En multimedia: Banners, Young Bombs - Where The Shadow Ends
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Cuando he bajado preocupado por la ausencia de Elizabeth en el despacho jamás pensé que la encontraría en el vestíbulo, besándose tan entusiasmada con Brand, y no lo digo porque esté celoso, no, sino porque después de la discusión que tuvieron ayer, pensé que al menos se haría un poco del rogar.
Repito, no estoy celoso, solo sorprendido. Sí, eso, sorprendido. Muy, muy, muy sorprendido de verla así y aún más sorprendido de la rabia que siento, pero solo es sorpresa exagerada. Lo crean o no.
Lo que pasó en casa de Eli me tiene mal, muy mal, joder, más que mal. Apenas y había logrado dormir y he llegado más temprano que nunca a la oficina para verla. Me levanté de la cama con una sonrisa gigante en mi rostro, tarareando una canción cursi de Ari y me tuve que dar una bofetada, y no mental, me la di. Yo mismo.
Pensé de verdad que una sola vez sería suficiente, que se me iría toda esa fascinación por ella en un santiamén en cuanto la hiciera mía porque es lo que me pasa siempre con todas las demás chicas o más bien, es lo que yo me obligo a hacer porque no me puedo permitir flaquear por nadie, yo no merezco el final feliz que tuvieron Leonel y John.
Sin embargo, terminé pidiéndole pasar con ella el resto de la semana, invitándola a dormir a mi casa para que huya del hombre que la tiene tomada de la cintura aún y lo hicimos dos veces, la misma noche. Tuve que entrar incluso al baño y ducharme para refrescarme la mente y a pesar de ello al salir y verla con esa bata blanca que le cubría el cuerpo, el cabello un tanto esponjado, las mejillas sonrojadas, los labios rojizos, perfecta, bella. No me pude contener.
Y ahora estoy aquí sorprendido de ver lo que tarde o temprano vería, y me jode, eso, me jode terriblemente la situación.
Hubo algo distinto mientras me la comía entera. Es tonto, una estupidez y a pesar de ello no voy a exponerla. Claro que no.
—Buenos días —digo guardando las apariencias, aunque he hablado entre dientes, me ha costado un mundo decir esas sencillas palabras.
—Buenos días, Isaac —me contesta Brand y Elizabeth mira hacia el suelo.
—Buenos días, Elizabeth, también estaba hablándote a ti —La miro directamente importándome un carajo que esté su prometido aquí y que eso ya no haya sonado tan conservador.
—Buenos días —contesta cohibida. Parece un recital de "buenos días" en diferentes tonalidades y con indirectas muy directas.
—¿Me estoy perdiendo de algo? —pregunta Brand al percatarse de que ni le quito la mirada de encima a Elizabeth ni estoy dispuesto a quitársela hasta que me dé la cara—. ¿Carter? —insiste. Eli finalmente decide enfrentarme.
—No, ¿Cómo de qué te estarías perdiendo? —le responde a su novio con mucha tranquilidad.
—Sí —contesto entonces yo—, en realidad pasan muchas cosas, Brand —digo y Elizabeth se aclara la garganta.
—Carter... —me está advirtiendo.
NO LO ARRUINES, me grito mentalmente.
—Hay un caso que se ha complicado y necesito hablar en privado con Elizabeth, sin ánimos de ofenderte, Brand, pero son cosas de abogados y leyes, lo tuyo es los números del bufete.
—Pues tendrá que esperar, porque pienso llevarme a mi novia a comer.
—Me temo que no puedo esperar —contesto.
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Adicto a ti.
Любовные романыDicen que los polos opuestos se atraen irremediablemente. Isaac y Elizabeth lo saben muy bien. Él, guarda un secreto que no ha querido compartir ni con sus hermanos, se ha negado la oportunidad de amar después de aquel episodio que lo atormenta siem...