💐Ｆｌｏｗｅｒ Ｓｈｏｗｅｒ💐ＡＴＥＥＺ💐ＭｉｎＪｏｏｎｇ💐

『02』

𝙴𝚝𝚒𝚚𝚞𝚎𝚝𝚊𝚜 𝚢 𝚌ó𝚍𝚒𝚐𝚘𝚜 𝚍𝚎 𝚋𝚊𝚛𝚛𝚊𝚜

Era viernes por la noche, MinGi estaba doblando turno para cobrar un poco más de dinero el día de paga, normalmente había mucha gente comprando a esas horas pero esta vez era distinto.

Las calles se veían desiertas y el frío aire de la noche no ayudaban más que a brindar un aspecto tenebroso, algo que indicaba de algún modo un mal augurio.

Con un poco de miedo el alto prendió la radio dejándola con un volumen prudente para que se  escuchará de fondo.

Avanzó lentamente hasta la puerta para abrirla y colocar la una malla metálica la cual le daría algo de protección. Cuando eso estuvo en su lugar se dirigió a la parte trasera de la tienda donde descansaban miles de cajas llenas de productos nuevos.

Tenía que acomodar todo antes de las 3 de la mañana y no parecía una tarea fácil.

Luego de acomodar envases y bolsas se dio cuenta que aún tenía algo de tiempo así que decidió actualizar algunos precios y etiquetas.

Cuando dieron las tres de la madrugada el joven empezó a apagar luces para luego cerrar y salir de ahí con su abrigo puesto.

El mal augurio que había sentido antes se hizo presente de nuevo manifestándose en su estómago el cual punzo con fuerza al sentir que le seguían.

Con el valor que le quedaba apresuró el paso y dobló una calle antes, sin embargo aún parecía tener alguien detrás. Su respiración se volvió errática y sus pasos desesperados.

A unos metros de llegar a su hogar el chico corrió mientras sacaba sus llaves y abría.

Al entrar y dar la vuelta para cerrar visualizó un joven delgado caminar con prisa mientras un hombre adulto le seguía. Al parecer al que seguían no era a MinGi sino a ese muchacho quien antes de desaparecer de su vista también corrió siendo seguido por el hombre a sus espaldas.

Un ruido dentro de su hogar lo hizo detenerse a correr tras ese sujeto y evitar que dañará al chico.

Al darse la puerta y cerrar esta vio a su madre con los ojos rojos y una sonrisa cansada.

—Llegaste temprano hijo ¿Tienes hambre? Te dare algo de comer.

El menor estaba confundido y molesto, otra vez su madre se había quedado despierta planchando ropa, era horrible el sentimiento que MinGi tenía cuando la veía así; tan cansada, con un tono de voz tan débil que era difícil escucharla y parecía que cairía en cualquier momento del cansancio.

—¿Aún estás despierta? No debiste esperarme mamá.

Le fue imposible seguir molestó a MinGi cuando su madre le regaló otra sonrisa.

Esa misma sonrisa que pedía a gritos ayuda y que siempre estaba en su rostro. MinGi realmente quería que esa sonrisa algún día cambiará a una de tranquilidad.