Capítulo 2

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Desperté debido a un fuerte golpe en los costillas, abrí los ojos con lentitud y visualicé el dorado cabello de Gabriel.

- Buenos días bello durmiente

-Qué se supone que haces?.- Mis muñecas y pies estaban atadas por una tela suave, delicada

-Me pregunto cómo reaccionará el superior cuando vea este show

-¿ah?

- Te seguí aquí por tu actitud sospechosa y te encuentro armando un plan para matar al superior, para defenderlo te enfrento y en tu arranque de furia me apuñalas.- Lo miré estupefacto, no podría hablar en serio... verdad?

Se acercó a mi intimidante, cuchillo en mano, lo levantó y cortó la tela que me apricionaba, en un rápido movimiento deslizó la hoja por su brazo, haciendo una cortada larga y profunda.

Y entonces empezó a gritar desesperadamente, bastaron unos segundos para que el superior entrara con una horda de Ángeles

-Pero qué se supone que es esto?

- Mi señor... yo puedo explicarlo

-No lo escuche Alteza

-Gabriel por favor explícame la situación - se acercó a él para sanar su herida.

-Con gusto, ya hace varios meses que Samael actúa de manera sospechosa, pone trabas en mi trabajo y hasta a llegado a amenazarme.

-Eso no es verdad!

-A callar Sam!

Era la primera vez que lo veía tan alterado, su aura pacifista había sido transformada completamente, sin duda estaba condenado.

-Cuando me decidí a actuar y descubrir el plan de Samael, era casi demasiado tarde, señor, Sam planeaba asesinarlo y tomar el control del cielo.

-Es falso.

- No lo es, si lo fuera, cómo explicarías esto?

-Tú.. lo planeaste.. eres tú quien quiere el control del cielo.

-Samael, no puedes decir tantas injurias en una situación tan delicada, Gabriel te descubrió, nada lo justifica, ahora atente a las consecuencias.

Y fue entonces cuando caí en cuenta del engaño en el que había vivido, siempre confiado en la supuesta perfección y omnipresencia, pero en realidad era un ser que se dejaba engañar con facilidad.

Traté de escapar, huiría a donde fuera necesario, pero no permitiría que me condenen por una mentira.

-Atrápenlo!

Varios Ángeles me tomaron a la fuerza por los brazos, por más que traté no lograba sacarme.

-Preparenlo para la expulsión.

Expulsión. Eso significa destierro, bajaría al mundo humano

Los Ángeles me lanzaron al suelo y me rodearon, levantaron sus alas y unieron las puntas en la parte superior, capturandome junto al superior, su mirada ardía y el calor era insoportable.

- Has desafiado mis normas y me has decepcionado, lo que pensabas hacer no tiene perdón.

- Y quien decide si merezco perdón o no? ¿Tú? Qué te haz dejado engañar por un ser repugnante, no eres nadie sin tus arcángeles, no eres nadie para decidir mi futuro.

- Soy el creador de todo lo visible

-Sí, pero no de lo invisible, te arrepentirás de tú decisión, todos aquí se arrepentirán por dejarme caer, se los aseguro.

-Esta es tu verdadera cara Samael, vivirás revolcándote como el ser despreciable que eres, vivirás en la inmundicia como un simple mortal. Hasta nunca.

Y todo a mi alrededor ardió en llamas, el suelo en el que estaba parado se fue resquebrajando, hasta desaparecer. Y caía, caí envuelto en llamas, una gran bola de fuego atravesando las nubes y atmósferas, mis alas se desprendían de sus raíces desgarrandome, se dispersaban conforme el viento soplaba, estiré mi mano y atrapé una de mis preciadas plumas, cerré mi puño y me dejé caer.

Imapcté contra el agua y me hundí en ella, nunca en mi vida había nadado, el agua entraba en mis pulmones cortándome la respiración, entre varios intentos subí a la superficie, tomé todo el oxígeno posible y me desplace hasta la orilla, arrastrándome, las rodillas me ardían y mis pulmones quemaban, era un dolor completamente nuevo, infernal.

Me tendí en el suelo con la vista fija en el cielo, alcé mi mano y la abrí, mi pluma se había tornado de una combinación dorada y negra, nunca antes había visto algo similar. Pero esto significaba que aún tenía parte de mis poderes.

-Aún no ha terminado... de hecho haré lo necesario para hacerlos sufrir, no seré un simple mortal, llegué a este mundo para convertirme en su rey. Seré el Dios para el que fuí entrando, seré la versión desconocida de aquel Dios al que idololatran, hoy, en este suelo arenoso declaro, prometo y juro mi venganza, me declaro el Dios de la oscuridad, y haré de este mundo un completo caos.

El Verdadero Infierno de Lucifer Donde viven las historias. Descúbrelo ahora