Dulce agonía

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Hice algo arriesgado y ahora estoy siendo cazada. Sabia que no debía caer de nuevo en tus manos pero la manzana fue mi mayor confusión. Me prometiste ser feliz pero jamás lo ibas a cumplir, sabía el truco y aún así decidí seguir. Manos entrelazadas haciendo un nudo en mi garganta, lágrimas saladas recorrían mis almohadas, hace ya un tiempo había dejado de vivir pero ahora quería abandonar mi alma y sentir la paz que sólo tú me entregabas. El sentimiento de culpa inundaba mi interior pero siempre fui conciente del daño que podía provocar aunque el estar a tu lado era lo que yo deseaba, la recompensa.

La fantasía de tus redesDonde viven las historias. Descúbrelo ahora