Capitulo Uno Ice Flower

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Seúl, Corea del Sur

Invierno del 2004

Un total y completo desastre; esa simple frase definía a la perfección su vida personal, y más aun la sentimental, en ese momento. No había otra forma para describir la situación diaria en su hogar, eso sin mencionar su reciente relación fallida. Hecho que únicamente le dejaba más que claro las relaciones de pareja estaban todas destinadas al fracaso, y que la frase "hasta que la muerte los separe" había dejado de ser valida hacia mucho tiempo. El amor, no era más que una tontería lucrativa, creada por los comerciantes para vender tarjetas el día de San Valentín.

A los 19 años de edad Lee Annie había perdido la fe en el amor y en los hombres. Para ella lo iniciado con el fracaso matrimonial de sus padres, que siempre la culparon por ello, había concluido esa noche en el piso de su novio. Y es que debía haberlo sabido, no se podía confiar en los hombres. Si su propio padre era capaz de traicionarle de la manera en que el suyo lo había hecho, que se podía esperar de un chico que únicamente mostraba su lado amable en tanto conseguía lo que deseaba.

Se sentía tan estúpida y patética mientras bebía sola en aquel bar. Lo único que podía pensar, es en que tan idiota había sido al ignorar la voz en su cabeza que le decía que aquello no acabaría bien, que no confiara en él. Por que al final él también la engañaría, y cuanta razón había tenido esa voz. Con cada trago, la lastima y la tristeza e iban siendo reemplazadas rápidamente por la ira, el rencor y la sed de venganza. Para su octavo trago, ella estaba lista para regresar y decirle unas cuantas verdades a su ahora ex novio.

Aunque si lo pensaba detenidamente tal vez había algo que podría hacer, que a él le dolería aun más que unas cuantas verdades. Él siempre había esperado que le tuviera la suficiente confianza como para tener relaciones sexuales. Pero por algún motivo, y ahora ella estaba agradecida de que así hubiera sido, nunca tuvo motivos suficientes para dar ese primer paso con él. Tal vez en el fondo, el haber sido una buena chica toda su vida había influido lo suficiente para evitar que ella hiciera aquello. Pero ahora, con su inocencia muerta completamente y sus ojos que se abrían a la verdadera realidad de la vida. Eso ya no importaba más, haría todo aquello que se suponía que una chica buena no debía hacer, ya estaba en ello de cualquier forma.

Esa noche Annie dejaría de ser la niña buena que soportaba todo y nunca hacia nada malo. Bebería hasta hartarse y entonces se buscaría un chico para pasar la noche. A esas alturas ya le daba igual con quien fuera su primera vez. Mataría a la Annie que todo el mundo creía que podía pisotear, la asesinaría hasta no dejar rastro de ella, y después la enterraría para que nadie pudiera encontrarla nunca más. Esa seria su venganza personal, su queja hacia un mundo cada vez más perdido. Que importaba si después ella no podía volver a amar, que importaba si ella no podía volver a sonreír, se vengaría a como diera lugar.

Y como si aquello ya hubiera sido escrito, ella lo conoció. De todas las personas en el mundo que pudieron sentarse a su lado en aquel bar, él lo hizo. Mientras lo observaba de reojo Annie pensó en que quizá lo mejor seria alejarse, aquel chico no se veía peligroso, no del tipo sociópata al menos. Pero algo en el encendía las alarmas de su cerebro. Y fue entonces que el chico volteo hacia ella, su mirada encontró con la suya y desde ese momento, Annie supo que para bien o para mal sus caminos se habían unido para siempre. Él chico la observo un segundo más y después sonrió con algo de autosuficiencia.

- ­Tu madre nunca te dijo que es de mala educación mirar a las personas tan fijamente - un comentario bastante acertado dada la reciente situación. Y entonces ella volteo y lo miro de frente mientras fruncía el ceño, no le hacia nada de gracia que él la hubiera atrapado observándolo.

All My HeartWhere stories live. Discover now