O3. Dance in the rain

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e t a p a   d o s

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e t a p a   d o s

Grupo, artista: BTS, Park Jimin (Jimin) y Jung Hoseok (J-Hope, ligera mención).
Género: angst
de palabras: 849
Temática: azar
Números: 12 (pérdida) 09 (baile).
TheFanficSAwards

Desde pequeño había estado acostumbrado a estar bajo las brillantes luces de los reflectores, siendo visto por cientos de ojos que actuaban como la lente de una cámara que capta el más bello y efímero momento que cualquiera pudiera experimentar.

Desde que tuvo uso de razón decidió dejarse llevar por la melodía atrayente que era creada por varios instrumentos para formar una sinfonía qué, con el paso de los años se volvió tan familiar para el joven de hebras oscuras.

Su cuerpo era el lienzo y las notas musicales los pinceles que lo impulsaban a crear la pieza de arte más pulcra y verdadera que cualquier hombre pudiese crear, una dónde plasmaba sus más genuinos sentimientos.

Quizás ese fue su primer y verdadero amor, porqué se acoplaban a la perfección. Jimin siempre buscaba un refugio en el baile y lo encontraba, como si fuera el lugar al que siempre escaparía para ignorar toda la malicia del mundo. Eran dos piezas talladas a mano, hechas hasta con el mínimo detalle para que ambos lucieran bien juntos.
Cualquiera que los viese diría que el baile fue creado para él y viceversa.

Le fascinaba ir de acá para allá, experimentar, arriesgarse y sudar por su esfuerzo. Al final siempre valdría la pena, escuchara o no los aplausos y gritos eufóricos del público.

No sueltes mi mano porque yo nunca soltaré la tuya.

De esa manera, a sus cinco años hizo aquella promesa de por vida, aun sin saber las dolorosas situaciones a las que el ser humano se enfrenta tarde o temprano; pero sus padres decidieron que sería mejor disfrutar ahora y sufrir después; o quizás nunca esperaron que las cosas resultarían de esa manera.

Y, a pesar de eso, Park Jimin creó su reputación a base de sonreír y dejar que su cuerpo y melodía se abrazaran al compás del ritmo de la vida. Verlo bailar lleno de gracia, nacido para esto, era todo un espectáculo brillante, incluso más que las mismas estrellas.

—¿Cómo te definirías en una palabra? –preguntó un día su amigo alto y cálido como el sol.

Pensativo sonrió, pues no se le venía una a la mente. ¿Qué palabra encerraba la felicidad y amor con el que hacía lo que más le gustaba?
Entonces, sin dejar de lado aquel gozo que recorría todo su ser, le respondió a su mejor amigo:

—Pasión. Sin ella no logras hacer nada de una manera única y genuina.

Jung Hoseok entendía de sobra eso pero le gustaba oírlo de la boca del joven de mejillas abultadas.
No había nadie que admirara más que a Jimin, pues su dedicación y esfuerzo eran envidiables, persistía y persistía hasta que su cuerpo no respondía.
Muchas personas agradecían que él decidiera dedicar su alma a esto y hasta entonces Jimin también estaba agradecido por esa forma de salvación.

Pero nunca esperó que ese anhelo se convertiría en una constante agonía de la que no podría salir, ahogándose en el océano sin oportunidad de nadar hasta la superficie, como si algo jalara de su tobillo para hundirlo más.
Estaba encerrado en su propia mente, mirando desesperadamente por todos lados en busca de una salida. ¿Hacia dónde debía huir? ¿Era mejor detenerse? ¿Qué era mejor hacer? Estaba desconectado de su realidad buscando respuestas, corriendo en círculos por aquel espacio que se suponía le daría respuestas; pero en esos instantes era complicado pensar coherentemente.

Observó la manera en que poco a poco su primer amor moría frente a sus ojos, agonizaba y él no podía hacer nada. Intentó correr para salvarlo, pero estaba atado a aquella silla de ruedas que de un momento a otro rompió sus sueños.
El baile murió justo frente a él, se marchitó en sus manos; lo perdió para siempre pues nunca más abandonaría aquella esclavitud a esa silla que le ayudaba a enfrentarse a la triste realidad creada por la situación más trágica que pudo haber vivido.

Y recordar todo eso hacía que las lágrimas saltaran de sus ojos. En un momento de su corta vida tuvo claro que en algún punto todo lo bueno culmina.
Con eso en mente, avanzó hasta la sala de baile que tenía en su hogar, los recuerdos golpeaban su mente  y no sabía cómo sacar todo el dolor que su corazón cargaba.

Soltaste mi mano.

¿Dónde estaba ahora? Se sentía perdido y desesperado por encontrar a alguien, o más bien algo.
Se sintió traicionado y de cierta manera roto. Y claro, no es fácil superar a tu primer amor, ese que te enseñó a amar, el que te elevó hasta el cielo para tocar las nubes y hacerte sentir en un mundo diferente.

Hay veces en las que la tormenta es demasiado fuerte, causa que te caigas y es difícil levantarse de nuevo, pero mientras el cielo deja de llorar es mejor si afrontamos todo y bailamos bajo la lluvia, intentando superar el dolor.

Jimin tuvo que aprender eso una vez qué, después del accidente esa fatídica noche, se encontró  perdido en sus recuerdos pues nunca más podría levantarse y moverse al son de las notas musicales.

Moonchild   ➵one shotsDonde viven las historias. Descúbrelo ahora