"Naciste siendo sumisa , creciste siéndolo y morirás siendo una , porque ese es tu destino."
Nadie escapa de su destino , eran las palabras que siempre me decía mi abuela, ella era la única que me consolaba y estuvo ahí para mi, pero tristemente el cáncer termino con ella.
Mi corazón se encuentra oprimido debido al miedo que inunda mi cuerpo , las heridas de mi piel ardían y solo me sentía una basura destinada a la mediocridad. Me recosté en suelo, llorando y preguntándome porque karma estaba pagando para haber terminado de esta manera.
- ¡Despierta ! - escuche la voz de aquel hombre.
Abrí mis ojos lentamente, mire hacia arriba y ahí se encontraba ese monstruo frente a mi.
- Levántate y cámbiate , debemos ir arreglar tus papeles, no quiero que mi futura esposa lleve un nombre tan ridículo y tenga descendencia tan mediocre, te espero abajo y no me hagas esperar. - me ordenó antes de irse.
Me levanté molesta y me asome a la ventana buscando a una probabilidad para escapar pero la mansión estaba rodeada por varios guardias de seguridad. Sin remedio cogí mi pequeña maleta y saqué un vestido, el mas formal que tenia. Entre al baño y lave mi rostro mirando aquellos golpes, decidí cubrirlos con el poco maquillaje que llevaba, me solté el cabello y salí observado el lugar, el cual era hermoso.
- Estoy lista. - hable mirando aquel monstruo que se encontraba un elegante traje mirando a la ventana sin expresión alguna.
El alzo la mirada y volvió a mirarme con esa terrible expresión, se acerco a mi de manera desafiante.
- ¿Es un broma?, porque te pones un vestido tan miserable, no pueden verme con alguien tan insignificante como tu - grito molesto.
- Es lo mejor que tengo - Baje la mirada .
- ¡Eres una tonta!- dijo mientras me llevaba de vuelto a la habitación.
- Escucha, eres la prometida de uno de los mas importantes empresarios de New York y no dejaré que una que una tonta pueblerina como tu arruine mi reputación - me arrojo a la cama.
- ¡Lorena ven rápido! - grito.
- Dígame mi señor. - entro esa señora de sonrisa cálida.
- Consigue un vestido elegante, lo quiero en veinte minutos. - ordeno a la pobre mujer.
Se acerco a mí y me miro a los ojos.
- Me das asco. - hablo con repugnancia.
- ¿ Y si me odias tanto porque me trajiste aquí? - murmuré más para mi misma.
Sin darme cuenta sentí un fuerte golpe en mi mejilla.
- Te dije que no hablaras. - me miro molesto.
Solo asentí, mientras lloraba de rabia. El se levantó y salió de la habitación, me sentía humillada y un odio comenzaba a creer hacia a el.
La mucama entró con una sonrisa cálida, me dejó las cosas y me ayudo a cambiarme y cubrir los golpes. Stephan me esperaba afuera, me jalo del brazo y subió al auto sin decir palabra alguna.
La cuidad era tan grande , solo pensaba en mis Padres y hermanas las extrañaba demasiado y en la promesa que no le cumplí a Leonel , si tan solo me hubiera quedado callada nada de esto habría pasado.
- Iremos a Manhattan , tu fecha de nacimiento será la misma , tus padres aparecen como muertos , tu apellido será el mío y ya escogí tu nombre- dijo sin limitarse a mirarme.
-Me gusta el mío. - dije con la mirada baja.
-¿Acaso te pregunte?- se giro a verme molesto.
- ¿Al menos puedo saber cual será mi nombre ?- hable temiendo a que me golpeara.
- Amelia Smith. - Dijo para continuar conduciendo.
El camino fue callado, no entendía como había llegado a todo esto. Llegamos a la gran ciudad después de unos minutos, estacionó el auto y bajamos de el. Me cogió de la mano y caminaba como si yo fuera el amor de su vida, yo solo agache la mirada.
Llegamos aún gran edificio , para después entrar a una oficina y entonces empezó el papeleo. Isabella Blythe había muerto, ahora no era nada. Stephan termino el papeleo para volver arrastrarme al auto.
- Iré a mi empresa , necesito recoger unos papeles, recuerda que soy el dueño y tu eres mi prometida, trata de fingir elegancia y amor a mi, si no lo haces ya conoces las consecuencias. - me miro con enojo.
Llegamos a un edificio hermoso , bajamos del auto y fue recibido por todas las personas del lugar, pero al mismo tiempo me miraban con sorpresa, el siguió caminado sin expresión alguna, cogió mi mano llevándome a un enorme ascensor para llegar a una vestíbulo donde una mujer muy hermosa lo recibió con una hermosa sonrisa la cual se desvaneció al mirar nuestras manos.
-Anahí lleva los papeles a mi oficina.- miro a la chica molesto y entro a una enorme oficina olvidándose de mi.
La chica entro detrás de el, yo me quede ahí parada sin decir nada mirando el lugar y en el momento recordé que llevaba horas sin comer, Anahí salió y me miro de arriba a abajo.
- ¿Dónde hay agua ?. - le pregunte a Anahí con la cabeza baja.
- Esta en la cafetería . - contesto muy grosera.
- ¿Me podrías traer un poco? ,no se donde queda . - dije con timidez.
- ¿Disculpa? , quien te crees para ordenarme , ve tu gata . - me contesto con enojo.
-Solamente se cree mi prometida . - contesto Stephan.
-Lo siento señor , no lo sabía. - se disculpó asustada y bajando la mirada.
- ¡Estas despedida! . - grito molesto a la chica y jalándome el brazo rumbo al elevador.
Bajamos por la parte trasera, me abrió la puerta del auto y me aventó adentro para después azotar la puerta.
- Eres una inútil y la futura esposa de un gran empresario, debes imponer respeto. - me miró molesto.
- Si quieres una disculpa esta bien , lo siento - fue lo único que respondí.
-Me pusiste en ridículo con mis empleados. - grito mientras aceleraba.
-Yo no hice nada , no es mi culpa que hayas elegido como prometida a una pueblerina como me llamas. - le respondí en su mismo tono.
Solo sentí como acelero más con dirección a la casa.
Solo a mi se me ocurre abrir la boca de nuevo, pensé mientras lo miraba aterrorizada.
Llegamos a la casa y me bajo a la fuerza mientras entrábamos a la casa, azotó puertas y fuimos a la habitación donde sabría que empezaría mi castigo.
- Aprenderás a respetarme. - grito molesto.
- Me estas cansando. - dijo acercándose a mi.
- No me hagas más daño . - le suplique con miedo.
Y sin decirme nada, volvió a golpear mi rostro y me tiro al suelo sin pudor, me tomo de las manos, me arrojo a la cama y se acerco dejando un beso en mi cuello.
- Un día serás completamente mía sumisa. - hablo firmemente para después abandonar la habitación.
Sentía demasiado asco y odio hacia este hombre, era un monstruo, un hombre sin corazón y un día pagara por todo el daño que me ha hecho.
ESTÁS LEYENDO
El Monstruo que salvó mi vida
RomanceEn mi pequeño pueblo existe una tradición que se celebra cada año, una doncella de 21 años debe prepararse para ser elegida entre diferente hombres del mundo, que solo vienen a este pequeño pueblo a elegir una "esposa". Hoy es mi año para el cual se...