Deux

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Thorki  - Tacones y cambio de roles


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Thor miraba a su esposo mientras esbozaba una sonrisa llena de lujuria, no podía creer como Loki siempre lograba impresionarlo, como pese a conocerlo desde hace años, siempre podía encontrarlo más sensual.

Tan así, que ansiaba devorárselo, llenarlo de mimos y besos, lamer y chupar cada centímetro de su cuerpo, estar muy enterrado dentro de él y embestirlo con fuerza, tal como a Loki le gustaba.

Porque si bien su apariencia era bastante frágil y hasta femenina, el sexo le gustaba fuerte, rudo y sucio, era toda una bestia en la cama que sabía exigir lo que le gustaba, que gritaba y arañaba, que no se daba por vencido hasta perder cada segundo de energía en colmarse de placer.

El azabache le guiño un ojo de forma coqueta mientras le daba otro trago a su copa, lo hizo de forma lenta, sin perder el contacto visual con su esposo, para luego lamerse los labios de forma seductora, los cuales relucían un tenue brillo rosa, que de seguro sabía tan dulce como se veía.

El rubio le respondió sonriendo se forma tierna, achinando sus ojos, mirándolo lleno de amor y Loki lo amó aun más si es que eso era posible, no sabía como el torpe de Thor lo había conquistado, pero ahí estaba él, muriendo de amor, cada vez más enamorado.

Su comienzo fue caótico, por años no fueron más que hermanos, para cuando se dieron cuenta, entro ellos ya había mucho más que amor, un sentimiento muy sincero y arraigado que no podían ignorar, que simplemente se negaban a abandonar.

Fueron víctimas de escrutinio público, eran hermanos adoptivos, no lo negaban, pero entre ellos no había lazos sanguíneos, sólo los unía una vorágine de sentimientos y pasión.

Thor el primero en dar el gran paso, en ser sincero y expresar lo que su corazón sentía, aquellos que su alma quemaba por revelar, pero Loki no lo aceptó. Él estaba demasiado agradecido con Odin y Frigga como para dañarlos de esa forma, callando cada centímetro y obligando a su cuerpo a realizar uno de los peores tormentos que pudiera padecer, se alejó.

Se fue muy lejos, dejando dos corazones rotos, porque pese a que él lo había decidido estaba seguro de que su corazón se quebró mucho más que el de Thor. No hubo día que no lloraba aquel amor que no pudieron prosperar, su cuerpo lo extrañaba y agonizante estaba por volver a recibir todas sus caricias.

Si era verdad que alguien podía enfermar de amor, estaba seguro de que ellos lo padecieron. Eran como muertos en viva, ya no había brillos en sus ojos, se extrañaban y amaban incluso más que antes, ni la distancia ni el tiempo pudo callar sus sentimientos.

No lo soportaron más, dejaron atrás toda opinión, la sociedad no les importó y al fin estuvieron juntos una vez más. Ahora eran sólo ellos, contra todos, contra el mundo, dispuestos a tomarlo en sus manos, dispuestos a quemar todo, sólo importaba si al final del día tenían sus labios para besarse una vez más.

Loki dejó atrás todo pensamiento negativo y mandó definitivamente a la mierda la sociedad, dejó salir su verdadero ser, una naturaleza que no sería entendida por muchos, pero para él sólo bastaba con que Thor la aceptara. No le gustaba seguir estereotipos, nunca se sintió cómodo con la clásica definición masculina, a él simplemente le gustaban las cosas femeninas, pero no por eso se sentía menos hombre, sólo quiso mandar al demonio aquellos estúpidos estereotipos de género, una mismísima mierda, como se atrevía a asegurar.

Todos pensarían en un hombre clásico y a la antigua al ver a Thor, pero él era todo lo contrario, al hombre no le iban aquellas arcaicas concepciones de género, el disfrutaba cada vez que veía a Loki portando algo de mujer, porque no es que lo calentara, más bien era ver a Loki en su verdadera naturaleza, amándolo tal como era, aunque no negaba que tenía un solo fetiche, uno muy guardado y que aún no se atrevía a sacar a la luz.

Colección Oneshots Marvel: Voragine (Marvel Yaoi/Slash)Donde viven las historias. Descúbrelo ahora