En busca del Rey Guerrero

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Willy y Vegetta compartían unas porciones de pizza Bru-Hut que habían comprado en el bosque de las brujas, de camino a la morada del Rey Guerrero.

    -Es impresionante lo mucho que nos costo llegar hasta aquí y lo rápido que ha sido esta vez, ¿eh? - comento Vegetta.

    -Ya te digo - afirmo Willy-.Pero bueno, hemos jugado a suficientes videojuegos como para saber que la primera es la mas difícil. Las siguientes son pan comido.

    -¡Es lo que tiene subir de nivel! - dijo Vegetta, y ambos rieron. Les costaba creer que estaba a punto de empezar una guerra, porque en su dimensión todo estaba como siempre.

JUNTO A ELLOS IBAN VAKYPANDY Y TROTUMAN, DISCUTIENDO QUIEN COMERÍA EL ULTIMO NUGGET DE POLLO.

Un delicioso aperitivo que habían preparado las brujas. Era uno de sus platos mas exitosos, aunque no tenían ni rastro de pollo. El Gigante de dos cabezas, chef de pizza Bru-Hut, guardaba celosamente el secreto de la receta que según contaba, estaba elaborada a base de garbanzos. En Bru-Hut preparaban varias toneladas al día y el gigante se comía lo que sobraba.

    -Thomas no sabe lo que se esta perdiendo -dijo Vakypandy, al acordarse de que había preferido quedarse en Pueblo ayudando a Ray. Se le hacia la boca agua al pensar en el ultimo nugget.

    -¿Es eso una vaca con alas? -pregunto Trotuman, señalando para arriba.

Ese momento de distracción de Vakypandy le basto a Trotuman para zampárselo de un bocado. Problema resuelto.

CAMINARON MEDIA HORA MAS HASTA LLEGAR A LA ORILLA DEL LAGO SOBRE EL QUE SE LOCALIZABA LA ISLA FLOTANTE DEL REY GUERRERO.

Allí encontraron un cuno metálico de unos dos metros y medio de altura. De su parte superior salia un grueso cable de acero que se alzaba perdiéndose entre las nubes.

    -¡Ahí esta el ascensor! -exclamo Vakypandy-. Las brujas no mentían...

    Mientras esperaban a que sus porciones de pizza estuvieran listas, las brujas les contaron que el Rey Guerrero había instalado un montacargas en aquel lugar para que pudieran entregarle sus pedidos del restaurante sin que la comida peligrase. Antes siempre pedía enormes cantidades de pizza, y las brujas debían llevárselas sobre varias escobas.

    La segunda vez que el Rey Guerrero vio como su comida terminaba en el fondo del lago, decidió instalar un montacargas gigante.

    -¡Es perfecto! -dijo Vegetta.

    -Así no necesitaremos ir volando con las escobas de las brujas, como la otra vez -dijo Willy.

    -No pensareis entrar en ese ataúd volador, ¿verdad? -dijo Vakypandy, mirándolo horrorizada.

    -¿Te dan miedo los ascensores? -pregunto Trotuman.

    -En absoluto -aclaro la mascota de Vegetta-. Pero esto no es un ascensor, sino un montacargas. Están hechos para transportar comida, no seres vivos. Así que, a no ser que tengáis pensado cocinarme antes de subir ahí, no contéis conmigo.

    -¿Nos esperas aquí, entonces? -dijo Vegetta.

    -¿Como? -pregunto con incredulidad Willy-. ¿Pretendes dejarla aquí, sin mas? No es lo que solemos hacer. Vamos siempre juntos, ¿no?

    -SI, ESO ES CIERTO. UNO PARA TODOS Y TODOS PARA UNO -dijo Vegetta, acercándose a Vakypandy. Cuando estuvo a su lado, se agacho y le acaricio el lomo-. En eso estamos de acuerdo. Pero no quiero discutir por una tontería así cuando tenemos prisa. Ya hemos parado a por pizza.

Wigetta y el antídoto secretoDonde viven las historias. Descúbrelo ahora