Capítulo 2 : Familia

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Al salir del ascensor se encontró con una rubia joven de unos 30 y tantos años, la que iba vestida de una forma muy particular, graciosa y alegre. Y de esa forma saludó.

-¡Hola, mucho gusto, soy Penélope! ¿Puedo ayudarte?- Soltó la rubia sonriente.

- ¡Hola, Penélope, soy Lis! Un gusto conocerte. Tengo cita con Aaron Hotchner.

-Ahhhh... mhhhh... No me dijo nada sobre alguna reunión... Esto está muy raro... ¿Segura de que la cita es hoy? Él no ha llegado y no señaló que tuviera programada una reunión con nadie. Sospechoso... - La rubia seguía hablando casi como si Lis no estuviera ahí y su actitud amable y alegre se había difuminado y ahora parecía más distante.

-Está bien, Penélope. No te preocupes que yo lo puedo esperar.-

-¿Para qué es la reunión?... Seguro que ya le encontró reemplazo... Pero eso no puede ser... no... no...no...- Ni siquiera se despidió y la agitada rubia se alejó con rumbo desconocido.

Lis se quedó de pie e la entrada de una amplia sala llena de cubículos, con muchas personas yendo y viniendo de un lado a otro. Estaba absorta mirando cada detalle de ese lugar en el que tanto deseaba estar. De pronto se asomó, desde una oficina interior, Penélope junto a un hombre impresionante. Era un afroamericano alto y de musculatura casi perfecta quien para ser del FBI no disimulaba mucho que la observaba de manera seria. La miró directamente, la rubia le dijo algo al oído y se volvieron a meter a la oficina, aunque la trigueña sentía cómo seguía siendo observada detrás de las persianas.

Intentó no darle más importancia de la que tenía y cuando ya estaba por rendirse y tomar un asiento, irrumpe en la escena el Jefe de la Unidad.

¡Aaron!... – Gritó. Perdón- ¡Sr. Hotchner!

El agente se paró en seco y la observó con seriedad y le dijo:

-Olvidé que estamos a 9 de noviembre. -

Mientras esto pasaba Penélope bajaba las escaleras con una agilidad impresionante demostrando que se desplazaba como nadie en esos tacones enormes. Se acercó al Jefe de la Unidad y le dijo que lo esperaban urgente en la sala de reuniones. ¡URGENTE!- repitió Penélope.

- Lo lamento, Lis. Esta vez no podré atenderte. Tenemos serios problemas en la Unidad.

- Por favor, Sr. Hotchner. Sólo le quitará un tiempo.

- Debo ir a reunirme con mi equipo, si quieres me esperas, pero no sé cuánto tiempo tardaré. Con esta fría sentencia el serio Aaron se alejó y entró a la sala de reuniones.

La espera fue larga, y si bien no lograba alcanzar a oír lo que discutían dentro, sentía cómo subía de tono la conversación. Ella siguió de pie casi en la misma posición en la que había quedado cuando Hotchner la dejó ahí en ascuas. No era un regimiento ni era necesario parecer soldado, sin embargo, no quería mostrarse débil, y no se iría de ahí sin dar la pelea otra vez.

-Lis, ven a mi oficina, ahora.

La joven se despertó abruptamente de sus pensamientos y se dirigió a la oficina.

- Buenas tardes, Señor.

- Deja los formalismos aquí dentro, Lis. Ya no hay gente alrededor. Toma asiento y escúchame. Sé el motivo por el cual vienes como lo has hecho ya desde hace tres años. Lamento decirte, una vez más, que no hay un cupo disponible para ti en este equipo.

Las razones son varias y ni siquiera debería dártelas, pero sé que si no lo hago lo seguirás intentando y perseverarás en una idea que no va a ser y por el aprecio que te tengo, lo haré.

- Así sería, así que te escucho, Aaron.

- Bien, en resumidas cuentas, la Unidad ha pasado por cambios estructurales fuertes. Hubo reducción de presupuesto y acaban de transferir a nuestra mejor agente a un departamento de Inteligencia del FBI en California. Esto ha puesto a todo el equipo a la defensiva, están estresados y tristes. Son perfiladores y una vez que ingresaste supusieron que venías para ser su reemplazo. Se enojaron mucho conmigo por no haberles contado que ya tenía en los planes contratar a una nueva agente. Les aclaré que no era así y que no se preocuparan. No habrá reemplazo para Jennifer ni para nadie. – Habló fríamente Hotchner.

