ACTO PRIMERO ☀️

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Habitación pintada de amarillo


NOVIO.-(Entrando.) Madre.


MADRE.-¿Qué?


NOVIO.-Me voy.


MADRE.-¿Adónde?


NOVIO.-A la viña. (Va a salir.)


MADRE.-Espera.


NOVIO.-¿Quiere algo?


MADRE.-Hijo, el almuerzo.


NOVIO.-Déjelo. Comeré uvas. Deme la navaja.


MADRE.-¿Para qué?


NOVIO.-(Riendo.) Para cortarlas.


MADRE.-(Entre dientes y buscándola.) La navaja,


la navaja. .. Malditas sean todas y el bribón que


las inventó.


NOVIO.-Vamos a otro asunto.


MADRE.-Y las escopetas y las pistolas y el cu-


chillo más pequeño, y hasta las azadas y los


bieldos de


la era.


NOVIO.-Bueno.
MADRE.-Todo lo que puede cortar el cuerpo


de un hombre. Un hombre hermoso, con su flor


en la boca, que sale a las viñas o va a sus olivos


propios, porque son de él, heredados...


NOVIO.-(Bajando la cabeza) Calle usted.


MADRE.- ... y ese hombre no vuelve. O si vuel-


ve es para ponerle una palma encima o un pla-


to de sal gorda para que no se hinche. No sé


cómo te atreves a llevar una navaja en tu cuer-


po, ni cómo yo dejo a la serpiente dentro del


arcón.


NOVIO.-¿Está bueno ya?


MADRE.-Cien años que yo viviera, no hablaría


de otra cosa. Primero tu padre; que me olía a


clavel y lo disfruté tres años escasos. Luego tu


hermano. ¿Y es justo y puede ser que una cosa


pequeña como una pistola o una navaja pueda


acabar con un hombre, que es un toro? No ca-


llaría nunca. Pasan los meses y la desesperación


me pica en los ojos y hasta en las puntas del


pelo.


NOVIO.-(Fuerte.) ¿Vamos a acabar?
MADRE.-No. No vamos a acabar. ¿Me puede


alguien traer a tu padre? ¿Y a tu hermano? Y


luego el presidio. ¿Qué es el presidio? ¡Allí co-


men, allí fuman, allí tocan los instrumentos!


Mis muertos llenos de hierba, sin hablar ,


hechos polvo; dos hombres que eran dos gera-


nios. ..Los matadores, en presidio, frescos,


viendo los montes. ..


NOVIO.-¿Es que quiere usted que los mate?

bodas de sangre Donde viven las historias. Descúbrelo ahora