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-Ok! explícame nuevamente como si tuviera 5 años...- respiró - ¿Quieres que haga qué? - Fue lo primero que dijo Hermione al escuchar a su amigo.

Desde hacía varios años había logrado vencer la timidez y el sonrojo que le ocasionaba estar frente a él, y había decidido por lo tanto darse por vencida de lograr algo más que la amistad. Es que había pasado varios años tratando de que ese tonto se fijara en ella que ya viendo que el tiempo pasaba, prefirió dedicarse a conquistar chicos que la tenían en cuenta. Es que para Draco Malfoy, la pequeña hermana de su amigo no existía. Y hoy después de tanto llorar, y desde casi 3 años, se habían hecho amigos. Amigos a la fuerza!.


Porque el noviazgo de Luna y Theo, habían obligado a Draco a buscar nuevos horizontes referidos a la amistad, y como ella estaba cerca, le fue fácil.-

Hermione era muy distinta a Luna, y a Theo. Draco se encontró un día estudiándola y se dio cuenta de que tenía algo de los dos, más lo propio. De Luna tenía el buen gusto, la confianza y seguridad en sí misma, de Theo el buen humor y la picardía.

Pero Hermione tenía además algo especial, y era que entendía todas las penas que Draco tenía. Y más las penas de amor. Al joven le era fácil contarle lo que sentía, sus más profundos temores y deseos. Y ella era capaz de darle un consejo, apropiado para cada cosa. Es por eso que teniendo un problema con su amor, tan grande, decidió pedirle ayuda...

- Yo... no es tan malo lo que te pido Hermione - dijo algo nervioso - Es muy importante para mí!.

-Pero Draco - dijo ella y su piel estaba muy pálida - ¿En qué puedo ayudarte yo? No tengo idea de lo que quieres hacer

- No es mucho pedir... - sonrió - sólo te pido que me ayudes a ser más...romántico - ella torció los ojos.

-Se lo que dijiste, lo que no entiendo es ¿por qué? ¿Para qué?.

- ¿Por qué? Bueno es fácil, no se me da eso del romance, Hermione. Yo trato de conquistar a una chica...

- Querrás decir a Pansy - dijo con algo de rabia.

- Si, a Pansy, pero hago todo mal y quedo como un idiota

- Pero Pansy ya no está en la escuela Draco! - dijo en un tono desesperado.

- Lo sé, pero ella y yo nos mandamos e-mails, y a veces me resulta algo... difícil poner algo medianamente romántico, y yo... quiero sorprenderla, hacerle ver que yo valgo la pena.

- Si ella se interesara en ti, te querría tal como eres, aun siendo un perfecto... idiota... como tú dices que eres

- Bueno pero es que a algunas mujeres son más sensibles que otras!

-Querrás decir que Pansy es una reventada que lo único que quiere es acostarse contigo y decir que es la novia del niño que todas aman.

- Y Pansy quiere que yo cambie...

-¿Por qué tienes que cambiar tú? - lo miró arqueando una ceja - ¿Es que ella se cree tan perfecta para decirle a todo el mundo que cambie?

- Hermione...

- No - puso su mano en el pecho de Draco - Déjame terminar. Si ella te quisiera, te aceptaría tal como eres Draco. Tus eres un chico excepcional - se sonrojó un poco.

- Gracias, pero es que yo quiero hacerlo... yo noto que no sé cómo comportarme delante de una chica...

- Bueno... eso es cierto - tuvo que admitir.

-¿Me ayudas?

- Aún no respondiste la otra pregunta

-¿cual?

- ¿Para qué quieres que te ayude a ser romántico?


- Ah... es que - se puso rojo- Yo... me gusta... no, yo quiero a Pansy - ella lo miró - Y pues... he decidido declararle mi amor y decirle que sea mi novia...

- Ya es tu...

- No, esto es algo más formal... como un compromiso a largo plazo.

Si alguna vez Hermione quiso que la tragara la tierra, ese preciso momento estaba presente. Trago saliva estaba con el ánimo por el piso.

- ¿Te le vas a declarar? Es decir ¿comprometerse y todo? - dijo en un hilo de voz... - el asintió sonriendo

-¿cuándo?

- El día de San Valentín...

-En dos semanas... - susurró. Lo miró. Ya no era el niño interesado en el Fútbol ni en ser un total inmaduro. Draco estaba en el último año de Universidad... y Pansy estaba estudiando para abogada. La odiaba.

Ella pensaba que cuando Pansy se fuera de la universidad tendría la oportunidad de conquistar a Draco, pero no contó con que esa arpía lo quería si o si, y estaba valiéndose de todo lo que estaba a su alcance para tenerlo agarrado de la nariz...

Aprendiendo a ser románticoDonde viven las historias. Descúbrelo ahora