No estaba inhalando el oxígeno que su cuerpo necesitaba para poder vivir, pero el estado de sorpresa en el que se encontraba era más grande que su capacidad para razonar y dar la orden en ese momento. Sus pulmones empezaron a exigir aire, así que se vio obligado a respirar, no cambiaba el hecho de que sus ojos seguían fijos en una sola cosa, los pétalos color rojo de la rosa en su regazo como si fuera algo efímero que iba a desaparecer si miraba a otro lugar.
Los parpados superiores se unieron con los inferiores repetidas veces en un corto lapso de tiempo, ninguno se sus labios se tocaban porque tenía la boca abierta. Cuando se le comenzó a secar la cavidad bucal cerró su mandíbula, tragando la poca saliva que tenía en la boca con un movimiento que le hizo doler la garganta.
Sus largos dedos rozaron la superficie, sintiendo la extraña textura que tenían los pétalos, después los tocó con el dedo índice y pulgar, tomando uno mientras sentía como su mano estaba temblando al hacer esa simple actividad. Acarició los pétalos hasta que logró salir de su estado en el que no le prestaba atención a nada. Volvió a parpadear repetidas veces cuando una de sus manos, casi de manera automática, subió hasta estar a la altura de su mejilla, donde deslizó dos dedos por la piel que se sentía caliente. La temperatura subió y sintió como sus pómulos ardían.
Chan había besado su mejilla con esos labios que no parecían poder pertenecer a ninguna otra persona. Habían sido suaves y regordetes, a pesar de que no los sintió por mucho tiempo, podía jurar que besarlos sería estar en el paraíso al sentir como se adaptaban a los suyos.
Estaba sonrojado, lo sabía, a decir verdad no le importaba mucho lo que las personas dijeran, pues para ellos él era un hermoso ángel que había caído del cielo. Lo sabía y era algo de lo que se aprovecharía si se daba la oportunidad.
Apretó sus labios, sus pómulos ardieron aún más. Chan había pronunciado las palabras "Me gustas", y fueron sólo para él, murmuradas en su oído en un tono que contenía nervios, emoción junto con algo de miedo.
Parpadeó de nuevo y ahogó el grito que quería pasar a través de su garganta y salir por sus labios con apuro para poder liberar parte de las emociones que estaban agobiándolo para ese momento. No recordaba haberse sentido así antes en toda su vida.
No es como si hubiese vivido mucho, pero estaba consciente de que era probable no volver a experimentar lo que estaba sintiendo si no era con Chan, el hermoso vampiro que había visto varias veces sonrojado por diferentes situaciones.
Cuando sintió que podía volver a pensar con claridad, no sabía con exactitud cuánto tiempo se había quedado en un mundo de sueños, imaginando muchas cosas, pues había más personas de lo que podía recordar, y todos los ojos estaban puestos en el cuándo miró hacia los lados. No para ver cuantos le miraban, si no buscando al vampiro que causaba que su corazón estuviera acelerado y le costara respirar.
Se inclinó para atrás y después hacia adelante, mirando de nuevo, pero no pudo verlo por ningún lado. Sacó a relucir su labio inferior e infló sus mejillas de aire en un puchero de pómulos sonrojados que tuvo a las personas suspirando.
Su mente no estaba procesando la información del todo bien aún, pues no recordaba ninguno de los textos que había estado leyendo con tranquilidad antes de verse bajo un ataque sorpresa que no pudo imaginarse en ningún momento. Jamás había visto o sabido de alguien que se confesara de una manera tan poco convencional.
Porque eso había sido una confesión y se lo restregaría a Felix, dado el hecho de que Bang Chan iba a ser su novio.
Movió su cabeza de lado a lado mientras negaba en un intento por volver a pensar con claridad, pero era difícil, pues el ser más hermoso que pudo haber conocido se le había confesado. A él, sólo a él. Juraría que también lo vio con el rostro sonrojado de una manera preciosa.
ESTÁS LEYENDO
Confesión [ChanIn/JeongChan]
FanfictionNo tenía culpa alguna que el órgano llamado corazón acelerara tanto su ritmo cuando le veía, que sintiera cada fuerte golpe que daba, que sus manos se pusieran resbalosas debido al sudor y que las palabras que salieran de su boca no fueran coherente...