C A T Á S T R O F E

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En el comienzo del universo, sólo existía, a parte de una nada apremiante; Sol y Luna; sólo que en una forma física diferente a la conocida; ni siquiera era una forma que pudiera ser descrita, sólo eran almas, en su totalidad, ellos eran las almas pertenecientes al universo.

Sol y Luna eran amantes. Su función en el universo era crear una constante armonía en la que ellos dos, suponían ser pintores y todo lo que hicieran, fuera así, caos o perfección, obtenía el mismo resultado; arte.

Sol era pretenciosa a la perfección, feliz y obstinada. Creía en la inocencia que la rodeaba aún si esta no estaba presente, fogosa hasta sofocar pero sin dejar de ser asustadiza y cerrada. Todo lo que estuviese fuera de su burbuja era errado y todo lo que estuviese dentro de ella la llenaba de orgullo e inocencia. Quería con creces a Luna. Tenía una tutela celosa y juiciosa bajo el mismo,  a pesar de ser su amada. Poseía un sentido materno que la hacía desear el atrevimiento de crear pinturas así como también dolor en su conciencia por desear cosas tan impuras.

Luna, a su vez, era todo lo contrario; fascinado por cosas nuevas en las cuál involucrarse, sin importar que sean de una naturaleza buena o mala. Incrédulo o un tonto sin remedio, en donde su única fuente de felicidad dependía de Sol, además de una rebeldía triste, melancólica y hasta burlona que llenaba de cólera a sol a la cual constantemente intentaba sacar de su zona de confort haciéndole diferentes propuestas; cómo hacer una pintura sólo por diversión o simplemente decir sin remedio alguno lo que estuviese dentro de ellos. Amaba con obsesión aunque algunas veces se aburría rápidamente.

Ellos vivían en una nada que daba el tiempo y el silencio para lograr una relación marital en cinco minutos. La verdad es que no había nada ni nadie más ahí, así que eran algo  cómo eso.

En una ocasión Luna le preguntó despacio a Sol:

—¿Porqué crees que estamos aquí?- Sol lo observó con impresión.

—¿Importa realmente? Estamos bien. Tu y yo.

—No hacemos nada, Sol. Importa, porque es aburrido. Además ¿cómo sabes que estamos bien? ¿conoces algún tipo de mal para decir que estamos bien?

A Luna le obstinaba el hecho de que Sol pudiera ignorar tantas situaciones importantes solamente porque le asustaran... Porqué también lo ignoraba a él.

—Que va, Luna. Dices andesez, habías dejado de decir cosas como éstas hace poco... Supongo eres feliz.- Sol sólo lograba entender mal las cosas, y Luna era el único que lograba entretenerse con lo obstinada que podía ser.

—Ya no supongo nada, Sol. Ahora solo sé cosas o no lo hago.- suspiró- ¿tú no me quieres así? ¿me equivoco?- parecía dolido, aunque realmente, siempre lo estaba.

—¿A qué te refieres con “así"? ¿cuantas maneras de amar puede haber?

—Hasta ahora- Luna mira a su alrededor y suspira con aburrimiento-, sólo dos;  la tuya y la mía.

Luego de tantas dolencias, Luna había estado envuelto en aires depresivos, que sólo lo hacían mejor en su misión de ver con ojos lógicos y críticos a sus sentimientos y a los de los demás.

—¡¿Entonces te molesta como te quiero?!-Sol estaba enrojecida por el bochorno, creando pequeñas supernovas que volaban y estallaban alrededor de Luna.

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⏰ Última actualización: Nov 17, 2019 ⏰

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