- Vestido - [Toi×Kazuki] [Sarazanmai]

Parte Única: Vestido

Este era el escenario más improbable que se planteaba, era tan alejado a la realidad que no pensó posible la idea de que podría sucederle. A Kuji Toi parecía perseguirlo la tragedia, el drama, la desgracia, la agonía, el sufrimiento, cualquier clase de mal augurio que fuera posible para que cada vez que ocurría algún acontecimiento de mayor impacto en su vida tuviera directa relación con su recién conocido compañero de clase: Yasaka Kazuki.

— ¡Míralos! Son tan lindos — exclamó con absoluta emoción observando desde el vidrio exterior del establecimiento a los cachorros jugueteando y mordiendo, alegres y burbujeantes de la vida.

Toi pensó en irse, en abandonar a Kazuki en su travesía de Sara Azuma porque de nada lo beneficia, en simplemente dejar al muchacho porque tenía mejores perdidas de tiempo que atender. Sin embargo, la sola idea era un golpe de culpa y preocupación que intentaba esconder al dirigir la mirada al borde de la falda de Kazuki.

Para iniciar, Toi iba tranquilo, caminando y sin molestar a absolutamente nadie, por la calle. No estaba haciendo cosas ilegales — aún —, no estaba gritando, corriendo o haciendo algo llamativo que pudiera ser motivo para que importunaran su paz momentánea mientras planeaba su ruta de atracó o venta de hierba, solo pensaba mientras contemplaba las nubes de vez en cuando. Cuando de forma abrupta, sintió algo tibio y blando aferrarse a su brazo; algo pesado y fuerte. Desconociendo el nuevo amarre que se aferra con tanta intensidad a él, gira la cabeza solo para hallar la enorme sonrisa decorada con labial de Kazuki y sus ojos rojizos brillando bajo los mechones oscuros de la peluca de Sara que se había colocado.

— ¡Kuji! — el joven, como si fueran supremamente cercanos, escondió su rostro en el pecho de Toi y se permitió acurrucarse en el otro. Toi se sintió, principalmente, desconcertado, era mucha información para procesar en un segundo, recapitulando: el camina, lo sujetan, mira y se trata de Kazuki que llega y lo abraza como si fueran amigos del alma —algo que ya se volvía una costumbre— y ahora el queda estático y sonrojado. Hasta ahí todo bien.

Toi llevo su mano al hombro opuesto de Kazuki, abriendo su boca dispuesto a soltar una exclamación y pedirle -gritarle- que se aparte, más el joven lo sujeto más fuerte y hablo en voz baja para que solo él lo escuchará.

— Me están persiguiendo, ayúdame por favor — Toi se quedó estático, lo primero que hizo fue calmarse y entender la situación. Levanto solo la mirada y giro sus ojos por todo el perímetro encontrando a un único sujeto sospechoso; este no paraba de mirarlos con mala cara, no parecía muy viejo a lo mejor rondaba por los veinte, también tenía un aspecto bastante descuidado. No fue difícil entender que ese hombre no traía blancas intenciones y que iba tras Kazuki, obviamente. Levanto todo el rostro enfrentando y sorprendiendo al acechador, que retrocede un poco de forma inconsciente, algo intimidado por la fiera mirada azul que el joven le lanzaba.

Toi llevo una mano sobre los hombros de Kazuki y lo acerco más a su persona, como una clara advertencia. El sujeto salió despavorido, crujiendo los dientes en cólera al verse amenazado en silencio por un chiquillo. Suspiró, no era nada del otro mundo.

Notó que Kazuki no se apartaba de él ni por error, lo sujeto de cintura que era más estrecha de lo que esperaba y lo guío por el camino. Podía sentir el cuerpo de Kazuki temblar un poco, comprendía que estuviera asustado, aquella situación era repugnante y una mala experiencia que hasta un hombre sentiría desagradable; y Kazuki ni siquiera era un hombre, seguía siendo un niño que estaba asustado y solo en medio de la marea de personas que parecían no notar a sus alrededores nada de nada, pasando por alto esos detalles mínimos que pueden dar un detonante en otros.

Una vez lo suficientemente lejos, y con Kazuki ya tranquilo, Toi pudo desenrrendarselo del brazo.

— Muchas gracias, Kuji — agradeció en un suspiro —. Realmente no se que hubiera hecho o pasado si no te veía.