Draco estaba especialmente feliz aquel día. Se había esforzado muchísimo y había despejado su agenda para ir rápidamente a aquella tienda de chocolates que le encantaba a Tom. Francia tenía un clima simpático ese día y se sintió animado, como si nada pudiese salir mal ese día.
Cuando entro a la tienda el olor a chocolate le invadió y prometió comprarse unos chocolates para él mismo, pero al final se olvidó por completo de ellos, seleccionando el mejor regalo. El día había sido agotador por adelantar sus vacaciones y terminar todo el trabajo posible, pero si era por pasar tiempo con Tom, valía la pena. Era un poderoso accionista de la empresa de su padre desde hacía tiempo, sin embargo sólo tomaba decisiones y hacia que todo funcionará, su nombramiento como accionista no sería hasta que cumpliese 20 años.
Cuando llego a su departamento, escondido entre otros tantos Muggles, entró lo primero que vio fue a su elfina Egle aproximarse apresurada y temerosa.
— Amo Malfoy, t-tiene una v-visita.
El que Egle estuviera temblando de miedo solo podría significar una cosa, la ignoro y subió apresurado al estudio, el estudio de Tom, por qué aquel departament en medio de Muggles era el que compartía con Tom desde hacía algunos años.
Lo encontró revisando algunos documentos mientras que con su varita otros tantos eran empacados en su maletín mágico, aquel que Draco le había regalado en su graduación. Eso lo hizo sonreír y se aproximó golpeando levemente la puerta.
— Hola... Tom — Se acercó a él y el aludido solo levantó su rostro y sonrió, una sonrisa vacía que a Draco le parecía lo mejor del día — Me alegra verte.
— A mi igual, es una lástima que no pueda quedarme a conversar.
— ¿Ya te vas?
— Sí, tengo cosas que hacer, veré a él jefe de Aurores del MACUSA.
— Pero Tom, dijiste que estarías aquí una semana.
— Oh... — Tom sonrió — ¿Pensaste que venía por ti? ¿No sabes acaso lo ocupado que estoy?
— No, lo siento — Oculto su dolor y volvió en sí — solo supuse que podríamos hablar un rato, pero entiendo es tu trabajo no se puede hacer nada ¿Cierto?
— Si — Tom le miró — es cierto no puedo perder mi tiempo — Levantó sus pertenencias y se dispuso a irse.
Draco se sentía decepcionado, pero sabía que Tom tenía mucho que hacer si quería llegar a ser el Ministro de Magia más joven de la historia Londinense. Así que en un acto, algo desesperado para su gusto, saco los chocolates que había comprado para Tom.
— Son para ti ¿Puedes quedarte al menos a comerlos?
Tom río por lo bajo, se acercó a Draco y tomo los chocolates de una forma brusca y un poco grosera. Y se sentó en el sillón de su estudio. El heredero Malfoy solo se sentó frente a él sin decir palabra alguna. Sabía de ese estúpido enamoramiento del heredero Malfoy, patético pensó.
Tomo un chocolate y lo probó, si algo debía resaltar de aquel chiquillo era su buen gusto.
Después de una corta charla Tom notó encima del escritorio que se encontraba el periódico francés con el nombre de la persona a la que más detestaba, "Los Aurores Potter y Goldstein evitan guerra mágica entre Francia y Londres", Draco lo notó e inmediatamente, se sintió estúpido por dejar aquel ejemplar allí esa mañana, iba a retirar el periódico cuando sintió una fuerte mano sobre la suya, que detuvo cualquier movimiento. Miro a Tom y ahí estaba, esa faceta suya en la que Draco secretamente lo había comparado con el mismísimo Voldemort.
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NOT TOUCH [Harco]
RomanceDraco Malfoy ha sido un fiel seguidor de Tom desde que lo conoció, a pesar de la diferencia de edad anhela que él lo reconozca y poder estar a su lado. Sin embargo, Tom no piensa lo mismo, para él Draco no es más que un peón al que sacarle provecho...