Capítulo 1: El hombre misterioso

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Misaki Takahashi nunca había creído en el amor a primera vista, siempre había pensado que aquello era un invento de Hollywood para que la gente fuera al cine a ver comedias románticas, pero eso cambió a principios de octubre.

Misaki trabajaba vendiendo tickets en el metro con la esperanza de algún día poder pagarse la universidad. Vivía con su gato Bocazas y lo más parecido que tenía a un amigo era su vecino jubilado. Sí, su vida era deprimente pero Misaki intentaba no pensar en ello.

Aquella mañana estaba siendo tan aburrida como siempre, para Misaki no pasaban las horas, tenía el trabajo más monótono del mundo. Nunca pasaba nada. Una anciana le pidió un billete y él se lo vendió con una sonrisa y deseándole que tuviera un feliz día. Cuando la anciana se fue, Misaki sintió como si alguien le diera una patada en el estómago y le dejara sin respiración. Se quedó pasmado observando a aquel hombre que quería comprarle un ticket para el metro. Misaki supo que aquello era amor a primera vista, como el que él siempre había considerado ficción.

- Un billete, por favor.- Aquel hombre habló sin mirarle pero aquello no desanimó a Misaki. Se había enamorado y por primera vez en mucho tiempo sentía que su vida tenía sentido. El hombre pagó y se fue sin dirigirle la mirada y Misaki suspiró pensando en lo mucho que desearía ser arropado por aquellos brazos.

- Es perfecto...- Murmuró Misaki con una sonrisa boba. La chica que estaba esperando para ser atendida le miró extrañada pero no dijo nada.

Misaki llegó a casa tarareando y dando pequeños brincos. Entró en aquel viejo edificio y subió por las escaleras hasta el quinto, donde estaba su pequeño piso. Bocazas salió a saludarle y se enredó entre sus piernas de forma cariñosa. Misaki se agachó y lo cogió en brazos.

- ¡Hoy he conocido al amor de mi vida, Bocazas!

- Miau.

- No me ha mirado pero es mejor así, hoy no estaba en mi mejor momento. Mañana me pondré muy guapo para ir a trabajar por si vuelve.- Le dijo Misaki al gato.- Tengo que hacer que se fije en mí. Es tan atractivo... No es que yo sea superficial, Bocazas, pero como no he hablado con él, en lo único que me he podido fijar es en su físico y es perfecto. Es el hombre ideal. Jamás me había sentido de esta forma...

- Miau.

- Que sí, que ya te suelto.- Dijo Misaki dejando en el suelo al gato. En aquel momento la puerta de su piso se abrió y entró su vecino.

- Buenas tardes, Misaki.- Le dijo el anciano.- Me había parecido oírte parlotear, lo cual no es muy normal en ti.

- Hoy ha ocurrido algo en el trabajo.- Dijo Misaki.- Me he enamorado.

- Para que luego digas que tu trabajo es aburrido.- Dijo el hombre sentándose en el sofá.- Bueno, cuéntame cómo ha sido.

- Me ha comprado un billete.

- Ah, ¿y qué más?

- Nada más, eso ha sido todo.- Respondió Misaki.- El problema ha sido que no me esperaba que aquello pasara y me he quedado bloqueado.

- ¿Pero habéis hablado?

- Bueno, me ha pedido un billete...

- Ay, Misaki...

- Pero no pasa nada, me he prometido que si le vuelvo a ver hablaré con él.- Dijo el joven decidido. El anciano le sonrió de lado.

- ¿Serás capaz de hacerlo?

- ¡Pues claro, Yamada-san!- Asintió Misaki.- Ha sido un auténtico flechazo, sé que estoy destinado a estar con él.

- ¿Desde cuándo crees en el destino, Misaki?

Mientras dormíasDonde viven las historias. Descúbrelo ahora