Y sí, lo afirmo. Afirmo que caemos en el más profundo hoyo de nosotros mismos cuando inevitablemente nos sentimos despreciados. Cuando amamos a alguien nos sentimos felices, eufóricos, estamos como en un mundo paralelo en el que solo quieres estar con esa persona, pero no siempre cuando sentimos estas emociones nos sentimos bien, ya que el amor, no siempre es correspondido, puesto que el amor, nunca es solitario, siempre es recíproco, si el amor no es sentido por dos personas que se aman mutuamente, el amor nunca es ni será amor.Muchos han sido los que han intentado escapar, los que han preferido marcharse lejos de esa persona que continuar con la agonía de quererla con todo su corazón, de amarla con locura, hasta el infinito, hasta la saciedad, hasta la muerte incluso, pesar de que ellos no sean amados por dicha persona. Muchos han sido también los que día sí día también, han intentado hacer que esa persona te quiera como tú la quieres, sin nunca obtener resultado, sintíendote humillado cada vez que lo intentas y fracasas. Sentir que el alma desgarra con los desprecios de ese alguien, con sus menosprecios hacia tí o símplemente, ignorancia. Sin posiblemente una razón aparente ha aparecido en tu vida y sin saber por qué te has enamorado. Y es que, es terriblementemente tan fácil caer, tanto, que estamos predestinados a ello desde nuestros orígenes, desde nuestra existencia como tales: estamos predestinados a saborearlo, a disfrutarlo, a sufrirlo, a penarlo, a vivirlo.
Se define al estado de enamoramiento como un estado emocional, que supone la alegría y la satisfacción de encontrar a otra persona que es capaz de comprender y compartir la vida con una persona, conocida o desconocia, que por una causa no necesariamente buscada, que conecta contigo desde un primer momento. En el estado de enamoramiento, el corazón puede más que la razón, la domina por completo. Nos enamoramos cuando conocemos a alguien por quien nos sentimos atraídos y dejamos caer frente a él o ella las barreras que nos separan de los demás. Cuando compartimos con esa persona nuestros sentimientos y nuestros pensamientos más íntimos, tenemos la sensación de que, por fin, hemos hecho una conexión con alguien. Cuando estás enamorado, los días lluviosos significan besos mojados, cuando estás solo, la lluvia implica música a todo volumen, mirar por la ventana y ponerte a llorar.
Este sentimiento nos produce gran placer, nos sentimos felices y andamos todo el día de buen humor y atontados, absortos en pensamientos que, de repente, parecen todos ellos abocados a esa persona, a esa persona de la cual estamos enamorados. De este modo, nos parece que nuestra pareja es perfecta y la persona más maravillosa del mundo, la única persona que es capaz de hacernos realmente feliz, alejarnos de nuestras preocupaciones y de algunas de nuestras obligaciones para ubicar tus pensamientos en esa persona, única. Esa es la diferencia entre enamoramiento y el amor.
Empezamos a amar cuando dejamos de estar enamorados. El amor requiere conocer a la otra persona, requiere tiempo, requiere reconocer los defectos del ser amado, requiere ver lo bueno y lo malo de la relación. No quiere decir que enamorarse no es bueno, al contrario es maravilloso, es especial, es estar en una nube, tocando el cielo. No es lo que queremos sentir, sino lo que sentimos sin querer; sin embargo solo es el principio. Muchas personas son adictas a estar enamoradas. Terminan sus relaciones cuando la magia de haber conocido alguien nuevo desaparece; cuando empiezan a ver defectos en la otra persona y a darse cuenta de que esa persona no es tan perfecta como pensaban.
El verdadero amor no es ciego, aunque a veces, es como el viento, no se ve, pero se siente. El verdadero amor nunca es grosero o egoísta, nunca es jactancioso o engreído, nunca se ofende, ni es resentido, siempre se deleita en una verdad absoluta, y siempre está dispuesto a soportar o a excusar todo lo que venga. Cuando amas a alguien puedes ver sus defectos y los aceptas, puedes ver sus fallos y quieres ayudarle a superarlos, siempre con paciencia, con tacto, con suavidad, sabiendo que haces lo correcto para que ese amor fructifique. El amor verdadero está basado en la realidad, no en un sueño de que encontraste a tu príncipe azul o a tu princesa encantada. Y ésta es la verdadera esencia, la verdadera magia del amor, su pureza, su perfección casi absoluta, su verdad eterna.
Has encontrado a una persona maravillosa, de acuerdo, pero esa persona no es perfecta ni tú tampoco, puesto que la perfección es algo imposible de lograr, la perfección no existe, aunque el amor sea una perfección personificada, aunque no total. Amar es poner en una balanza lo bueno y lo malo de esa persona y después amarla. El amor es una decisión consciente. Muchas veces oímos de personas que dicen que se enamoraron de alguien y que no pueden evitarlo. Qué se supone ¿Que es una cuestión de suerte? Qué se supone ¿Que amamos por arte de magia? De ninguna manera.
Puedes sentir una gran admiración por alguien, puedes desear tener una relación con alguien, puedes estar muy agradecido por lo que alguien ha hecho por ti, pero no, no lo amas, porque el amor es distinto, es algo que solo necesita de una convivencia mutua, de un sentimiento de enamoramiento anterior y de una alimentación de éste por parte de ambas personas. Te da las ganas de vivir, te da las ganas de que puedas despertarte cada día sabiendo que existe esa persona con la que estás compartiendo el amor, el amor que ambas personas sienten una por otra , ya que el amor, en su estado de plenitud, es como un hilo inquebrantable, como una fuerza de antimateria que hace realidad la fusión de dos almas hechas la una para la otra.
El amor nace de la convivencia, de compartir, de dar y recibir, de intereses mutuos, de sueños compartidos, de metas aún por conseguir. El amor consigue sacar lo mejor de tu persona, consigue cosas que aparentemente parecen imposibles de lograr, te ayuda a comprender el verdadero valor de la vida: amar a una persona que te ame, ya que tú no puedes amar a alguien que no te ama, o que no se interesa por ti. El amor verdadero es recíproco. Seguramente, cada uno de nosotros, alguna vez a lo largo de nuestra vida, hemos pensado que estábamos enamorados de alguien que no nos hacia ningún caso, alguien que pasaba de nosotros como si fuéramos invisibles, como si no le importáramos a ese alguien para nada.
Y sí como he afirmado al principio se pasa mal, muy mal, te sientes destrozado porque la persona de la que te has enamorado te ha rechazado, y todas aquellas personas que como yo lo han sentido y vivido pensarán exactamente lo mismo, pensarán que el enamoramiento si no se convierte en amor, puede llegar a ser un estado destructivo, aunque tenga apariencia de ser un estado extraordinario. El amor tiene su lado oscuro, el lado del sufrimiento, del dolor, de las ganas de llorar por la persona a la que has amado tanto tiempo y que ahora tienes que olvidar, puesto que esa persona no te incluye en sus pensamientos, ya que está enamorada de otra persona. Es en ese momento cuando te entran ganas de hacer locuras, sufres pensamientos jamás conocidos en tu persona, conoces la rabia, la ira, la venganza, el dolor interior, el más profundo, el que no se ve pero se siente, el que te quita las ganas de vivir.
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POEMAS
Poetryrecopilación de pequeños poemas que están basados en hechos reales, espero les guste