la sombra del Patriarca levantarse y profundizar más en la cueva. Tomando ánimos A-Yuan se levantó de su escondite y corrió detrás del mayor.

-AHHHHHHHHH -el grito lo sobresaltó, haciéndolo retroceder. 

Asustado, con las piernas temblando, se cuestionó si decisión anterior.

No. Pensó. El hermano Wei WuXian está triste, necesita estar acompañado.

Decidido siguió caminando. En la oscuridad de la cueva apenas si pudo alcanzar a ver el cuerpo encogido de Wei Ying. 

-No… -lo escuchó murmurar. 

-Hermano Wei… -apenas si alcanzó a hablar cuando el rostro ensombrecido del mencionado giro su rostro ensombrecido hacia el niño.