FOUR: HIGH HOPES

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High Hopes ~ A The Panic! Of The Disco

La semana no fue algo que Loki soportará y esperaba, simplemente Thor no salía de aquella estúpida habitación, solo para ir al baño y por cerveza.

Escucho aquel disco de Fall Out Boy, que había ido a comprar con Thor hace un par de años, cuando Patrick Stump, estaba pasando por Vancouver, en unas vacaciones, en fin escuchaba The Phoenix, y suspiro, acomodando su cabello, miró su reflejo en la venta a qué se estaba empañando por culpa de sus suspiros, las suaves gotas de agua golpeaban en la ventana, dando inicio a al frío otoño.

Perséfone había regresado con Hades, así es como Loki daba por hecho el inicio de una de las mejores temporadas conocidas, la unión de dos almas, y el encuentro de dos amantes daban inicio a la escasez de cosechas, a la falta de trabajo.

Decidió que no podía dejar que su amado se hundiera en aquella depresión, con pasos agigantados camino a la puerta color gris, si claro, ni a Thor ni a Loki, les agradaban los colores llamativos, a pesar de ser diferentes al hablar de ellos mismos, coincidían en diversas cosas.

Eso le recordó como se conocieron, pero esa historia no estaba para el momento.

Sus delgadas manos, tocaron aquella madera, solo recibiendo un ligero «vete», la paciencia de Loki se terminaba y estaba a punto de explotar nuevamente, su carácter no le ayudaba. Respiro hondo e insistió su toque en la puerta.

—¿Puedes abrir solo un momento la puerta?.

Sin más soltó aquella pregunta, tan simple pero tan dolorosa, porque tanto a Thor como a Loki les dolería verse nuevamente a los ojos.

—¿Para que?, ¿Para que me insultes nuevamente?.

El corazón del oji-esmeralda dió un vuelco, cerro los ojos y soltó otro suspiro pesado, apretando su puño que se recargaba en la puerta.

—Solo abrela.

Solo ordenó nuevamente Loki, tocando aquella puerta.

Loki sentí un vacío en el corazón y en el alma, no negaría, para nada el que había extrañado a Thor, claro que sí lo extraño, extrañaba que lo abrazara en las noches, que le susurrara un te amo, que le sonreia al momento de terminar una buena ronda de sexo, extrañaba todo eso. Pero Loki se sentía completamente atado a esas paredes, a esas estúpidas paredes, quería ser libre y vivir, fuera con Thor o sin el.

—No.

Sin más Loki, rendido, camino hasta el cajón que se encontraba en el librero enfrente del comedor. Tomo la perilla jalo de este y saco las llaves, estás estaban completamente revueltas, mi sentido y sin orden, camino buscando a la que era la correcta para abrir aquella puerta, sin antes poder cerrar el cajón con el pie izquierdo.

Sus ojos esmeralda se movieron en las direcciones de sus dedos, estos se encargaban de quitar las llaves que estaba descartadas. En el momento que sus delgadas piernas tocaron el piso frente a la puerta este introdujo la llave elegida en la perilla, dando vuelta a la derecha, haciendo que está se abriera.

Un bulto que parecía de ropa estaba recostado en la cama, dando leves suspiros y sirviendo la nariz de los locos que salían de ella. Leves sollozos.

El corazón de Loki daba un vuelco tras cada sollozo, había lastimado a Thor; Thor sería la última persona a la que siquiera lastimar, a la última que dañaría.

—Thor.

Su voz salió en un susurro, en un pequeño, suspiro, en un hilo de voz, como quisieran llamarlo; Sus pies se movieron en dirección al bulto, sin importar lo que el rubio dijera, tomo sus mejillas y lo beso, evitando que lo separara.

Un beso, un beso que demostraba todo el amo que Loki le tenía al joven, el amor que siempre le tendría, el amor que seguiría en su corazón, que lo acompañaría hasta la tumba un amor que lo mantenía vivo y decidido a regresar nuevamente a casa.

Thor no comprendía muy bien lo que pasaba, lo que ahora estaba viviendo, el oji-esmeralda lo estaba besando, sin ningún asco y es que sabía que a Loki no le importaba mucho el cambio repentino del físico.

—¿Porque?

La pregunta desconcertó a un agitado Loki, ¿Porque?, No había más respuesta que el hecho que lo amaba con locura. Y eso era mucho Loki estaba completamente loco, pero por el rubio.

—Porque te amo.

Susurro en los labios ajenos, susurro con suavidad, con una hermosa sonrisa que hacía que sus mejillas se abultaran y se sonrojaran como si de fiebre se tratara.

Un beso hizo que sus almas se volvieran a unir. Solo eso basto para que el amor volviera a florecer en su piel y corazones.

 Solo eso basto para que el amor volviera a florecer en su piel y corazones

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So Far AwayDonde viven las historias. Descúbrelo ahora