Poesía que mi corazón no desecha.

Un obsequio de la vida.

Una caja llena de felicidad, tristeza, sonrisas, y galletas compartidas, eres ese tesoro el cual todos anhelan.
Afortunados somos que te tuvimos.
Los que desconocen de tu existencia dirán que sólo es un objeto viejo , pero para mi eres todo lo que tengo.
Un objeto, un obsequio de la hermosa vida, deseando que sea eterno.
Pero no fue así.
La vida te da sorpresas, sorpresa te da la vida.
Una grieta se le hizo.
Una grieta se reparó.
Cada día eran más las grietas a su alrededor, como los números del contador.
Había que llegar hasta el final, hasta donde no se puede llegar.
Por ese objeto lo di todo, por ese objeto reí y lloré, aquel día se desmoronó, ese día yo me agriete.
Se fue sin saber que pensaba, sin saber porqué.
Te fuiste sin un adiós, como aquel día que me contaste que grande es el amor.
Luego de un tiempo, me di cuenta que siempre estarás ahí, pequeño obsequio de mi corazón.