𝟎𝟏

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Park Jimin miró la dirección que había garabateado de arriba abajo en el letrero, luego hacía abajo a la dirección y luego hacía el letrero de nuevo.

Se maldijo a sí mismo en su cabeza. Club Kasa. Era el club más exclusivo para "solamente miembros" en el centro de Seúl. ¿Cómo se suponía que iba a recoger allí a un hombre, mucho menos incluso entrar en el exclusivo club? Sacudió la cabeza. Estaba desesperado. Su jefe iba a enojarse con él si al menos no intentaba entrar.

Jimin decidió darle una oportunidad y de esa manera, si los matones de la yakuza estuviesen cerca, podrían respaldar su historia de que había intentado y no había podido entrar en el club. Se alisó el cabello rubio hacia atrás con manos nerviosas y luego enderezó su camisa de vestir negra y sus ajustados vaqueros azules. Estaba llevando la mejor ropa que tenía, pero aún estaba irremediablemente mal vestido para un lugar como el Club Kasa. Puso su mejor cara de póker y caminó hacia el gorila como si fuese el dueño del lugar.

Intentó no parecer intimidado cuando el gorila de alfa le frunció el ceño. El hombre parecía un gorila de espalda plateada listo para arrancarle los miembros por invadir su territorio.

—Kim Seok Jin —recitó Jimin uno de sus alias y metió los pulgares en las presillas de su cinturón. Estaba intentando verse genial y desinteresado, como si perteneciese a este sitio, en lugar de estar temblando en sus zapatos como el niño que realmente era.

El gorila ojeó algunos papeles antes de detenerse en uno.

—Estás en la lista. Entra. —Soltó la cuerda de terciopelo y la sostuvo para que Jimin pasara.

Jimin jadeó durante un momento, incapaz de esconder su sorpresa.

—¡¿ESTOY?! —Se recuperó rápidamente—: Ah, por supuesto que estoy. Muchas gracias, señor.

Saludó de manera casual y salió pitando hacia el interior del club antes de que el hombre pudiese cambiar de idea. Mentalmente, se golpeó a sí mismo. ¿En serio había dicho eso? Gah. Miró alrededor del resplandeciente club sintiéndose irremediablemente fuera de su elemento.

Sacó la foto de su objetivo y la miró de nuevo. El empresario era moreno, muy guapo y mucho más joven que el objetivo habitual. Su nombre era Jeon Jungkook, y debería estar en algún lugar por aquí si la información de su jefe era buena. Jimin escaneó el interior del club. Estaba lleno de trajes; la crème de la créme de la élite de negocios de Seúl. Muchos estaban hablando entre sí con hermosas mujeres omegas jóvenes de aspecto aburrido en sus brazos. El club estaba dividido en múltiples habitaciones más pequeñas, con mesas y sofás esparcidos. Realmente apestaba a dinero.

Se decepcionó al ver que no había pista de baile. Eso seriamente iba a ser un problema. Bailar era el 90% de su técnica de seducción; desde luego no lo era su don con las palabras. Jimin suspiró considerablemente. También podría conseguir una bebida y echar una mirada alrededor. El hermoso omega joven se acercó sigilosamente al bar y echó un vistazo a la carta de bebidas. La miró con incredulidad. No había precios. Aparentemente estas personas eran tan ricas que no necesitaban preocuparse sobre cosas tan insignificantes como los precios como los comunes mortales. Hizo una alocada conjetura y pidió lo que sonaba como una cerveza barata.

El camarero asintió con la cabeza.

—¿Carnet de socio, señor?

Jimin sacudió la cabeza.

—Pagaré en efectivo.

Las oscuras cejas se elevaron un poco, pero el camarero no se opuso y Jimin estuvo aliviado, hasta que le deslizó la cerveza y pidió 25.0007 wones. Jimin intentó no hacer una mueca de dolor. Apenas tenía lo suficiente para cubrirlo y una pequeña propina. Tomó su cerveza y decidió deambular por el club. Era horriblemente obvio que no pertenecía aquí por las extrañas miradas que la gente le estaba dando. Finalmente, se metió en un tranquilo rincón y decidió esperar hasta que llegase su objetivo.

「ʙᴀᴅ ʙᴏʏ」Donde viven las historias. Descúbrelo ahora