El final de una vida rutinaria

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Anthony era conocido al ser el hijo del brillante genio y magnate Howard Stark, el jóven castaño había gozado de una infancia llena de lujos, pero había algo que jamás había tenido y era el cariño y atención de su padre, sin embargo el cariño y mimos jamás le faltaron por parte de su madre Maria y de su mayordomo Jarvis, quien muchas veces tomaba aquél rol de padre en la vida del pequeño Anthony.

Ya en su adolescencia aquél jóven fue a los mejores institutos, era bastante inteligente y había logrado graduarse más temprano que todos sus compañeros, a Tony no le faltaba nada, tenía lujos, chicos y chicas que morían por salir con él, suena bien, ¿no?... Pero nuevamente la ausencia de su padre hacía que Tony tuviera ataques de rebeldía, con la única intención de llamar la atención de Howard, por otra parte, Howard no salía de las instalaciones de S.H.I.E.L.D, su única meta era mejorar el suero del super soldado y los nuevos trajes que actualmente estaban siendo probados en el Capitán Rogers y el Sargento Barnes.

Ese día Tony había llegado a la hora de la cena a su casa, se encontraba algo ebrio, pero podía mantenerse de pie y así fue hasta el comedor, sujetándose de los muebles y arrastrando un poco los pies.

¿Existira un solo día en el que llegues sobrio a casa?. No puedo creer que siempre sea lo mismo contigo Anthony.—

Añadió Howard bastante irritado y no era para menos, en esa cena se encontraban Rogers y Barnes, se veían unos años mayores que Anthony, aunque realmente casi le doblaban la edad. Steve Rogers era el chico rubio con cara de ángel, el novio que toda madre anhelaria para su hijo, un hombre con principios y hecho a la antigua. James Barnes era todo lo contrario, cabello negro, con un rostro perfecto y una mirada coqueta, seria y un tanto misteriosa, rebelde, un soldado agresivo y un tanto sádico algunas veces, el chico que toda madre quiere lejos de sus hijos.

Ver a aquellos dos hombres en su casa fue la mejor manera de poner sobrio a Tony y era entendible, ambos eran sumamente atractivos aunque conociendo a su madre seguramente escogería a Rogers y por supuesto que Tony también lo escogería, era el tipo perfecto, pero... Barnes, tenía algo que realmente le llamaba la atención. Al darse cuenta de sus pensamientos sacudió la cabeza repetidas veces, "¿Que mierda piensas Anthony?, ni siquiera los conoces y ya estas casi planeando tu boda con cualquiera de ellos", se reprochó internamente para después ir a sentarse al comedor tomando el lugar junto a su madre.

—¿Y a que se debe que tengamos a tus experimentos en la casa?.—

Cuestionó el castaño en tono sarcástico mientras tomaba un poco de agua, Maria y Steve no pudieron evitar reír un poco al ver el tono sarcástico y arisco del jóven, mientras que Howard le daba una mala mirada y Barnes, ni que decir, su mirada parecía decir "vuélveme a llamar experimento y eres hombre muerto", aquélla mirada hizo que el jóven tragara saliva un tanto tenso, acto que hizo sonreír al Sargento, al parecer con unas miradas se entendían perfectamente y aquello resultaba aterrador. Había algo en aquéllos dos sujetos no terminaba de convencerle, conocía el proyecto de "Súper Soldado", en parte sabía cosas del proyecto ya que era difícil averiguarlo por completo, toda esa información la tenían muy bien resguardada, realmente Anthony no confiaba ni en el proyecto y mucho menos en S.H.I.E.L.D, ya un par de veces había logrado hackear el sistema y conseguir varios archivos, había algo realmente sospechoso en todo ese asunto, pero no era momento para conspiraciones, ya se sentía hambriento y al tener frente a él su plato de comida no hizo más que concentrarse en comer y tratar de no dormirse o vomitarse en el comedor, realmente había bebido demasiado, pero su cuerpo ya comenzaba a acostumbrarse a esos niveles de alcohol. Una vez terminada la incómoda cena, se puso de pie para poderse marchar a su habitación, cuando se encontraba subiendo las escaleras pudo escuchar unas palabras, unas palabras que casi lo hacen gruñir del coraje.

