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🌷Ben y Joe llevaban 2 años de matrimonio.
En su día a día no podían dudar que se amaban más que a cualquier cosa, desde el primer contacto se sintieron completamente suyos, perfectamente completados.
No dudaban que el día de su boda, fue el mejor día de todos para ambos. La comunicación, el amor mutuo, la atención, la sinceridad, el afecto que se demostraban eran elementos que nunca podían faltar en su feliz vida juntos.
Pero tampoco podían dudar que la llama de la pasión estaba demasiado baja en estos instantes.
Al principio de su matrimonio no era asi claramente, tenían sexo casi todos los días, y no del normal, por lo general era rudo y fuerte, casi pareciendo que en esas cuatro paredes que habitaban estaban matando a alguien. Aunque esto no era lo más importante en su filosofía del matrimonio, era un gran complemento.
Pero claro está que en los últimos seis meses no había sido así, estaban tan atrapados en la rutina, del trabajo, de la vida cotidiana, que habían descuidado ese aspecto olímpicamente. Algunas noches sí Joe tenía suerte su esposo dejaba tocarse por encima de la ropa, algunas otras si tenía más suerte y Ben tenía más energía recibía una mamada, pero realmente estas ocasiones estaban contadas con los dedos de las manos.
Tanto tiempo contenido volvía loco a Joe, necesitaba más de su querido marido que amaba con toda su alma, también quería demostrarle lo mucho que lo amaba con otros aspectos, quería sentirlo más, reclamar lo que es suyo.
El mayor miedo de Joe era ser uno de esos matrimonios aburridos donde tenían sexo muy escasamente, o tal vez el hecho de ya no atraerle a su esposo y Ben sentía lo mismo.
Así que ideó un pequeño plan, tal vez se sentiría mal por eso, pero no recurrirá a otros métodos para su mero placer, además Ben también lo necesitaba, sólo era cuestión de un pequeño empujón.
O eso era lo que se decía a si mismo repitidas veces para buscar no sentirse tan mal.-iremos este fin de semana con mis padres y no voy a discutirlo mas.
Esas palabras bastaron para que todo su plan se fuera abajo.
-pero es nuestro primer fin se semana libre después de tanto tiempo, pensé que podíamos disfrutarlo mejor nosotros,ya sabes, soloos. -extendió la última palabra.
-lo sé cariño, pero mis padres me han exigido que vaya, aparte también tiene bastante que no los visito.
-ya que. -bufé dándome la vuelta pero el me sostuvo del brazo haciéndome voltear.
-prometo compensartelo amor. -deposito un beso húmedo sobre mis labios.
-puedes hacerlo de una vez. -propuse.
-vengo muy cansado y tenemos que hacer el equipaje, sera luego.
Aceptado aunque no tan gustoso, me dispuse a equipar lo necesario para un fin de semana con los suegros, en medio de la ropa un poco dudoso coloque las pastillas que planeaba ocupar, pero sólo tomando tres y metiéndolas en el frasco de pastillas para dolor de cabeza que eran esenciales durante un viaje.
Después de tener todo listo subimos el equipaje el carro y empecé a conducir.
Ben estaba recargado en la ventana admirando del paisaje nocturno mientras yo seguía dudoso en el uso de las famosas pastillas, por una parte pensaba que no eran tan malo, pero por otra me sentía como un maldito urgido desesperado por fornicar y eso me hacía sentir una persona no tan buena.