Mi cabeza dolía.
No había pasado ni diez minutos desde que me desperté... en la cama de un hotel y completamente desnudo, aunque ni tanto, aún llevaba mis calcetines en los pies, pero ahora no importa mucho eso. Alrededor de la cama desordenada estaba mi ropa, regada en el suelo como si de una alfombra se tratará, algunos cojines y sábanas acompañaban el desastre del suelo, y mis pertenencias —entre ellos mi teléfono y mi cartera— habitaban reposando en el buró junto a la cama.
Me incorporé, tome aire intentando imitar aquellos ejercicios de respiración que nos obliga a hacer la maestra de educación física en cada clase, y me levanté, mi mano se dirigió a mi brazo izquierdo pellizcando fuertemente, talvez y con suerte esto era sólo un raro y muy realista sueño; uno en el que se proyectaban mis peores pesadillas, pero a pesar de lo fuerte que pellizque intentando despertar en la comodidad de mi cama... jamás pasó nada... esta era mi trizte realidad.
Tomé mi ropa del suelo, el olor a alcohol era asfixiante en ellos casi como si hubiese bañado cada una de mis prendas en una colonia barata, también levanté aquellas sábanas y cobijas que inundaban el piso, no sin antes taparme con una toalla que albergaba en un pequeño sillón azul en la esquina de la habitación, no deseaba que alguien me observará por el gran cristal que daba un bonita vista de la ciudad.
Me metí al baño para tomar una ducha con agua caliente, el liquido pasó por mi cuerpo dándome una gran relajación, más aún no quitaba del todo mis preocupaciones que para otros podrían ser bastante tontas, o acaso ¿A qué persona de mi edad le preocuparía perder la virginidad en una borrachera?, por supuesto, a mi, Levi Ackerman, el rarito antisocial de la escuela que solamente vive para estudiar y que seguramente vive em una biblioteca. Vacíe un poco de jabón líquido en mi cabello ahora húmedo.
...
Llegué a casa corriendo, no me importó el frío que dominaba la ciudad, ni que no llevará ni siquiera un suerte delgado, ni menos que en mis pies tuviese puestos los incómodos tenis blancos que tanto me lastimaban, nada fue suficiente para detenerme, me sentía como la protagonista de una historia de amor cuando se enteraba que su amor se iría del país, sólo que en mi caso era la vida real y no existía ningún "amor" y mucho menos se iría del país.
Mi madre me cuestionó, me hizo miles de preguntas, miles que no conteste, sólo subi a mi habitación ignorando los reclamos de mi madre, azote la puerta como si aquel trozo de madera tuviese la culpa de que yo fuese tan inutil como para emborracharme hasta perder la conciencia en mi primera fiesta, me tiré a mi cama, intentando recordar al tipo al que le entregué sin querer mi virginidad, mi preciada virginidad que ahora no era más que polvo.
Ojos verdes.
Claro estaba, ojos verdes, esa era mi única pista, la única que recordaba y que posiblemente recordaría, pero que más daba si sabía quién fue, nunca lo volvería a ver, y aparte ni siquiera recordaba a dónde me llevo, quizá a otra fiesta mucho más prendida o a algún bar apartado de la fuerte música y de los adolescentes escandalosos de mi edad, por qué si de algo estaba seguro era de que aquel misterioso hombre de ojos verdes era mucho más mayor que yo.
Y aquí reportándose Sandia después de tanto, espero les guste este capitulo a pesar de ser tan corto.
—🍉Sandía siendo asesinada por su gato por haber puesto kpop.
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Una Noche ||Ereri||
Fanfiction¿Qué pasaria si tu nuevo maestro es aquel (sexy) hombre con el que te metiste a la cama el mes pasado? Cierto, no lo sabrías. Pues ese ahora es mi caso. ✅ Ereri/Riren. ✅ Contenido homosexual ✅ Mala ortografía y narración. ✅ Intentó de humor. ✅ Escri...