Y luego estaba ella.
Jamás en mi vida vi a alguien querer con aquella pasión a su familia, en ninguno de mis tiempos había visto una persona de esa naturaleza.
Para mí era la perfección, para otros era una simple persona.
No podía, no podía creer lo que bella que podía llegar a ser.
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Poesía que mi corazón no desecha.
PoésieUn poco de poesía no está mal para el corazón