- ¿Pero no te hará falta alguien en tu equipo? ¿Acaso no es que ustedes tienen mucho trabajo y con una agente menos será peor? , preguntó anhelante Lis.

- Eres una chica lista. No quiero engañarte. Este equipo es una familia y no van a superar esto fácilmente. Están dispuestos a trabajar el doble con tal de que no se concrete un reemplazo de Jennifer ya que eso significaría la sentencia de que no va a regresar.

- Lista no soy. Sólo me he esforzado mucho por esto porque sabes cuánto lo anhelo y por cuánto tiempo. ¡Hice todo lo que me pediste, Aaron! Estudié y terminé la carrera universitaria, luego dijiste que debía tener experiencia en la Policía y postulé sin tu ayuda, y también lo hice. Luego era muy poca experiencia. ¿Y ahora me dices esto?–Le espetó duramente la chica. Mejor di que no cumplo con tus expectativas, soy muy poca cosa para pertenecer a este grupo de élite. Respondió, la chica.

- Jovencita, no permitiré que caigas en eso. Eres realmente capaz y lo has demostrado. Sé que has sido buena en todo lo que has hecho estos años a punta de esfuerzo, a pesar de todo lo duro que te ha tocado sobrellevar. Tus diplomas y superiores lo abalan. Pero no habrá cambio de esta decisión y no te pediré que el próximo año no vuelvas a venir porque sé que lo harás, pero la respuesta será la misma. En serio lo lamento, Lis, ahora debo reunirme con el equipo porque partimos en 30.

- ¿Sabes, Aaron?... ¡Te odio!... Bueno, no te odio, pero sí me siento muy decepcionada de ti y de cómo durante todo este tiempo jugaste con mi destino. ¡Tampoco podría pertenecer a un equipo lleno de personas de mente tan cerrada! ¡Adiós! – Dijo Lis mientras salía de la oficina y partía rumbo al ascensor para escapar de la UAC.

Conteniendo la rabia y la impotencia caminó rápidamente cuando se cruzó de frente con un joven de unos 28 años quién le sonrió cortésmente y dijo un tímido "Hola". Ese simple gesto causó que ella se ruborizara y se preguntara quién era la afortunada dueña de ese corazón. Toda la rabia que sentía hace unos minutos quedó eclipsada porque el chico era realmente lindo y parecía dulce. Él sólo se agachó a recoger su credencial que había caído, en la cual ella alcanzó fugazmente a leer: Nombre:  Dr. Spencer Reid. Cargo: Agente Especial  Supervisor UAC.

Ese pequeño detalle la hizo volver de súbito a la realidad y en vez de devolverle el saludo, lo miró y le dijo de manera descortés: - ¡Ah, eres parte de ellos! Debes tener la mente cerrada y ser VIP igual que todo tu grupo. –Adiós. Dijo dando media vuelta y se marchó rápidamente de ese edificio.

El joven agente, quien sí era tímido, sólo atinó a mirarla sorprendido pero no alcanzó a preguntarle a la chica a qué se refería con todo eso porque ella escapó veloz del lugar. Algo en ella lo atrajo pero él no era de ésos y menos en estos momentos tendría cabeza como para hacerle caso a lo que le pasaba en su interior.

-¡CHICO BONITO, DESPIERTA Y CIERRA LA BOCA! ¡Debemos irnos ya!- Le gritó el moreno compañero de Spencer, lo cual hizo que el delgado agente reaccionara y volviera a la normalidad habitual.

-¡CHICO BONITO, DESPIERTA Y CIERRA LA BOCA! ¡Debemos irnos ya!- Le gritó el moreno compañero de Spencer, lo cual hizo que el delgado agente reaccionara y volviera a la normalidad habitual

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⏰ Última actualización: Nov 09, 2019 ⏰

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Hate (Love) Me, Dr. Reid.Donde viven las historias. Descúbrelo ahora