primera parte

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Disclaimer: Hannibal no me pertenece. Yo solamente los shippeo, porque los amo.

Advertencias que tener en cuenta para que lueguito no me mames con que el fic no te gustó por algún tema sensible que no te gusta: homosexualidades, omegaverse, mpreg, lemon/smut en algún punto, sangre y tripas because es Hannibal.

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I

Para alguien como Hannibal Lecter todo debe tener su exacto orden. Siempre ha sido meticuloso en eso. Copias de seguridad, limpieza absoluta, orden impecable. Saber dónde estaba todo, controlarlo, manejarlo. Como psiquiatra sabe que sus hábitos (ninguno de ellos, en realidad) son normales, pero no lo incomodan. Sólo lo hacen sentir seguro.  

Los papeles deben estar prolijamente ordenados. Libros organizados de forma tal que sea fácil acceder a cualquiera de ellos sólo si sabe qué está buscando. La meticulosa mueblería ocupando el lugar preciso y exacto para poder moverse con libertad y a la vez tener un sitio de reposo a unos pasos de cada rincón hueco, desnudo de arte y reflejos. 

Controlar todo en su vida siempre ha sido uno de sus mayores placeres. Hasta que conoce a Will Graham, por supuesto. 

Es fácil decir que él es su alma gemela. El interior de su muñeca le ha dicho William desde que tiene memoria, y ha huido de cada William que se ha encontrado, incluso se ha comido algunos avariciosamente jugando con el destino. Nunca ha creído en las almas gemelas y la felicidad eterna. Nunca lo ha aceptado. 

Hasta que, irremediablemente, cae, cae como un idiota, cae en esquivos ojos azules y muecas que intentan ser máscaras humanas de quién no los entiende a pesar de sentirlos tanto. 

Cae enamorado de Will Graham con solo verlo, e irrevocable descubre el Hannibal, elegante trazo negro en la muñeca de Will, tal como descubre la huída y aversión de su alma gemela.

Para alguien que sabe sentir tanto, no es realmente bueno en los sentimientos. 

II

—El mío dice William —dice Hannibal, casi casualmente, cuando están llevando a una comatosa Abigail Hobbs de regreso a su habitación. No es el mejor momento para decirlo, lo sabe. Will se siente cansado, agobiado, las ojeras parecen hematomas bajo sus ojos y la línea de barba descuidada lo hace lucir salvaje, enfermo. 

Hannibal piensa que es desordenadamente bello. 

—Disculpe, ¿Qué? —espeta Will, incómodo. Su cabeza gira un poco más que un poco y Hannibal es demasiado capaz de notarlo. 

—El nombre en mi muñeca —responde—. Dice William. 

—Supongo que sabrá —dice Will, casi violentamente, aferrándose con más fuerza a los tubos metálicos de la cabecera de la camilla de Abigail. Él mismo quería asegurarse de que ella llegara sana y salva— que el mío dice Hannibal, entonces, doctor Lecter. 

Hannibal sonríe.

—Sin duda. 

Will espera unos minutos para responder, tan pronto pone a Abigail a salvo con una enfermera que ya conoce, bajo la mirada dura de Alana. 

—No me interesan las relaciones doctor Lecter —dice Will, esquivo—. No busco ese tipo de compromisos en mi vida. 

—Todos buscan alguna vez ese tipo de compromisos en su vida —responde Hannibal, su sutil sonrisa elevando las comisuras de sus labios, apenas. Los ojos de Will se hunden en los suyos como un cuchillo caliente hundiéndose en mantequilla, fundiéndola desde el centro hasta los bordes. 

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⏰ Última actualización: Nov 12, 2019 ⏰

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