Maria, si no te molesta, estos dos chicos van a pasar unos meses aquí en la casa, por cuestiones de trabajo necesito tenerlos cerca, sólo serán un par de meses, hasta terminar el proyecto que tenemos.—

Fueron las palabras de Howard que casi al instante fueron seguidas por uno de los soldados.

No se preocupe señora, no le vamos a causar ningún problema ni mucho menos, casi ni va a notar que estamos aquí y para cualquier cosa que lo necesite no dude en llamarnos, es lo menos que podemos hacer si vamos a estar aquí, brindarle nuestra ayuda.—

Extrañamente esa amabilidad había sido por parte de Barnes, Tony no podía negar el hecho de que su voz le resultaba jodidamente sexy, aunque seguramente ya eran los efectos de las bebidas, por lo que decidió dejar de perder el tiempo e irse a su habitación para poder tener una larga y tranquila siesta.

Eran exactamente las tres de la mañana y aunque su siesta estaba siendo muy placentera, sintió la necesidad de ir por un vaso de agua y una aspirina, para evitar peores dolores de cabeza gracias a la resaca, como era su costumbre, fue hasta la cocina vistiendo únicamente un bóxer corto y su sorpresa fue grande al ver al rubio en la cocina sirviéndose un vaso de leche, el castaño hizo su mayor intento para pasar desapercibido pero el más mínimo ruido había llamado la atención del mayor.

Oh, no sabía que estabas despierto Anthony, si quieres siéntate en el comedor, puedo traerte un vaso de agua y una pastilla, imagino debes sentirte mal, pero tranquilo se que hacer, cuando Bucky bebía demasiado al día siguiente yo era el encargado de evitar sus resacas.—

Añadió en un tono divertido, al parecer el rubio tenía ganas de hablar y era amable, por lo que Tony hizo su mejor esfuerzo para corresponder aquélla amabilidad.

Te lo agradezco Rogers y es bueno saber que tu eres un experto en temas de resaca, así ya tendré quien me ayude con eso... Y puedo saber ¿Que haces despierto a estas horas?.—

Le cuestionó de forma curiosa mientras repasaba una y otra vez aquel cuerpo, analizando cada detalle aunque tampoco había mucho que ver puesto que el otro llevaba unos pantalones de algodón y una playera sin mangas, sólo podía verle los brazos y parte de la espalda, pero vaya que ese hombre hacía demasiado ejercicio.

Por favor, llámame Steve, prefiero eso a que me digas por mi apellido... Y bueno, realmente me es difícil acostumbrarme a la comodidad de una cama, siento que es tan suave que terminaré por hundirme.—

Una suave risa salió por parte de ambos, Steve fue hasta Tony para darle el vaso de agua junto con la pastilla, para después sentarse y tomar su vaso de leche acompañado de un par de galletas, el Capitán hacía su mayor esfuerzo para enfocarse únicamente en el rostro del jóven Stark, pero era imposible no poder observar todo su cuerpo, delgado pero muy bien definido, los músculos se le marcaban a la perfección, esbelto y ligeramente musculoso, era fascinante, aquél tono de piel un tanto moreno y ni que decir de su rostro, facciones finas, su cabello alborotado y aquéllos enormes ojos avellanas, aquélla combinación hizo que Steve se pusiera completamente rojo y aquello había terminado por llamar la atención del contrario, pero realmente se había limitado a preguntar, simplemente bebió su vaso de agua junto con su pastilla para después ponerse de pie.

Bueno Steve, fue una agradable charla la de esta noche, te agradezco lo de la pastilla y el agua, eres realmente un encanto, te veré mañana por el desayuno.—

Dicho eso tuvo el descaro de guiñarle el ojo, cosa que hizo al rubio casi atragantarse con su merienda nocturna, causando que Tony riera un poco, vaya que sería divertido e interesante convivir con Steve, era un hombre realmente inocente o al menos eso aparentaba.

Así era la vida de Anthony y todo en su entorno, eran simples apariencias, pero sin dudas aquél curioso jóven iba a encargarse de descubrir cada cosa, cada secreto que se encontraba en su entorno, no iba a descansar hasta no desenmascarar hasta el último secreto que se ocultara en su vida diaria.

Domesticando Al LoboDonde viven las historias. Descúbrelo ahora