Una vida alegre, pero dolorosa.

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PARÍS, FRANCIA... AÑO 1976

//Nos situamos en París donde aún está Amelia, después de romper con la rubia, se fue a vivir con Jacques, su amigo. Pero, después de unas semanas conviviendo con él, se dio cuenta de que era un estorbo en casa de su compañero, y con los ahorros que tenía y el dinero que pronto ganaría en la nueva obra, consiguió alquilar un piso pequeño, pero cuco, en pleno centro de París. Ahora se está consiguiendo un nombre en el mundo del espectáculo//.

Amelia, famosa y conocida, por su papel en la obra que está haciendo en París, disfruta de una de las últimas actuaciones que le quedan ya en la gran ciudad parisina.

Un público grande, aplaude a la Gran Maravillosa Amelia Ledesma. Ovaciones, aplausos y algún grito diciendo <<¡Magnifique!>> (magnifica en francés) llenan el teatro esa noche. Amelia, ruborizada, orgullosa y con algunas lágrimas asomando por sus ojos color esmeralda, se siente viva, aunque, esta sensación se apagará en breves, cuando nada más ir al camerino y sentarse en su silla para quitarse el maquillaje, piensa en esa persona a la que tanto quiere.

Luisita ocupa su mente veinticuatro horas al día,  la morena, con lágrimas aún en los ojos, aviva su llanto pensando en la ruptura con la que hace unos meses era su novia. Ésta recuerda el gran amor que ambas se profesaban, a Amelia se le cae el alma a los pies y aunque intenta superar la ruptura, le es casi imposible parar de pensar en lo mucho que ama a Luisi.

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Amelia, aún algo apenada, acompañó a algunos de sus compañeros de la obra a tomar algo. La morena se pidió un refresco de cola, y al terminar de bebérselo se disculpó:

-Pardonnez aux amis, mais je suis un peu fatigué et je préfère partir, profiter! (Perdonad amigos, pero estoy algo cansada y prefiero irme, ¡disfrutar!)

A la de rizos se le fueron inundando los ojos de lágrimas y la mente de pensamientos mientras caminaba hacia su piso. Al llegar, sacó las llaves de su grande bolso, le costó un poco encontrarlas ya que sí, era un poco desastre y tenía el bolso lleno de cosas, algunas poco útiles. Abrió la puerta y al entrar se quitó la chaqueta color beige que llevaba y la tiró al sofá al igual que su bolso. 

Amelia se acostó, estaba agotada pero, algo faltaba al lado derecho de su cama, y ese algo era Luisita. Fueron pasando las horas y una Amelia soñolienta pero sin poder dormir, pensaba y pensaba. Pensaba en por qué les tuvo que ocurrir eso a ellas, de verdad, ¿no habrían podido ser felices a distancia? De verdad, esa relación, ¿estaba acabada? 

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MADRID, ESPAÑA... 1976

//Nos situamos en la Plaza de los Frutos, donde una Luisita, algo alegre pero aún apenada por su reciente ruptura con Amelia, charla con Manuel, su hermano, el cual ahora trabaja algunas veces en el bar "El Asturiano" para sacarse unas monedillas//.

-Que ya lo sé Manuel, que sí, que se que no quieres estudiar, p-..per..

-(éste le corta) Pero nada Luisi, ya te he dicho que no, además a quién le contarías tus penas si no estuviera yo aquí, y anduviera por el instituto.

-Pff... Qué cabezón hijo, pero tienes a quién parecerte,(ésta le dedica una media sonrisa).

-Bueno Luisita, y... Cuéntame, ¿qué tal llevas lo de nuestra ex-novia Amelia?

-(La rubia pega una carcajada sin poder remediarlo)  ¿Nuestra? Perdona, pero Amelia era mi novia. (Aunque estaban de broma a Luisi esas palabras le pesaron y su rostro se puso serio)

Manuel se dio cuenta de la situación y como sabia que su hermana quería que hablaran del tema, para así ayudarla le dijo que se sentara en una de las mesas.

Manuel llevó dos vasos de zumo a la mesa donde se sentó Luisita y se sentó a su vera.

-A ver, ¿qué te pasa hermana?

-Manuel, es que... Yo...yo, es que no consigo olvidar a Amelia, todo me recuerda a ella, incluso intenté bajar al King's y bueno lo hice, pero... Todo me recordó al día que nos conocimos, a todos los momentos que pasamos allí, y yo ya... Yo ya, no se qué hacer o decir para olvidarla porque es que ya no puedo mas... (soltó un suspiro, y sus ojos se pusieron brillosos).

-(Manuel le cogió la mano) Luisita, no sé que decirte, la verdad es que ya sabes que nunca he estado con alguien y cuando he querido estarlo me ha ido mal, pero aunque soy más pequeño que tu, quiero decirte algo que me lleva rondando en la cabeza algunos días.

-A ver...¿qué es eso que me quieres decir?

-Pues... es que llevas así de mal algunas semanas y yo creo que lo de Amelia y tú, tiene remedio porque os queríais mucho y a la vista está que la sigues queriendo, además, yo veía en vosotras esa misma conexión especial que hay cuando mamá y papá se miran, ¿entiendes?

-¿A dónde quieres llegar Manuel?

-Pues es que he pensado en que si os queréis tanto, ¿de verdad, fue necesario dejar lo vuestro?

.....

Luisita se quedó con las palabras de su hermano grabadas en la mente y fue incapaz de no pensar en ellas.

¿Realmente fue necesaria la ruptura? ¿Pensaría Amelia lo mismo? ¿La querría Amelia aún?

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El amor es imparable. #LuimeliaDonde viven las historias. Descúbrelo ahora