Un caminante hacía las garras del depredador

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Entre tus brazos es donde yo debo estar. Acariciando tu melena de carbón, mientras me miras fijamente. Si solías decir que yo era todo para ti, cómo es que aún sigues ahí? Ahora todo tiene un significado, siempre supe que sería algo efímero, incierto. Hasta ahora, que lo viví. Eras un falaz inigualable, admirable y temible, no recuerdas los días donde la lluvia era el único ruido que sentías? Cuando tu respiración era entrecortada, el sudor de tu frente, las sábanas enredadas y nuestros cuerpos formándose uno, no lo recuerdas? Sé que me lo quieres negar pero ambos sabemos el fruto de la verdad, calumniador mío.

La fantasía de tus redesDonde viven las historias. Descúbrelo ahora