Capítulo 1: Sólo él

7.4K 184 8
                                    

Narra Jaden

Sam es una persona que tiene en su mente las ideas más claras, pero a la vez, una palabra, un gesto o una simple conversación hace que empiece a dudar de nuevo si lo que está haciendo es lo correcto o no. Siempre habrá cosas y personas que lo hagan dudar de todo.

Sam siempre me pareció una persona tímida, algo súper tierno, escondido en un suéter, con sus pantalones anchos, siempre queriendo esconderse de los demás. Pero, ¿cómo puedo pensar que yo le guste a él?

Narra Sam

Jaden es una persona decidida, fuerte, y, ¿qué más se puede pedir siendo tan sexy?

Nunca había pensado así de un chico y mucho menos del más popular de la universidad. No sé qué le veían de interesante a la medicina. Antes, cuando estaba en el colegio, lo que peor se me daba era la biología.

Era por eso que me escondía de la gente; no me gustaba que me miraran más de un minuto. Estudiar contaduría, ¡wow!, eso me volvía súper invisible para todo el mundo. No era muy sociable. Yo, una débil presa con miedo a ser comida por un depredador, y él, el depredador.

No podía pensar así de él. Desde mi primera y última relación, todo había salido mal. Mi inseguridad iba más allá de un simple físico. Quería poder contarles a mis amigos, pero simplemente no se había dado el momento, o no era tan simple hablar del tema. Acercarme a Jaden no serviría cuando para él ni existía, y mucho menos con el fantasma de que Cam aún apareciera.

A Cam lo había conocido en los primeros días de inducción a la universidad. De verdad, todo era súper lindo al principio; no le podía pedir más a la vida cuando lo tenía a él. Pero después de dos semestres de relación, me fui dando cuenta de que una relación no consistía en muchas peleas e insultos. Después de alejarme de él, por quien lloré, me abrí a nuevas experiencias que me podría brindar la universidad. Una de esas fue darme cuenta de que era atractivo para los demás, y así empezar a explorar más mi cuerpo y mi vida sexual. Sin embargo, me descarté después de un incidente que tuve con una persona, lo que hizo que creciera mi inseguridad y me ocultara de los demás.

En ese momento, me llegó un mensaje de Jess, mi mejor amiga de toda la vida. Después de 16 años de amistad, no tendría que ocultarle nada a ella, ¿o sí? Pero para ella también tenía el secreto guardado.

"SAM!! Hoy es la fiesta de la universidad. TENEMOS que ir, no me lo niegues. Cam no se aparecerá por allá, sabes que no entraría porque ya no estudia en ella."

Hacía énfasis en el "tenemos" para que no le negara y, pues así fue, no me negué a ir a la fiesta que habría. Pero sabía que iba a estar la mayoría de personas de la U, por lo que esa discoteca estuviera a reventar no me sorprendería.

Jess pasaría por mí a las 10 pasadas para ir. Aun así, la disco estaba casi vacía, pero nos ubicamos en un buen lugar cerca de la tarima, la barra y los baños. A eso de las 11 de la noche se fue llenando completamente y ni rastro de Jaden, por lo que no tendría que preocuparme de ponerme nervioso si lo llegara a ver.

Narra J.

Estaba pasándola de maravilla en la fiesta. Había llegado con varios amigos de la carrera y también varios chicos con los que me follaría después. Lo estábamos pasando bien, buen licor toda la noche y buena compañía, pero sentía que quería algo más, y sabía lo que era: sexo. Pero no quería a los pendejos que había allí, lo quería a él, porque cada vez que trataba de acercarme a él, intentaba esconderse de mí.

Siempre pegado a un libro para esquivar mis miradas. ¿Acaso no era yo el tipo más bueno de la universidad?

No quería pensar en él, así que agarré del brazo al primer chico que vi y lo empujé por la discoteca hacia los baños para poder estar allí con él. En el camino lo iba besando y emocionando para que llegara el momento, pero mi error fue no fijarme y tropezar con alguien, derribándolo por completo y derramando su bebida, por lo que también me mojé.

No me di cuenta de quién era hasta que se puso de pie y pude distinguir que se trataba de Sam. Solté la mano del chico que llevaba para poder llevar a Sam al baño y ayudarle, pero una chica de pelo negro y largo se entromete entre nosotros para sacarlo de allí, dejándome parado.

