Capítulo 17.

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A Richie parecen habérsele fundido los circuitos, porque no dice una palabra. Eddie interpreta el silencio como un rechazo a sus palabras, por lo que se apresura a balbucear palabras algo inconexas en forma de una especie de disculpa:

—Lo siento, se que habíamos acordado que solo sería algo del verano y ya, y que no íbamos a sentir nada tan...— se interrumpe, o mejor dicho, es interrumpido.

Richie lo toma por la cintura y lo atrae hacia él, callandolo con un beso.

Eddie se queda algo sorprendido, por lo que tarda un poco, pero al final corresponde, rodeando con lo brazos el cuello del de lentes.

Richie nunca ha sido bueno con las palabras (de su boca nunca salen cosas que él controle), por lo que esa acción es su forma de responder, y escuchar a Eddie decir esas palabras era todo lo que hacía falta para devolver a la vida su corazón roto.

—¿Eddie?

—¿Sí?— los ojos del más bajito están cargados de ilusión.

—Me acosté con tu madre.

Eddie le da un fuerte golpe en el hombro, frunciendo el ceño.

—¡No! ¡Perdona! ¡No era eso! ¡No era eso! No pude evitarlo— se disculpa Richie, sin poder evitar reír, aunque pronto Eddie también ríe, y es entonces cuando aprovecha para acortar la distancia entre ellos y tomar las manos del contrario, mirándolo directamente a los ojos mientras le dice:—También me he enamorado de tí, Eds.

Eddie estaba seguro de que el de lentes diría un estupidez, por lo que la sinceridad y dulzura en aquellas palabras lo toma un poco por sorpresa. Un rubor (adorable a ojos de Richie) cubre sus mejillas.

—¿Lo dices enserio?

—Nunca he dicho algo más enserio en mi vida, Eds. No te acostumbres— Richie está sonriendo.

El más bajito ladea un poco la expresión, saliendo abruptamente de la burbuja que los envuelve.

—Pero...yo me iré...y mi primo... él no va a...— balbucea.

Richie lo abraza con fuerza, tal vez ese gesto es incluso más dulce que un beso en éste momento preciso.

—Nada más me importa— dice, acariciándole la espalda. Eddie graba en la memoria el aroma a menta y tabaco de la camiseta de Richie—, solo que te quedes conmigo todo el tiempo que se pueda.

—¿Estás seguro?

—O puedes quedarte y vivir en mi sótano, también es una opción— comenta el de lentes, haciendo a Eddie reír.

—Así me gusta, mi spaguetti sonriente.

—No me llames así— se queja el más bajito, aunque en realidad ya no le desagrada tanto.

—No te oigo— bromea Richie, y acto seguido comienza a repartir besos por las mejillas del contrario

—Estás loco— ríe Eddie, disfrutando el momento.

—Ambos lo estamos— corrige Richie.

—Tienes razón— asiente Eddie, y se inclina a besarlo en los labios.

....

—No puedes prohibirme a Richie— se queja Eddie, cruzándose de brazos y mirando desafiante a su primo por primera vez en su vida.

Zane resopla, algo hastiado de la tozudez de Eddie.

Se encuentran en el garage, para así evitar que la conversación sea escuchada por Sonia Kaspbrak.

Ángel | Reddie AU.Donde viven las historias. Descúbrelo ahora