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-¡Si lo amas tanto vete con él y no vuelvas!-gritó Hongjoong cansado y con algunas lágrimas en sus ojos.

-De hecho, el que se tiene que ir, eres tú, ¿O ya se te olvidó quién compró este apartamento?- refutó el contrario, con una de sus cejas alzadas.

-¿Ah? Yo... Bien, me voy- secó las lágrimas con sus manos, aunque seguían saliendo, y se dirigió a la habitación que compartía con Seonghwa, su ahora ex-pareja, para recoger gran parte de sus cosas.

Lo último que vió al cruzar la puerta de lugar, fue al mayor tranquilamente con su teléfono, lo que le hizo preguntar si alguna vez este gustó de él.

Hongjoong salió del edificio y se dió cuenta de que parecía una película, estaba caminando a altas horas de la madrugada, acompañado de su maleta y dirigiéndose a la única persona que se le ocurrió lo alojaría con gusto.

Tocó la puerta del apartamento de Mingi, rogando que no hubiese más nadie que el en el mismo. Un par de minutos pasaron cuando la puerta se abrió y pudo ver a un Mingi desaliñado y somnoliento, hasta que se percató de quién era la persona que había tocado su puerta y, de repente, sus ojos pequeños parecían un par de platos.

-¿Hongjoong? ¿Tú qué haces...?- se interrumpió para dejarlo pasar.- ¿Estás bien? ¿Qué haces aquí?- ambos se sentaron en el sofá.

-Hola, Mingi hyung- se rascó la nuca- yo... Mmm ¿Me puedo quedar unos días contigo? Hasta que consiga un lugar, digo.

-Oh, si, claro, por supuesto, pero... ¿Y Seonghwa hyung? ¿No se supone que vives con el? ¿Pelearon?- preguntó el pelirrojo preocupado.

-Terminamos- susurró bajito, su nariz tiñéndose de un color rojo, dando a entender que lloraría.

-No, no, no llores, por favor,- tomó el rostro del menor en sus manos y secó sus lágrimas- no llores- lo abrazó.- yo... ¿Puedo preguntar por qué? No me tienes que responder, hazlo solo si quieres.

-Supongo que nunca le gusté tanto como le gusta Yeosang.- susurró, correspondiendo el abrazo de Mingi.

-¿Quieres dormir? Deberías dormir, son las...- revisó su celular- tres de la madrugada, yo también voy a dormir, tengo que trabajar a las ocho, falta mucho, pero debo tener energía, mi turno acaba a las dos, así que siempre almuerzo allá, tu te puedes hacer algo con lo que haya en la refrigeradora, también puedes pedir algo si quieres, cuando me vaya puedes usar mi cama, ya sabes dónde está el baño, mmm, y creo que ya- siguió pensando- oh, ya te traigo algunas mantas para que estés cómodo, ah,-se interrumpió- no tienes problema con dormir en el sofá ¿Cierto?- Hongjoong negó de inmediato.- bien, ya vuelvo.- sonrió y se dirigió a buscar las mantas que el pelinegro usaría.

Cuando volvió con las mantas en manos, Hongjoong parecía ver el infinito, así que sacudió suavemente su hombro, exaltando un poco al menor, que dio un pequeño salto e inmediatamente miró en dirección al alto.

-Aquí, también te traje una almohada- le extendió las cosas- duerme bien.- cuando se iba a ir, sintió la pequeña mano de su menor sujetar la suya, deteniendo su paso.

-Hyung, muchas gracias- lo miró fijamente y le sonrió, siendo correspondido casi al instante.

-No hay de qué, pequeño, duerme- dejó un beso en su frente, y se fue a su habitación, no sin antes apagar la luz de la sala, dejando a Hongjoong en la oscuridad.

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Cuando despertó, le costó un poco darse cuenta que no estaba en el mismo lugar de siempre y en el que, que según él, no volvería a estar, o por lo menos no por mucho tiempo. Lo primero que vió al tomar su celular fue la hora, 10:02, acordándose que el mayor ya debía haber dejado el apartamento. Se levantó del sofá y se dirigió a la cocina, encontrándose un plato de comida y una corta nota.

"¡Buenos días! Pequeño, cuando me levanté no pude evitar hacerte el desayuno, espero sea de tu agrado, comelo todo que lo hice con amor.

Con cariño, tu hyung ❤❤"

Sonrió al terminar de leer la carta que el pelirrojo escribió, así que le hizo caso y comió feliz, al menos no había tenido que cocinar. Realmente no recordaba la última vez que una persona que no fuese su madre le cocinaba.

Hongjoong se disputaba si asistir a su trabajo o no, pero él enserio no tenía energías para ir, no después de terminar con su novio y que este lo prácticamente echara del lugar donde vivía en medio de la madrugada. Así que decidió no ir, además, nunca faltaba, tenía una asistencia casi perfecta, una vez al mes no le hacía daño a nadie.

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Cuando Mingi llegó a su morada, Hongjoong se hallaba durmiendo en la habitación de este, y cuando el mayor lo vió, se preguntó seriamente, ¿Por qué le terminó? Osea, el pelinegro era demasiado lindo y amable, tenía los suficientes años conociéndolo como para saberlo. Realmente Seonghwa estaba mal de la vista, y no estaba diciendo que Yeosang era feo o algo por el estilo, sino que teniendo a una persona como Hongjoong a su lado, ¿Cómo se podría fijar en alguien más? Estaba feliz de que terminaran, porque realmente el mayor no merecía ni un centímetro del bajito. Y probablemente sonaba egoísta, pero no le importaba.

Se sentó en la cama mientras veía al menor dormir plácidamente, le relajó por un momento verlo dormir, con su cabello revuelto y los labios entreabiertos, le pareció tan pequeño, frágil y tierno, que no pudo evitar acariciar con suavidad sus revueltos cabellos. Vió como Hongjoong lentamente abría sus ojitos y dirigía su mirada café hacia él.

-Hyung,- se sentó en la cama- ya llegaste, ¿Cómo te fue?

-Ah, bien, pero estoy un poco cansado- le sonrió- ¿Almorzaste?

-Oh, si, si- se quedó callado un tiempo- yo también estoy cansado y no he hecho nada.- rió flojo.

-Probablemente estás cansado emocionalmente.

-Probablemente.- respondió mirando sus manos, las cuales jugaban entre sí.








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997 palabras.
Siempre escribo la mitad de eso, lol.
Creo que esto va a salir más largo de lo que pensaba.

Can i stay with you? ;; MinJoong // 3SDonde viven las historias. Descúbrelo ahora