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¿Conocéis el raro suceso de finales de 1989? ¿No? Entonces os pondré al día.

El 1 de Octubre de 1989, 43 mujeres de todo el mundo dieron a luz a las 12 del mediodía. ¿Qué tiene de raro? Ellas no estaban embarazadas al comenzar el día.

Sir Reginald Hargreeves, un multimillonario, tuvo cierta admiración ante ese caso y decidió adoptar a todos los que pudiera.
Consiguió siete ejemplares. Sí, ejemplares, no habéis leído mal.

Esos niños nacieron con unos extraños dones o poderes. ¿Queréis conocerles?

•Número Uno, Luther, posee una fuerza sobrehumana, por eso el viejo le bautizó como "el líder". Hace cuatro años que no le veo.

•Número Dos, Diego, dirige los cuhillos, su arma favorita, donde quiera. Se fue de casa y no volvió, pero hablo con él tres días a la semana.

•Número Tres, Allison, en pocas palabras, te lava la mente. Se fue a la vez que Diego. Se hizo actriz y tuvo una hija, a la que espero conocer algún día.

•Número Cuatro, Klaus, habla y convoca a los muertos. Mamá dijo que, desde la muerte de Ben, está metido en el mundillo de las drogas, aunque eso ya lo sabía porque me manda cartas desde la clínica.

•Número Cinco, nunca le conocí. Pogo me habla mucho de él cuando me quedo viendo el cuadro que hay en el salón. Al parecer puede viajar a través del espacio-tiempo.

•Número Seis, Ben, podía sacar del pecho unos tentáculos de pulpo gigantes. Murió y no tuve el placer de conocerle, aunque Klaus me habla mucho de él en sus cartas.

•Número Siete, Vanya, no tiene ningún poder reconocido, aunque yo no diría lo mismo porque tiene una maña increíble con el violín.

Y ahora os preguntaréis quién coño soy yo. Fácil, soy número Cero, o _______.
Fui adoptada por el viejo el mismo día que nací, 1 de Octubre de 2005, pues se había vuelto a dar el caso del 89, pero sólo con una mujer, o eso decía ella.
A Sir Reginald no le importó si eso era cierto o no, el problema es que sus hijos estaban dejando la casa y necesitaba otra cría.

Para su suerte, cuando comencé a tener uso de razón se desarrolló un cierto "poder", que él estudió a fondo.
Puedo ver la historia pasada de todo lo que toco, sea objeto, animal o persona, por eso no permito que me toquen y casi siempre llevo guantes.

Seguro que os preguntáis por qué número Cero y no número Ocho.
La respuesta es sencilla. A diferencia de los otros, el viejo decía que yo soy como un cero a la izquierda porque mi poder no sirve para nada.

El único de mis hermanos que estuvo conmigo, fue Luther. Él hizo correr la voz de que había una nueva integrante en la familia y por eso les conocí.

Cuando se fue a la Luna ni siquiera se despidió, razón por la que me enfadé con él.
Desde entonces, adquirí algunos hábitos, como practicar la lucha con los árboles del jardín.

A día de hoy tengo 13 años y sigo con la misma rutina, en la misma casa y con la misma compañía, yo.

[...]

-¡A desayunar! -llama mamá desde la cocina.

Bajo hasta allí y me siento en una de las frías sillas.
Pone el plato en la mesa y, cuando me va a acariciar el pelo, me aparto.

-Lo siento, mamá, es la costumbre.

-No te preocupes, cielo.

Vuelve a los fogones, los apaga y se va cantando de la cocina.

-Buenos días, señorita _______.

-Buenas, Pogo.

-Iré a ver a dónde ha ido su madre, parece que desentona la melodía -ríe y se va.

Y así es el amanecer en mi casa... una madre robot me pone el desayuno e intenta acariciarme.
Sé que puedo controlar de sobra el leer la vida de todo, pero a veces es inevitable tener algún descuido.

Termino de desayunar y voy a pasear por la casa. Me planteo el darle los buenos días al viejo, mote que me enseñó Diego, así que voy hasta su despacho, pero no le veo.

-¡Pogo!

Viene corriendo.

-¿Sí?

-¿Dónde está papá?

-En su despacho, como siempre.

-Pero -señalo dentro-, no le veo.

-Qué extraño... iré a ver si está en su habitación.

Pogo se va y yo aprovecho para entrar en el despacho, cosa que sólo hice dos veces para que me regañase.
Después voy al salón porque me aburrí allí, y me quedo mirando el cuadro de número Cinco y me parece bastante mono y macarrilla.

-Cariño -viene mamá, seria.

-Lo siento, no quería entrar, sólo buscaba a papá.

-Tu padre está en su cama.

Es algo raro en él quedarse a dormir hasta tarde. Iré a ver qué pasa.

Subo y subo y subo estas escaleras interminables por las que me caí varias veces. Os habréis dado cuenta de que soy muy torpe y se me dan fatal las excusas.

Por fin llego a la puñetera habitación y me lo encuentro con los ojos abiertos sin parpadear.

-Ha muerto, acabo de encontrarlo así -dice Pogo.

-Tendremos que llamar a la policía y que saquen el cuerpo.

-Ya lo hago yo, cariño. Ve a tu cuarto.

Me metí en mi habitación y quedé toda la tarde en la ventana, viendo como sacaban al viejo, cómo recogían pruebas e interrogaban a mamá.

Me metí en mi habitación y quedé toda la tarde en la ventana, viendo como sacaban al viejo, cómo recogían pruebas e interrogaban a mamá

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Alguien peta en la puerta y le doy paso.

-Sus hermanos llegarán mañana.

-¿Todos? -digo sin apartar la vista del exterior.

-Sí. Lamento la muerte se su padre.

-Nadie le tuvo cariño, ni siquiera yo.

-Numero Uno sí.

-Y aún así le envió a la Luna.

Pogo sale y cierra la puerta. Yo me tumbo en la cama, necesito descansar para aguantarles a todos mañana.

The Umbrella Academy. (Cinco y tú) [COMPLETA]Donde viven las historias. Descúbrelo ahora