Capítulo Único

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Por si no era obvio, amo a este par de idiotas, y mi beta me ama aún más por betear de un fandom que no conoce

Advertencia: Spoiler del episodio 8 de la Temporada 1 de The Magicians

Quedan advertidos

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Excepción limitada

Quentin podrá ser la persona menos observadora en todo Brakebills, pero es el único que ha notado el rápido deterioro de Eliot tras el incidente de la Daga de Virgo. Por supuesto, no es algo muy obvio a la vista de cualquiera dado que el mago ha perfeccionado el fino arte de pretender que nada le afecta frente a todos, sin embargo, como alguien que pasa la mayor parte del tiempo alrededor de Eliot, sobre todo con Margo aún en Ibiza, no ha pasado por alto el hecho de que la cantidad de alcohol que su amigo consume normalmente se ha triplicado; no hay momento del día en que Eliot no esté con una botella o un trago en la mano, sin contar la colorida colección de drogas que antes no estaban al alcance de Eliot.

Así que, tras una semana de ver a Eliot volverse más y más errático decidió que era el momento de intervenir de alguna manera. Se preparó todo el día mentalmente para enfrentarse a Eliot y sus intentos de apartarlo, alejarlo o lastimarlo lo suficiente como para hacerlo dejarlo en paz.

Cuando sus clases finalizan se dirige hacia la Cabaña haciendo un leve ademán de despedida hacia Alice ignorando su pregunta de si estudiarían juntos más tarde; camina tan rápido como le permiten sus piernas por el campus hasta llegar a la Cabaña a la cual entra con rapidez escaneando la sala de inmediato. Al no encontrar a Eliot allí va a la cocina por algo de comer, unas botellas de agua y una botella de vino con dos copas como ofrenda de paz para luego de la discusión que ve venir; una vez tiene todo lo que cree que necesitará sube las escaleras con cuidado para no dejar caer nada de la bandeja que tomó y va directo a la habitación de Eliot tocando suave.

Espera unos segundos y vuelve a tocar antes de abrir.

—¿Eliot? —pregunta con suavidad asomándose.

Su corazón se encoje al ver algunos de los chalecos favoritos de Eliot regados por la habitación, normalmente prolija, junto a otras piezas de ropa, sigue el rastro hasta divisar sus rizos asomándose del otro lado de la cama dándole la espalda a la puerta por lo que entra con cuidado cerrando tras de él y va hasta allí sentándose a su lado. Sin decir nada deja la bandeja a su lado acomodándose con las piernas cruzadas bajo su cuerpo en posición india y toma un platillo con queso en cubitos y galletas saladas ofreciéndole.

—El, por favor —pide con suavidad al verlo mirar el plato con desdén.

—Q, no necesito que seas mi niñera —dice Eliot finalmente aceptando el plato, lo mira unos segundos como si el queso o las galletas lo hubieran ofendido enormemente antes de empezar a comer con lentitud.

—Lo sé —Quentin se acomoda un poco más dándole una botella de agua y come de su propio plato—, pero ambos sabemos que Margo me desollaría antes de tener tiempo de explicarle nada.

Su comentario trata de ser una broma, pero la preocupación por Eliot le quita cualquier inflexión bromista a la misma, por más miedo que le tenga a Margo en el fondo Quentin se sentiría profundamente culpable si algo le llegase a pasar al mago cuando bien pudo hacer algo. Eliot bufa sin responder a ello mordiendo unas galletas en silencio.

Quentin se permite permanecer en silencio un poco más, dándole la oportunidad a Eliot de decir algo, pero este se limita a beber de la botella de agua y comer del plato mirando a la nada lo que incremente los nervios de Quentin a niveles insospechados. Dios desearía que Julia estuviera aquí, piensa para si mismo, es mejor que yo para esto. Oh mejor, que Margo esté aquí. Cuando finalmente no puede más con el silencio se gira completamente hacia Eliot.

Excepción limitadaWhere stories live. Discover now