Aylín lleva mucho tiempo buscándolo, él lleva mucho tiempo siguiéndola... Ambos se encontrarán en el momento menos pensado. ¿Será que su amor revivirá cuando se encuentren? ¿Ella logrará perdonarlo?
-¿Bueno? -¿Me comunico con Aylín Raquén? -Sí, ella habla. -Buenas tardes, señorita Raquén. Soy Marco Solis, hablo de la embajada de México en Corea del sur. Me comunico con usted ya que el presidente del museo de arte y cultura de Seúl, Do Hyun Lee, nos ha pedido que la invitemos a ser parte de nuestra primera exposición en donde estarán presentes más de 10 artistas de distintos países. Queremos que sus pinturas sean el tema principal. -Hola, señor Solís. Agradezco mucho su llamada, a decir verdad, me ha sorprendido mucho esta invitación. -Me lo imagino, el presidente Lee ha investigado sobre su carrera y sabemos que su trabajo es conocido tanto en América como en Europa, así que sería un gran honor si aceptara nuestra invitación. -Claro que sí, el honor será todo mío. Muchas gracias por pensar en mí. -Perfecto, le mandaré toda la información por email a su agencia. -Gracias, estamos en contacto. Hasta luego.
Aylín era una artista muy famosa, a su corta edad, era una de las artistas del momento, su trabajo era aplaudido por críticos de todo el mundo y era conocida en todo el continente americano y también en el continente europeo.
Aylín colgó y lo primero que hizo fue ver el teléfono, se pellizco mentalmente ya que no creía lo que había pasado. Iba a ser la pintora principal de una gran exposición.
-Buuuu... Aylín ¿qué te pasa?-Dijo Nora. -¿Qué? ¿Eh? Perdón, amiga, recibí una llamada que me dejó helada. Vamos por un café y te cuento.
Pasó una semana y Aylín comenzó a empacar, en 3 días saldría hacia Seúl y aún tenía muchos pendientes.
-Aquí está tu boleto, tus papeles, y todo lo que vas a necesitar allá. -Gracias, José, te agradezco mucho todo el apoyo. Gracias por recibir la llamada de la embajada y por hacer que esto sea posible.
Aylín llegó al aeropuerto, dejó su equipaje y se dispuso a abordar.
Unas horas más tarde ya estaba en Corea. Cuando llegó a la sala de espera, vió a muchos hombres vestidos de negro con lentes obscuros, uno de ellos se acercó.
-Buenas noches, señorita Raquén. Soy Marco, es un gusto y un placer tenerla por aquí. -Hola, Marco, el gusto es mío. Muchísimas gracias por venir personalmente a recibirme.
Los hombres subieron el equipaje junto con los cuadros a unos autos y emprendieron la marcha hacia el hotel.
-El hotel Sunshine es uno de los más importantes de Corea, esperamos sea de su agrado, es muy céntrico y hay lugares verdaderamente interesantes. -Muchas gracias, es la primera vez que vengo a Corea, todo es muy nuevo para mí.
Llegaron al hotel e inmediatamente se dirigieron a la habitación.
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-Wow, es hermosa.-Dijo Aylín recorriendo el lugar. -Qué bueno que es de su agrado. Bien, necesito que me firme estos documentos. -Claro que sí.
El embajador se fue y ella se dispuso a relajarse para irse a dormir.
Eran las 6 de la mañana y el teléfono comenzó a sonar.
