Cap 17

3.6K 191 8
                                    

Comenzó a besarme apasionadamente, con amor, lo tome de la cintura, lo cual el hizo lo mismo para después tomarme del trasero, y levantarme haciendo que enroscara mis piernas alrededor de su cintura. Empezó a caminar, solo nos separamos unos segundos para tomar aire, sus labios están suaves, deliciosos, y con ese sabor a fresas como la otra vez. Mi corazón va a mil, en tan solo pensar que en unos segundos voy a perder mi virginidad, y con él. Después de unos minutos llegamos a la habitación, ni cuenta me había dado, me pone en el suelo, y se me queda mirando a los ojos, fijamente.

-¿Estás segura, de lo que quieres?- La verdad sí, quiero que me haga suya, y ahora.

-Si.- Frunce el ceño, no entiendo cual es el problema.- ¿Sucede algo?-

-No, solo quiero que lo desees tanto como yo.- Si Daniel, si lo deseo, y mucho.

-Y lo hago.- Su mirada se ilumino, y no de lujuria, si no, de alegría.

-¿Has estado con algún otro hombre?- Me puse roja de la vergüenza, esto sí que me incomoda.

-¿Tu qué crees?- Le pregunte mirando mis manos.

-Pienso que no, pero nunca se sabe, solo te conozco hace tres meses.- Bueno, tiene razón, apenas lo conozco.

"¿Y ya te vas acostar con él?"

Me regaña mi subconsciente. Y si, si me voy acostar con él, porque así lo quiero. Aunque pienso que es por algo mas, pero mejor reprimo esos pensamientos, no creo que Daniel pueda estar enamorado de mi, y mucho menos yo de él.

"¿Entonces porque le darás tu virginidad?"

No lo sé, me siento atraída hacia él, como jamás lo había sentido hacia otro hombre, mi vida ha sido tan solitaria, pero eso no quiere decir que no he tenido pretendientes, pero ninguno como Daniel.

"Recuerda que es tu secuestrador."

Suspire resignada, levante mi mirada hacia Daniel de nuevo, a sus labios, a sus cejas, a todo su rostro, es imposible negar su belleza.

-¿En qué piensas?- En ti.

-Bésame.- Dije en un susurro. No lo pensó ni dos segundos, cuando ya está devorando mis labios, en un beso exigente, como si me reclamara, haciéndome entender que solo soy suya, y de nadie más. Me sujeto tomándome por la parte baja de cabello, tirando de él, para darle paso a su lengua.

-Voy hacerte mía.- Me dice entre jadeos de parte de los dos, nuestras respiraciones se escuchan en toda la habitación ligadas con el sonido del silencio que resta en ella.

Comenzó a bajar su mano por el medio de mis pechos, pero sin tocarlos, cosa que hacía que se pusieran más erectos. Siguió bajando por mi abdomen, causándome escalofríos por todo mi cuerpo, su mano suave, grande, y a la vez rustica ya estaba en mi pubis.

-Daniel...- Dije con la respiración entrecortada. El no dijo nada, solo siguió trazando su camino hasta llegar a mi clítoris, por Dios, siento como me voy mojando poco a poco, comienza a mover su dedo en círculos lentamente, gimo, todas estas sensaciones son nuevas para mí.

-Sí muñeca, gime para mí.- Siguió con los movimientos una, y otra vez, gemí más fuerte, empecé a sentir una sensación extraña que se formaba en mi vientre, siento que en cualquier momento voy a estallar, pero se detiene.-No, aun no te vas a correr para mi.- De su bolsillo trasero saco un lazo negro, no me imagino para que será.- Date la vuelta.- Me ordeno, y así lo hice quedando en frente de la cama, y tapo mis ojos con él.

- Daniel, no creo que sea una buena idea.- Dije nerviosa, no quiero que mi primera vez sea con los ojos vendados.

- No te preocupes por nada, no te haré nada, que tu no quieras.- Puedo escuchar como los latidos de mi corazón retumban en toda la habitación, y el solo se ve tan sereno, y tranquilo, como si ya estuviera acostumbrado hacer esto todo el tiempo, de tan solo pensarlo me enoja, y no sé porque.- Acuéstate boca abajo, por favor.- Obedecí su orden, me acosté boca abajo, quedando mi trasero a su vista, sé que me está mirando hasta el alma, puedo sentir su mirada penetrándome hasta lo más intimo.

Gracias a Dios que estoy boca abajo, y no puede ver que estoy sonrojada. Escucho el sonido de la hebilla de una correa, se está desvistiendo.

-Genesaret quiero advertirte, que tu primera vez no va a ser como de costumbre.- Puse mis ojos como platos.- No va a ver misionero.- ¿Y ahora?- No creo en ese tipo de cursilerías.- Dijo subiéndose a la cama, estoy muy nerviosa.- Te voy hacer mía, a mi manera.- Me dio una nalgada en el trasero.

-Ahh.- Gemí ante el impacto, puso sus manos una a cada lado de mi cintura, sujetándome fuerte, y de un tirón ya estaba en cuatro sobre la cama. Una vez más roso mi clítoris, haciendo que soltara unos pequeños gemidos.

-Estas muy mojada, lista para mi.- Comenzó a rosar su miembro erecto en la entrada de mi sexo, ya escurriendo a causa de la excitación, y el placer que este hombre me provoca con tan solo tocarme, Dios mío, me va a dar un ataque cardíaco. Puso su miembro en posición para penetrarme de una buena vez, y en ese momento sonó el celular, maldición.

-Maldición.- Dijo mirando al ver quién era, se quito de inmediato dejándome allí mojada, y excitada.

DANIEL

Maldición porque tienen que arruinar el momento cuando ya tengo lista a Genesaret para mí. Y al ver quién es, me enfurece aun mas, pero debe de ser importante para que me este llamando. Me levante rápido, dejando a Genesaret allí, Dios, no puedo negar que se ven tan sexy con ese trasero empinado, mientras atiendo la llamada me alejo un poco de ella, no quiero que escuche la conversación, sigo admirando la vista, sin apartar mi mirada ni por un segundo, ella intento moverse pero la detuve.

-Quédate así.- He hizo caso omiso.

-¿Qué quieres?- Pregunte fastidiado.

- Buenas noches para ti también.-

- Púdrete.- Al otro se escucho una sonora carcajada, a causa de mis buenos modales.

- No cambias Daniel.- Ya me está hartando.

- Habla de una buena vez, que acabas de interrumpir algo importante.-

-Solo llamaba para saber que te traes con Genesaret MaCcArty.- ¿Cómo supo de ella? Mi humor cambio por completo, estoy enfurecido.

- Genesaret, puedes bajarte.- Le dije caminando hacia la ventana.

-¿Cómo sabes de ella?- Pregunte con seriedad.

-Reunámonos mañana a las 8am, y te lo diré, ya sabrás donde encontrarme.- Dice, y cuelga.

Estoy lleno de ira, no entiendo como lo hizo. Pero lo voy averiguar, siempre lo hago.

-Tengo que irme.- Dije, y salí de la habitación.

Amor ObsesivoDonde viven las historias. Descúbrelo ahora