one

23 2 0
                                    

Sangre
Sangre
Sangre
Sangre

Me encanta.

Teresa se encontraba sobre en la mesa de café en la sala. Nos habíamos estado divirtiendo ahí antes.

La apuñale ocho veces en el abdomen, una mancha de sangre rodeaba esa parte de su cuerpo.

Gota tras gota su vida se iba.

Fascinante.

La conocí en la escuela, salimos por dos meses, no fue tan difícil que me dijera que sí.

Ella es la primera que asesino de la escuela, y la última tal vez. No debí de haberlo hecho, pero no me pude contener. En cuanto la vi supe que tenía que matarla.

Normalmente iba a bares para esto; conseguía a alguien, la traía a casa, nos divertíamos un poco y luego cuando estuviera satisfecho les quitaba la vida.

Pero bueno, es una lástima que Teresa no pudiera cumplir sus sueños.

Después de observarla un rato me levanté del sofá, le saqué el cuchillo del abdomen y lo limpie con un pañuelo, ya lo lavaría después.

Tenía que deshacerme del cuerpo.

La envolví en dos bolsas de basura y la puse en la parte de atrás de mi camioneta.

La dejé atrás de un bar cuidando que nadie me viera, junto a ella deje su bolso, le saque todo su efectivo y aplaste su teléfono para luego tirarlo en un contenedor cercano junto con sus joyas para que creyeran que había sido un robo.

Volví a casa, me quite los guantes de cuero y encendí un cigarrillo. Había sido una noche larga.

2 Meses Después

Me encontraba apoyado en un viejo árbol, a unos cuantos pasos de mí se encontraba un viejo hablándole a un grupo de personas alrededor de una tumba.

Sí, fui al funeral. Tenia que ir, salí con ella, podrían sospechar si no iba.

Además, estaba aburrido y pensé que tal vez sería divertido.

La habían encontrado hace dos días y ya habían pasado dos meses desde que la maté, pensé que tardarían menos, tampoco hicieron ninguna investigación, la policía de esta ciudad era una mierda. Punto para mí, supongo.

Ya había pasado más de media hora y el anciano seguía hablando, me estaba empezando a fastidiar. Tenía que irme ya.

Pero una dulce voz borró mis pensamientos.

-Hola -susurró, cruzando su brazos, sin despegar su vista del grupo- Jack Rutherford ¿verdad?.

-El mismo - sonreí.

-Soy Abby Woods, un placer - dijo, finalmente viéndome.

Fruncí el seño.

-¿Woods?¿Como Teresa?

-Era mi hermana menor - sonrió triste. Oh. Sonreí mentalmente. Interesante.

Pose mi mano en su hombro.

-Lo siento - No, no lo siento.

-Esta bien - quitó una lágrima que resbalaba por su mejilla - Ella hablaba mucho de ti ¿sabes? Le gustabas mucho- sonrió.

Mire abajo y fingí una risa nerviosa.

-¿En serio? - levante la mirada y le sonreí - Yo... También la quería, me hubiera gustado que nuestra relación hubiera durado mas de dos malditos meses. Pero bueno, -suspire - así es la vida ¿no? La gente muere.

-Al ser mayor que mi hermana pensé que que querías herirla o algo así -sonrió - Pareces ser un buen chico, aunque luzcas como uno malo -rió.

-Gracias, supongo

A lo lejos pudimos notar que la gente se empezaba a ir.

Creo ya estaban secos de tanto llorar.

-Bueno, ya debo irme - volteó hacía mí y me abrazó - Fue un placer, Jack.

-El placer fue mío - correspondí el abrazo.

-Nos vemos - dijo mientras se alejaba.

Y mientras se alejaba me di cuenta de que me hacia sentir el mismo sentimiento que Teresa.

Tenía que matarla.

~••~

Me quedé un rato más bajo aquel árbol , viendo como todas esas personas se iban hasta que no quedó nadie alrededor de su tumba.

Me acerqué y tome una flor de la tumba que estaba a la par.

La olí y la dejé sobre la tumba

-No te preocupes, Teresa, pronto tu hermana estará contigo.

Psycho killerDonde viven las historias. Descúbrelo ahora