Capitulo VI

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Nam se removió de la cama algo inquieto, una sensación extraña le recorrió el cuerpo al ver la almohada de Jin, se acercó a ella y está aún tenía su aroma a flores frescas.

—"Sería lindo despertar a tu lado todas las mañanas"— pensó Nam

Vio el reloj que colgaba en su habitación, ya faltan solo dos horas para que Jin acabé su turno, decidió ir a esperarlo afuera de la habitación, realmente quería tenerlo entre sus brazos, y eso de imaginarlo con otro hombre ya no le agradaba.

Al principio a él no le importaba si el mayor de acostaba con otras personas mientras lo hiciera con él, pero como el pasar de los días, las semanas y los meses fue sintiendo la necesidad de hacerlo suyo para siempre, de una forma más segura, más sería, una en donde no tenga que tener que vender su cuerpo por dinero, una en dónde pueda ser feliz con él, quizá en una casa junto al lago.

Tomo su camisa y se la puso rápido, camino hacia la puerta y se aseguró  de que los hombres que lo seguían no estuvieran cerca. Subió las escaleras y vio el panel de Jin, le tocaba la habitación 502 junto a un tal señor Baek, pidió el elevador hasta la planta número 5, un ligero dolor en el pecho lo distrajo por unos instantes más no le dio mucha importancia, vio la luz del pasillo media tenue, pensó en regresar al sótano por un foco nuevo sin embargo los deseos de ver a su princesa fueron más.

Caminó por el corredor hasta llegar a la habitación del mayor, se apoyó ligeramente en la puerta y pudo oír un grito ahogado que lo dejó helado.

—No…ya basta...por favor—sollozo él Castaño mientras sus piernas sangraban y sentía como aparecían de una a una delicados y finos cortes mientras el anciano sonreí con sorna.

—Yo pague por tí, putita así que calla—se oyó el golpe de una bofetada.

Nam empujó la puerta de una patada logrando que esta se abra y dejará ver la denigrante imagen de Jin.

Él se hallaba atado a la cama mientras su cuerpo tenía pequeñas manchas de colillas de cigarro, algunos moretones en el vientre y en los brazos, un hilo de sangre corría por su pierna y sus ojos mostraban súplica, dolor y terror.

—¿Que...mierda?— susurro el Rubio y se adentro en en la habitación provocando que el anciano saque una navaja.

—Será mejor que te vayas…aún no ha terminado mi hora con la puta—escupió el mayor.

—No le vuelvas a decir puta—gritó Nam y le propinó un duro golpe en el rostro logrando que pierda el equilibrio y caiga soltando la navaja.

—Nam...—susurro Jin y después de sonreír por unos instantes se desmayó.

—¡Jin! — gritó el rubio y corrió a su lado para tratar de despertarlo.

—Las llaves esto es lo que necesitas— amenazó el viejo y las agitó para después lanzarlas al otro lado de la habitación.

—¡Idiota! ¡Me las vas a pagar!— se acercó al otro para golpearlo mientras el otro sonreía, como si los golpes fueran lo más delicioso del mundo.

El menor lo tomó de la camisa y lo azotó fuertemente contra el piso provocando que se desmaye. Miro por la habitación y busco las llaves con desesperación.

—Mierda, mierda, mierda— espetó hasta que las halló y corrió hasta Jin para luego liberarlo.

—Nam...—sonrió exhausto al sentir los brazos de Nam levantarlo, se sentía realmente cálido tenerlo así de cerca.

—No digas mas, bebe— trato de sonreír el rubio y lo beso antes de comenzar a bajar por las escaleras.

El menor cargaba a Jin y trataba de no dañarlo más mientras iba bajando por las escaleras de emergencia, llegó al sótano y caminó hasta la avenida para tomar un taxi, cuando se dió cuenta que el otro aún estaba desnudo así que le puso su abrigo rápido y se subió al primero que se detuvo por ellos.

—Señor,¿A dónde vamos?—

—Mi novio está herido, al hospital más cercano—

—Homosexuales...le voy a pedir que se baje del vehículo— 

—¡¿Qué?!—

—Solo bajese no quiero arruinar mi reputación de buen taxista— 

— ¡Me importa un carajo tu reputación! ¡Solo llévame al hospital más cercano si no quieres que te mate!—hablo fríamente el rubio e hizo un ademán con el mentón para que avance.

—Nam...— susurro el castaño

—Jin, descansa ya vamos a llegar— le beso la frente con calma y luego lanzó una mirada fulminante al conductor.

El taxista encendió el motor y después de unas diez minutos llegaron. 

—¿Cuando es?—pregunto el rubio

—No quiero su dinero enfermo solo bájese del auto—hablo el hombre con cierto asco en el rostro.

—Jodido idiota—respondió Nam y se bajó para entrar al hospital.

El hospital era un ambiente bastante amplio, paredes blancas por donde se observe, lleno de personas vestidas de blanco y mucho tránsito de pacientes. Decidió acercarse aún enfermera y pedirle una camilla.

— Señorita, mi novio...— susurro Nam y un extraño sueño lo envolvió.

— ¡Una camilla por favor! —Al cabo de unos segundos se llevaban a Jin hacia la habitación del fondo, el rubio se sintió mareado por unos minutos y luego terminó por desmayarse.

—Un desmayo, una habitación por favor—gritó la misma señorita mientras trataba de levantarlo.

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—No te soporto más—gritó J-hope y lanzó un golpe hacia la pared 

—Lo siento...—sollozó de nuevo Lisa 

—No solo arruinaste mi relación con Tae, ahora quieres arruinar mi futuro con un hijo, no me pidas que te perdone—volvió a mirarla y se sentó al frente de ella

—Te juro que esto no fue premeditado, no imaginé que quedaría embarazada, usamos protección, además yo...—se quedó callada cuando él miró hacia el techo mientras respiraba pesadamente—No quiero recordar nada de esos meses, fue solo sexo y me siento sucio, no quiero tener que pensar en eso ahora—se quejó amargamente.

—Se que te he causado muchos problemas y créeme que me arrepiento pero no me pidas que mate a mi bebé, es mi bebé, nuestro bebé—

—Yo no lo quiero, no quiero un hijo contigo, lo quiero con Tae—

—J-hope, por favor no me digas eso, sé que no me amas pero no me tienes que lastimar más— sollozó una vez más

—Entonces solo vete, ya sabes que te diré, y eso jamás va a cambiar, no te quiero ni a ti ni al bebé— se levantó y se fue de la habitación dejando a una Lisa destrozada.

"...Joder desde cuándo todo se había complicado…" — pensó J-hope mientras lloraba en su habitación.

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