No sabía exactamente qué hacer en ese momento, pero fue el apretón de muñeca y el empuje de este chico lo que me devolvió a la realidad de lo que estaba pasando, y lo seguí hasta el baño, que era nuestro destino inicial. Entramos a uno y empezó a besarme, pero sin pensarlo lo aparté para poder tomar aire.

—¡Espera! Tendré que ir a ver si ese chico está bien.

—Eso no te debería importar. Fue él quien se atravesó en tu camino. No arruines el momento, ven. —Y se acerca nuevamente a mí para besarme de nuevo, pero no me siento cómodo, así que lo aparté de nuevo.

—¿Cómo es tu nombre?

—Alejandro, creí que ya lo sabías... —Era guapo, eso había que aceptarlo. Cabello rubio, con unos ojos color miel igual que su cabello, los cuales hacían que hubiera mucha armonía en su rostro, pero no lo quería a él.

—Discúlpame, pero ¿qué tal si dejamos esto para más tarde? Nos vemos en un lugar más seguro y con más tiempo, ¿te parece? —Por lo que asintió con su cabeza y me devolvió un beso.

No lo pensé dos veces antes de salir de allí y pedir disculpas al chico al que acababa de tirar al suelo. Debieron de haber salido, así que me aproximé a la salida principal hasta que escuché voces en el pasillo de la derecha. Me detuve porque sabía que era él.

—...Jess, ya te lo he dicho, me da miedo, me da miedo que llegue alguien, desordene mi vida, la vuelva un disparate y se vaya.

—Sam, sé que es verdad, no olvido a Cam, pero ¿por qué te torturas diciendo esas bobadas? Adentro está el tipo más bueno de la universidad y tú estás aquí parado, lamentándote hasta de haber venido.

—Jess, él es lindo, pero yo no soy su tipo. Puede que sea el tipo más bueno de la universidad y esas cosas, pero ¿y qué? Sabes que me tengo que ir, mi papá debe estar esperándome ya.

Escuché sus pasos acercarse, y entonces esa era mi oportunidad.

Narra S.

No. Esa era la respuesta a muchas cosas que he querido hacer en mi vida. No quiero volver a enamorarme; esa era una de ellas. No quería pensar en lo que pasaría si Jaden y yo estuviéramos juntos en una cama. Me dejaría llevar, pero no sabría manejar las cosas al otro día.

Sabía que me ilusionaría solo, sin ningún motivo. Así fue la última vez, y solo el recuerdo de mi cara golpeada por Cam era la razón por la que siempre me iba mal en el amor, especialmente con personas como Jaden, a quienes les gusta buscar pelea.

No veo por dónde camino hasta que está él frente a mí.

—Mira, Sam, sé que tú deberías ser invisible para mí... pero la verdad es que no es así. —No tenía ni una sola palabra para decirle, ¿cómo es que sabía hasta mi nombre?—. Te he notado desde los primeros días de la universidad, pero después de verte con otro tipo se me quitó la esperanza de hablarte. Ahora que ya no estás con él, te has vuelto más distante con todo...

—Perdón, pero me tengo que ir, lo siento. —Salí corriendo a por mi chaqueta y, de nuevo, no, no podía dejarme llevar por mis impulsos. No quería terminar mal, solo quiero una vida tranquila.

Hasta que por fin llegué a la puerta, pero me agarraron del brazo y me hicieron voltear a mirar a esa persona. Era él de nuevo. No tuve tiempo de reaccionar ante lo rápido que pasaron las cosas y, en esos precisos momentos, los labios de Jaden estaban sobre los míos.

Nunca me había atrevido a hacer algo así, pero creo que fue la mejor decisión de todas. Ahí es donde empieza la magia de esta historia. Me lancé a sus labios. Eran delgados pero cálidos, fuertes al tacto.

Una vez terminé de darle un pequeño beso, quería ver sus ojos verdes, pero por tantas luces neón que había a nuestro alrededor solo se veían oscuros.

Corrí. Eso fue lo único que hice. Abrí la puerta a mis espaldas y solo corrí. No podía estar pasando, no podía dejarlo. Paré el primer taxi que vi para subirme en él e ir a casa, no sin antes llamar a Jess y comentarle que estaría bien y que iba a casa.

No Me Digas AdiósDonde viven las historias. Descúbrelo ahora