2

27 5 4
                                    

Matthew

Entré en la gran suite de la décima planta del Hotel Shilla Stay Jeju, dejé la maleta junto a la cama, abrí las puertas correderas y salí a la terrazapara comtemplarlas impresionantes vistas.

El hotel había abierto sus puertas el verano anterior, había supervisado personalmente todos los trabajos de apertura mientra Hyun se pasaba el día tomando el Sol en la piscina y lanzando miradas insinuantes a todo hombre con el que se cruzaba. Aquél había sido el último verano que habíamos pasado juntos. A nuestra vuelta a Seúl había puesto fin a mi relación con ella.

Naturalmente, Hyuna no aceptó la decisión, y no porque le molestase que la hubiese tomado de forma unilateral, ella tomaba decisiones unilaterales cada vez que le apetecía llevarse a la cama a alguien, sino porque renunciar a mí, sigificaba renunciar a lo que más valoraba en mí: mi cartera. Una cartera rebosante que la despertaba en mitad de la noche cuando estaba en otros brazos y la hacía saltar de la cama y volver a mi lado con la mayor premura.

Flashback

- ¿Me estás dejando, Matthew? -Había dicho frunciendo sus increíbles cejas negras.

- Sí, Hyuna, quiero dejarlo.

- ¡Oh, vamos, no digas tonterías! Tú y yo estamos hechos el uno para el otro, Matthew. -Se levantó del sofá y se acercó lentamente a mí, que miraba la ciudad tras los ventanales de mi apartamento.- ¿Qué pasa, tienes a otra? ya sabes que yo no soy una mujer celosa. ¿Por qué no seguir como hasta ahora, Matthew? Tú y yo nos entendemos bien.- Dijo mientras sus manos acariciaban mi cintura y mi estómago y comenzaban a bajar peligrosamente .

Los gritos no se hicieron esperar.

-¡No puedes dejarme! ¡No puedes!

Suspiré proundamente. Las escenas de Hyuna ya no me impresionaban, me tomé la copa despacio, observando a aquella mujer increíblemente guapa. Siempre le había recordado un poco a la madrastra de Blancanieves, pero en aquel preciso momento tenía más aspecto de madrastra que nunca. Su pelo azabache, sus impresionantes ojos azules y sus pestañas kilométricas, por no hablar de su escultural cuerpo que le había atraído como un imán desde el mismo momento en que puso los ojos sobre ella, le conferían el aspecto de una auténtica princesa de cuentos infantiles. Pero en sus ojos no había asomo de pena, en ellos sólo había algo que conocía bastante bien: ambición. Sí, sabía ver en los ojos de la gente, y los de Hyuna me mostraron su interior en muy poco tiempo, pero cuando pensé en dejarla ocurrió algo que trastocó todos mis planes. Un rumor, llevado por el viento, atravesó todo Seúl y llegó hasta sus oídos: "el chino se ha encaprichado de Hyuna, y jura que no parará hasta conseguirla". Y, dado que yo era un hombre rencoroso y vengativo, decidí que no le dejaría vía libre a su "amigo" hasta que le hubiera hecho sufrir un poco.

- No quiero seguir contigo, Hyuna.

- ¡No digas tonterías, me necesitas! -Gritó ella agarrándome de la camisa.

- ¡Se ha terminado, Hyuna! -Zanjé, la aparté y salí del apartamento.

Recorrí el pasillo que le separaba del apartamento de J.Seph, quien abrió la puerta con una espumadera en la mano y con una sonrisa en los labios al ver mi cara de entierro.

- ¿Qué, cómo se lo ha tomado? -Preguntó volviendo a los fogones para seguir prearando la cena.

- Pues como me esperaba, mal. -Me dejé caer en el sofá con un suspiro.

- Ya, bueno, tienes que darle tiempo para que lo acepte.

- Hyuna no está acostumbrada a que la rechacen. No creo que lo acepte nunca, su orgullo se lo impide, así que lo más probable es que, para salvaguardarlo un poco, esta misma noche se lance a los brazos del futbolista.

Has llegado al final de las partes publicadas.

⏰ Última actualización: Nov 13, 2019 ⏰

¡Añade esta historia a tu biblioteca para recibir notificaciones sobre nuevas partes!

Mi Querido Matthew KimDonde viven las historias. Descúbrelo ahora