ask me to stay; Henry and Alex

only part.

alexXhenry

—Bien —finalmente dice—. ¿Sabes qué? Jodidamente bien. Me iré.

— Bueno.

—Me iré —dice, y se vuelve y se inclina—, tan pronto comomedigas que me vaya.

— Alex. — Él está en la cara de Henry ahora. Si se le rompe el corazón esta noche, está seguro de que hará que Henry tenga las agallas para hacerlo bien.

—Dime que has terminado conmigo. Regresaré al avión. Eso es. Y puedes vivir aquí en tu torre y ser miserable para siempre, escribe un libro entero de tristes y malditos poemas al respecto. Lo que sea. Sólo dilo.

—Vete Alex.—dice Henry mirándolo a los ojos y sin parpadear. A Alex casi le saltan las lágrimas ahí mismo, pero rápidamente presionó su lengua contra su paladar.

—Bien. — Dijo Alex. Se dio media vuelta, tomando su abrigo y saliendo dando un portazo que hizo temblar todos los adornos mileranios del palacio.

No recordaba como llegó al avión y mucho menos como llegó a casa de nuevo. Sólo sabía que tenía a Nora y June en frente, él estaba sentado en su cama. Cuando Nora le dio un suave golpe en la mejilla reaccionó.

— Al fin. — Dijo June cuando lo vio salir parpadeando de su transe. —¿Puedes contarnos qué te pasó? — Dijo sentándose a su lado.

— Terminamos, eso pasó. Me dijo que me fuera y me fui. — Dijo Alex juntando sus manos y sus piernas lo más posible. Ambas chicas lo estuvieron consolando por horas y cuidando de que estuviera bien. Principalmente que comiera, se negó rotundamente hasta que June lo amenazó con tirar todos sus apuntes de la universidad si no ingería por lo menos la mitad.

Alex durmió horrible esa noche, y las demás que siguieron durante un mes completo. Si no tenía una parálisis, gritaba envuelto por una pesadilla despertándose en el medio del pasillo en los brazos de su madre. Trató todo esto en terapia y le dijo que intentara desestresarse más. Como si en la vida universitaria de Alex eso fuese posible.

— ¿Tienes alguna idea para el vestido que debería usar en el banquete de navidad? — Preguntó June con la vista fija en su laptop.

—¿Desde cuándo te interesa tanto un vestido y la moda June? — Contraatacó Alex.

— Desde que me pusieron en la lista de las peores vestidas. — Respondió June. —¿ Qué te parece este? — Preguntó volteando su laptop mostrando la imagen de un vestido elegante sport, acanalado con escote en V de color celeste muy claro.

— Si, es lindo. — Dijo sacando la vista momentáneamente de su libro de derecho. June frunció el ceño e iba a decir algo pero simplemente negó con la cabeza y volvió a su busqueda de vestidos.

—¿Qué te gustaría para cenar Alex? — Preguntó Ellen. desde la puerta de la biblioteca de La Casa Blanca. Alex ultimamente se encerraba ahí, en los más recónditos pasillos, a veces a escuchar música que lo hacía sentir miserable o a estudiar en un silencio equivalente a un sarcófago.

Pero esta vez estaba en uno de los escritorios para que quien lo encontrara a estas horas de la noche no pensara que se estuviera inyectando sustancias o planeando un golpe de Estado.