Capítulo 3.

9 2 0
                                    

El profe de Biología estaba delante de la pizarra hablando en tono fome sobre una hueá, que también debe de ser fome. No estaba para escucharlo, mi cabeza en ese momento navegaba lejos de las habilidades detectivescas.

Estaba escribiendo las razones por las que Patch y yo no deberíamos sentarnos juntos. A penas se terminara la hora, iba a llevarle la hoja al profe para que la leyera. «Poco dispuesto a trabajar en equipo. —escribí. —No demuestra interés en ayudar a los demás»

Pero no eran las hueás que en verdad me preocupaban las que estaba escribiendo en la hoja. Me resultaba súper rara la marca de nacimiento del Patch y estaba cagá de miedo por lo que había pasado en mi pieza la noche anterior. En realidad, no creo que el Patch me hubiera estado mirando por la ventana, pero tampoco podía ignorar el hecho de que hubiera alguien en la ventana, horas después de haberme juntado con él po.

Tratando de hacerla piola, metí la mano a un bolsillo de mi mochila y saqué un comprimido de hierro, para después echármelo a la boca. Me atoré un poco, pero después pasó. Mirándolo de reojo pude ver al hueón de al lado mirarme con las cejas subidas.

Sapo culiao.

—¿Nora?

El profe me miraba desde al frente de la pizarra, mirándome y esperando mi respuesta.

—No lo escuché, ¿puede repetirme la pregunta? —Todos mis compañeros se rieron.

De qué se ríen, tontos hueones.

—¿Qué características te atraen en un compañero de puesto?

—¿De un compañero?

Escuché a la Vee reírse al final de la sala. Maraca.

—¿Quiere que le haga una lista o con las cualidades de un...?

—Sí, Nora, de un compañero.

Ah, viejo culiao.

Miré al hueón a mi lado de reojo. Él estaba playa estirado en su silla, mirándome con su sonrisa culiá de superioridad y moviendo los labios: «Te estamos esperando, flaca»

—Eh... nunca lo he pensado.

—Ya, piénsalo rápido.

Chucha, anda apurao parece.

—Ya, Patch, te toca.

Igual, ni quería.

Todo lo contrario a mí, el hueón al lado mío contestó altiro.

—Matea. Rica. Vulnerable.

El profe escribió las cualidades en la pizarra.

—¿Vulnerable? —le preguntó—. ¿Y eso?

La Vee se metió:

—¿Y qué tiene que ver esto con lo que estamos pasando? Porque, que yo haya visto, en el libro que nos dio el gobierno no sale ná que tenga que ver con las características de tu compañero ideal.

El profe la miró por encima de su hombro:

—Cada animal atrae a sus congéneres con el propósito de reproducirse. Las ranas se hinchan. Los gorilas se golpean el pecho. ¿Han visto alguna vez a la langosta macho levantarse sobre sus patas y hacer sonar las pinzas para que la hembra lo pesque?

Eh, no. Tengo hueás más importantes que hacer que andar mirando a una langosta.

Mirar al Patch, por ejemplo.

Ah, qué chucha, Nora. Avíspate.

—La atracción es el primer elemento de la reproducción en todos los animales, incluidos los humanos. ¿Por qué no nos da su lista, señorita Sky?

hush, hush; chilensis.Where stories live. Discover now