TRES

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El sol empezaba a ocultarse y la temperatura a descender. Agradecía haber decidido vestir un suéter blanco de lana y jeans antes de salir de casa por el medio día.

El viento comenzaba a soplar suavemente; sin embargo lograba que su rubio cabello golpeara contra su cara por lo cual usaba su mano libre para quitar aquellos molestos mechones. Era más bien un intento de distraerse y evitar aquellos recuerdos que le llegaban de tan solo estar parada frente a aquel edificio.

Su corazón había empezado a latir un poco más fuerte de lo normal mientras su frente se cubría de una fina capa de sudor frío apenas visible; su mano derecha estaba siendo ocupada por la de la pequeña Lottie, quien ya se había percatado del nerviosismo de su madre.

Intentó calmarse al mismo tiempo que daba pasos decididos hasta la gran puerta del complejo, de aquel lugar que alguna vez fue su hogar. Charlotte, por su parte, miraba a todos lados con mucha curiosidad pues pequeños recuerdos de estar en dicho lugar se hacían presentes en su cabeza.

—Bienvenida de vuelta, Señora Rogers. —Escuchó la voz robótica de Friday cuando atravesó la puerta.

Su corazón palpitó aún más rápido al escuchar como se había referido a ella; aunque era verdad, legalmente aún era esposa del Capitán América. De aquel hombre que había intentado olvidar desde el día que se marchó.

—H-hola, Viernes. —Le regresó el saludo -Cuanto tiempo...

—El coronel Rhodes se encuentra en la sala de reuniones esperándola.

—Gracias, Vier... ¡Charlotte, espera! —Gritó al ver y sentir como la mano de su pequeña soltaba la suya para posteriormente empezar a correr.

Maldijo mentalmente mientras seguía a la niña quien ya estaba lo suficientemente lejos de _________, aunque al ver que se dirigía a la sala de reuniones empezó a disminuir el paso.

—¡Tío Rhody! —Escuchó gritar a su hija y la escena que observó al entrar a aquella habitación la hizo sonreír.

—¡Cielos, estás enorme! —James tomó a la niña en brazos dándole un fuerte abrazo.

__________ aún los observaba, más bien a su amigo; el hombre estaba más delgado de lo que recordaba. No sabía si era su atuendo que consistía en una camisa tipo polo color negra junto a sus jeans grises debajo de su prótesis o si en verdad lo estaba; pero lo que sí era seguro era que no estaba del todo saludable pues su cara estaba algo demacrada. Podía ver el cansancio a través de sus ojos y de sus ojeras.

Desvió la mirada un par de segundos para observar la habitación. Relamió sus labios y se cruzó de brazos aún escaneando el lugar, estaba exactamente igual que la última vez en la que había estado allí.

—Hola _________. —Saludó Rhodes con una enorme sonrisa mientras dejaba a Lottie en el suelo. La rubia volvió su atención hasta su amigo, no dudó y se apresuró a estrecharlo en sus brazos.

—¡Rhody...! —Exclamó contenta mientras lo abrazaba fuertemente. —Dios, estoy tan feliz de que estés de vuelta. ¿Cómo has estado? No te ves del todo bien.

James se separó del abrazo y le sonrió. Sin tomar en cuenta que la cabellera rubia estaba más larga y ondulada de lo que recordaba podría asegurar que era la misma mujer de siempre, ni siquiera había cambiado su forma de vestir.

—Es un placer verte de nuevo, __________. —Admitió entre una pequeña risa debido a su último comentario. -He estado mejor, no te mentiré.

___________, por su parte, frunció el entrecejo y después de un momento de silencio decidió preguntar.

AVENGERS: AFTERMATHDonde viven las historias. Descúbrelo ahora