Carta

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Santiago se encuentra en shock se ha empapado de terror y angustia, después de las palabras soy asesino serial. Santiago no ha podido leer más, en su interior esta aterrado, el miedo lo paraliza, nubla su mente con la imagen de un desconocido al que algún día llamo padre; pero del que solo parece conocer el rostro, recordando aquella sonrisa que lo caracterizaba, una sonrisa a medias, poco expresiva,  ojos cabizbajos y su nariz aguileña la cual santiago heredó.

— Cómo nunca lo supe. Se pregunta en su interior.

— Como Pudiste matar a mi mama.

Los recuerdo de su madre surgieron como  escenas de una película en plena proyección, Loenor era una mujer extremadamente amable, Santiago la recordaba con cariño.

— te amo santi y nunca lo dejare de hacer. — le dijo en una ocasión, después de un regaño de su padre, justo un día antes de que ella falleciera, esa frase quedo grabada en lo mente de Santiago, imposible de ignorar, como lo es la portada de un libro al intentar leer dentro de las paginas.

En un arranque de coraje y venciendo el miedo, toma la carta a dos manos mientras se sienta en el sofá de su sala austera, donde no tiene televisor ni estéreo, sólo algunos libros apilados sobre una mesa de centro que por falta de espacio Santiago tiene pegada a la pared y no en el centro como debería de ser, voltea a ver el reloj y nota que son las 11.30 de la noche ha pasado una hora y media desde su llegada a la casa y no recuerda haber estado tanto tiempo ahí,

— Te odio padre, antes solo me eras indiferente pero hoy, por primera vez en mi vida te odio, como nunca odie a alguien más.  Le dice Santiago al papel como esperando una respuesta que nunca llegaría.

Retoma su lectura donde se quedo.

Nací el 23 de enero de 1949 , no conocí a mis padres, según mis abuelos decian que siempre estaban de viajé, yo siempre supe que ellos me abandonaron por cobardes, tal vez por miedo a criarme, no lo se y poco me interesa, lo deduje cuando escuche a mis abuelos hablando de mi madre, decían que ya había tenido otro hijo.

Nunca tuve una fiesta de cumpleaños y al igual que tu me crié con mis abuelos, en un pueblo olvidado por dios, pero ellos casi nunca estaban, mi abuela estaba casi siempre en el hospital y mi abuelo la visitaba continuamente, me dejaban encargado con un primo llamado Ivan mayor que yo por 4 años y nunca me agrado, las circunstancias nunca me limitaron en la escuela, siempre tuve resultados sobresalientes, y me consideraba mejor que mis compañeros, me considero mejor que cualquier otro individuo, a acepción de uno, que conocería muchos años después.

El día de mi cumpleaños numero 10 Ivan me dijo "hoy si te vamos a festejar pato"
Y me tomo de la mano, poco le importo que le dijera que no quería ningún regalo de su parte, me llevo contra mi voluntad hasta una casa abandonada donde los amigos de Ivan nos esperaban, estaba Ricardo, un grandulon de 16 años que aun seguía en secundaria, y  Benito de 14, que apena superaba mi estatura, también estaba una chica sostenida por Ricardo que reconocí como la hija del zapatero al que asistía mi abuelo,

Aquí tienes una puta de regalo. dijo Ivan,
Yo observe a la chica, en sus ojos vi miedo, note su desesperanza, su respiración era acelerada, era evidente su miedo ante el peligro latente, nunca he sentido mas lástima por alguien como por esa chica.

Vámonos Ivan por favor.  le conteste

Ivan me miro, se acerco y si previo aviso o indicio, me volteo la cara de un peñetazo casi me caigo, Ricardo se reía y Benito solo me miraba con lastima.

Trastornos de un vampiroDonde viven las historias. Descúbrelo ahora