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_Señor esa idea es peligrosa, ¿acaso su mente cegada por la nicotina no aprecia que este hombre está infectado por el virus 'z'?, sería peligroso tanto para usted como para toda la armada el que este chico siga en este lugar._

-Su mal acento adaptado al británico hacía el acto de resonar gracias al eco que resonaba por toda aquella amplia habitación, pudiéndose notar de su mal estar y su nerviosismo por el comentario fuera de la democracia actual de la armada que había hecho no hacía ni más de tres minutos. -

_Paulino-

_Paúl señor, mi nombre es paúl._

_Corrigió el hombre de una manera un tanto molesta y cansada, de saberse siempre me confundía con su maldito nombre, pero era de obviar puesto a que en mi armada había más de mil quinientos soldados y era incapaz de meter en mi cabeza nórdica la gran cantidad de nombres de unos simples soldados. Suspiré de manera resignada, llevando de mis manos a los dos extremos de la silla rotatoria en la que me encontraba sentado para darme un leve impulso en estas y así ponerme en pie, haciendo justo después de esto el gesto de guardar de mis manos en los bolsillos de mi gran uniforme de tonalidad azul decorado con una gran cantidad de medallas en la parte superior derecha que daba a mostrar de mi liderazgo. Observé al sujeto que se hallaba esposado de manos y pies en una de las esquinas de aquella amplia oficina. Un chico cuyos ojos eran ahora unos orbes negros, el propio virus que ahora el pobre chico debía de sufrir había disecado primeramente de sus ojos, habiéndose caído de estos en cuanto la semana pasada. Aquella enfermedad le otorgaba a cualquiera que tuviera de esta una gran desdicha, pudriendo lentamente de sus órganos internos, gracias de esto por los parásitos que provocaban del mal para terminar con una dolorosa y lenta muerte, haciendo como regalo el que la mayoría de las venas del cuerpo infectado exploten por el veneno que comienzan a producir los propios microorganismos, los cuales luego de todo este lento proceso, tomarán del cuerpo ajeno para convertirlo así en 'un muerto viviente' o como se suele decir en las películas de acción, un 'zombie'. -

-mis ojos carmesí observaron al muchacho con pena y leve remordimiento, sacando de mis manos de los bolsillos apretando con leve rabia de mis puños para así voltear de mi cuerpo  y volver de mi mirar anteriormente melancólico de nuevo a uno frío y secante hacia el único camarada del lugar. -

_Lo que sea Paulino, te nombraré como me de la puta gana, para algo soy jefe. Esta es mi armada, por lo tanto, yo decido tanto lo que está bien como lo que no, y ahora mismo he decidido que este chico se va a quedar en este lugar hasta el último de sus días. _

-El señorirto Paul por su parte no pareció estar para nada agradecido o en acuerdo con esta idea, por lo tanto, de manera decidida y lleno de confusión e ira por mi supuesto acto sin sentido, comenzó a elevar de su grave voz. -

Señor disculpe las malas palabras pero e de decir que usted está demente, como deje a este hombre aquí nos va a llevar a todos a la puta ruina, ¡todos los soldados vamos a quedar infectados por una puta decisión de una mera vida!.

-Un gruñido de mi parte se hizo sonar de manera rabiosa, llevando uno de mis puños hacia la mesa de una manera brusca, otorgando así un golpe a esta y a su vez, dar a sonar un fuerte sonido por mi acto. El contrario de cejas pobladas retrocedió dos pasos por pura inercia e 'instinto de supervivencia' puesto a que sabía que con lo más mínimo que me molestara podía sacarme de mis casillas y terminar con una linda decoración de bala en su frente y pecho.-

soldado, ni se te ocurra volverme a alzar la puñetera voz en lo que te queda de vida, ¿me oíste?...

-Al no recibir una respuesta ante mi pregunta, de un impulso eché de la pesada mesa de oficina a un lado, tomando al más alto del cuello de su camisa para así hacerlo agachar hasta casi mi altura, quedando cara a cara con este, comenzando a agitar con ligereza del lugar tomado. -

¡TE E DICHO QUE SI ME HAS OÍDO PEDAZO DE ESCORIA!.

-El soldado ya con su rostro palidecido ante el temor asintió levemente, aunque sus cejas aún daban a ver en su expresión molestia por mi decisión. Yo sin más que decir, solté del cuello de su camisa de manera brusca, haciendo al mismo retroceder un par de pasos hasta chocar levemente con la pared por haber perdido parte de su equilibrio. Sin más que decir, volví a voltear de mi cuerpo, comenzando ahora a caminar hacia la puerta de salida de aquella oficina, haciéndose sonar de mis botas militares las cuales quitaba por segundos el intenso silencio que se había formado. Al llegar frente a esta, dirigí de mi mano hacia el pomo dorado de la puerta de madera, pero una pregunta heló de mi acto, quedándome así completamente quieto. -

Señor Larsson... ¿Por qué se empeña tanto en salvar a ese chico?.

-De nuevo, el silencio reinó en la escena, dando así una ligera tensión en el ambiente. Lo único que pude mover en el momento fue de mis ojos, los cuales ante la pregunta se dirigieron al chico de sudadera azul que se encontraba en la esquina, amarrado por cadenas como si tratase de un animal, con su respiración agotada y su mirar ciego perdido. -

Porque él fue mi único y verdadero amor.

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uUuuUuh- aquí yo escribiendo pura kk, ah-, en fin, espero que os haya agradado, comenten si quieren y... Hasta la próxima pues. uwu

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⏰ Última actualización: Dec 31, 2019 ⏰

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