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Las cuatro demonios paseaban de un lugar a otro en busca de personas débiles para hacerlas caer en la tentación, lo cual no era muy difícil, que la humanidad cayera en la deliciosa Gula y la tan rica Pereza era increíblemente fácil, sobretodo en los adolescentes que no deseaban hacer nada más que dormir y los adultos que comían o bebían para reprimirse de cometer otros pecados.

- Los humanos caen tan fácil ante ustedes - Rose sonreír mientras veía a las personas sucumbir con facilidad.

- Es tan fácil que incluso creen que no hacen nada malo - Ahora era Lisa quien hablaba y ciertamente tenia razón, era tan natural la forma en la que los seres humanos caían ante la Gula y la Pereza que hasta les parece algo normal, como si no estuvieran cometiendo pecados capitales.

- Es incluso aburrido, la verdad - Las dos menores observaron a Jisoo, la demonio se veía algo aburrida mientras mordía una manzana - Los otros pecados de seguro se divierten más

Rose suspiró antes de acercarse, pasándole otra fruta a la mayor de las cuatro - ¿Quieres que lo hagamos más divertido? Dejame hacerte feliz, Jisoo

- Claro, Rose - Le dedicó una sonrisa mientras tomaba otra fruta - Anda a divertirse y haz de mi pecado, algo emocionante

La pelirroja sonrió antes de volar en dirección hacia donde estaban las personas, una de las razones por las que siempre acompañaba a Jisoo, era porque sus habilidades se complementaban, la mayor inducia el pecado y la adicción de éste en las personas. Rose podía llevarlo al siguiente nivel, donde la comida se quedaba corta y el gusto por otras cosas era aun mayor, como la carne viva.

Muchas personas de a poco comenzaban a desarrollar el gusto por comer animales sin prepararlos del todo, le decían sushi, pero Rose estaba para llevarlo a algo más, logrando un extraño fetiche donde morder e incluso quitar trozos de carne viva eran excitantes para algunos a los que la sociedad llamada psicópatas, quizás en un futuro, el canibalismo seria algo aun más visto.

- ¿Tu no iras también, Lisa?

La mencionada se giró para observar a su compañera - ¿Quieres que vaya allá?

- Si quieres divertirte también, puedes ir - Le sonrió con naturalidad - Yo estaré aquí, cómodamente recostada hablando con Jisoo mientras ustedes se divierten un poco, luego me acompañarás a dormir mi siesta

La rubia asintió - Lo haré, Jenjen

Lisa siguió a su amiga hasta acercarse a los humanos, quizás el pecado de Jennie no era uno que fuera fácil llevar a otro nivel, pero la rubia sabia complementarlo con otras cosas. Los humanos habían creado diferentes sustancias que se podían beber, inhalar, fumar y hasta consumir, las llamaron drogas y alcohol, las cuales hacían el trabajo de la rubia, mucha más fácil.

Sumergir a los débiles humanos el deseo de necesitar de esas sustancias para poder caer en un largo sueño, en un estado donde pareces soñar y la realidad deja de importar, un estado donde poco a poco pierden sus vidas, un estado del que es cada vez más difícil salir y del que, con el paso del tiempo, entras en su sueño profundo, del que jamas despertaras.

- Ellas sí que se divierten ¿No? - Jisoo tomó otra fruta mientras observaba a su compañera.

- Si - Jennie dejó ver una sonrisa sincera - Siempre han sido así de apasionadas

La mayor comprendió aquella expresión, sonriendo de igual forma al recordar sus vidas mortales, las cuatro eran amigas muy cercanas que disfrutaban de su juventud aunque la vida no era de las mejores. Las cosas se les habían complicado y para sobrevivir trabajan en un lugar horrible donde los hombres pagaban por compañía.

Por ser menores de edad, Lisa y Rose solo se dedicaban a servir las bebidas, pero veían cada día como sus dos mayores llegaban agotadas y con moretones de sus diversas "citas" con los hombres que llegaban preguntando por ellas. Las veían recurrir a diferentes métodos para no rendirse en sus trabajos.

Jisoo comía, comía de una forma compulsiva para olvidar, terminando luego en el baño, vomitando cada alimento que había entrado a su sistema porque no se le permitía engordar en su trabajo. Jennie simplemente se acostaba a llorar sin parar hasta que el sueño eran más fuerte y simplemente dormía durante horas, incluso más de las que debía dormir.

Las menores las observaban, les hacían compañía y las ayudaban a cumplir esas horribles rutinas, incluso aunque sus métodos para sentirse mejor no eran buenos, era su forma de llevar esa vida. Hasta el día que todo llego a su fin y las menores ya eran legalmente actas para atender clientes, ese fue el día en que Jisoo y Jennie no soportaron más, porque nadie rompería la pureza de sus bebés.

Cuando llegaron frente a Yoongi se sorprendieron de estar las cuatro, la sonrisa de Yoongi y su respuesta fue simple... Nadie debía separarlas jamás, por eso, es que se encontraban juntas en aquel lugar y no se arrepentían, porque la vida que estaban viviendo era mil veces mejor que la que tuvieron como mortales.

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Aquí tenemos las historia de nuestros pecados de la Gula y la Pereza, junto a sus dos fieles amigas demonios

Los Amo, mis Conejitos :*  :*  :*

Celestial Hell  **YoonJin**Donde viven las historias. Descúbrelo ahora