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24 de diciembre, 2017

Noche Buena.

El frío viento se coló por las manos del chico y en ese instante, a pesar de que los odiaba, deseó tener unos guantes puestos.

Paseaba por un parque mientras observaba a la gente a su alrededor, la mayoría iba en familia o con su pareja, suspiró al recordar como él y Mark pasaban noche buena y navidad juntos, sin importar que sus amigos se burlaran de ellos por parecer pareja.

Una lágrima cayó por su mejilla pero la secó de inmediato recordando la promesa que se había hecho a sí mismo la noche anterior: Que no derramaría ninguna lagrima ese día.

Pero es que cumplir aquello era como pedirle a alguien que deje de respirar y no muera.

Aún así Jisung trato de cumplir y continuo con su recorrido que en lugar de estarlo disfrutando parecía destrozarlo más y más.

Se detuvo en un local para comprar café, tomo asiento en una de las mesas y dio un vistazo a su celular mientras se calentaba un poco.

Tenía un montón de llamadas perdidas, Cuatro llamadas eran de su madre, dos de su amigo Chenle, una de su primo Jaemin y tenía tres mensajes de la mamá de Mark deseándole una feliz noche. No devolvió ninguna llamada, ni quiso abrir los mensajes.

Tomo sus cosas y salió nuevamente al frío clima de Seúl, ya no quedaba rastro alguno del ánimo con el que había salido de casa. Sus intentos de dejar sus problemas y seguir adelante habían sido inútiles, todo le recordaba a Mark Lee y la maldita noche en la que había muerto.

Se sentía tan culpable y triste, quería tenerlo a su lado para abrazarlo nuevamente, hacer bromas con él y disfrutar sus días juntos.

Si tan solo hubiera sabido lo que el 24 de diciembre del año pasado ocurriría, jamás hubiera aceptado ir a la fiesta de Wendy. Hubiera quedado con Mark en un lugar menos peligroso, o de ser posible ni siquiera lo hubiera dejado salir de casa.

Pero como Jaemin siempre le decía: El hubiera no existe.

Subió las escaleras de dos en dos, quería llegar a su departamento lo más pronto posible para arroparse y chillar, como el bebé llorón que era. Cuando se lanzó a su cama, su camisa ya estaba empapada, no pudo evitarlo, había llorado todo el trayecto.

A su lado estaba la cama donde su amigo solía dormir, un montón de recuerdos llegaron a su mente para atormentarlo y el chico rompió en llanto una vez más.

Faltaban cinco minutos para las 12 cuando el sonido de una llamada entrante resonó en todo el cuarto, Jisung no tenía ánimos de contestar pero seguro era su madre y ya había rechazado cuatro de sus llamadas, no quería preocuparla.

-¿Si?

-Quien te crees para dejarme plantado, Park Jisung.

-Mm.. Ma..Mark.

-Estoy abajo en el coche ¡Llevo 15 minutos aquí! Ya bajaaaaaa.

Sus manos temblaron y su móvil cayó al suelo con un estruendoso golpe, salió corriendo a la puerta y bajó los siete pisos como nunca antes. Luego de casi caerse en dos ocasiones finalmente llegó a la calle, Busco con la mirada a Mark pero no lo encontró.

Sintió como su corazón se partía en dos y justo antes de cruzar la calle para regresar a su departamento escuchó que lo llamaban con esa voz que tanto anhelaba escuchar desde hace un año.

-Jisung.

El chico se giró en busca de su amigo, pero lo último que vio antes de quedar inconsciente fue como un carro se acercaba a toda velocidad para finalmente arrollarlo. 

Stay 《Marksung》Donde viven las historias. Descúbrelo ahora