LAS PESADILLAS DE MICHAEL

La puerta

El hecho de verse sola en medio de tantas puertas cerradas perturbaba a Michael. Pero necesitaba buscar respuestas ¿Cómo llego ahí? ¿Para que la tenían ahí?.
Camino dando pasos suaves para producir el menor ruido posible sin pararse a ver ninguna de las otras habitaciones hasta llegar a la que tenía la puerta abierta.
El miedo le erizo todos los vellos de sus brazos, al verse al lado de la habitación. Tenía esa ridícula sensación de querer entrar pero al mismo modo, salir corriendo. Así que preparándose mentalmente se empujó hacia la entrada.
La habitación no era igual en la que ella estaba, era totalmente distinta. Solo había una mesa llena de pantallas que tapaban la muralla, todas encendidas mostrando unos gráficos circulares y otras cosas más las cuales Michael no entendía. En frente de las pantallas había una silla girada hacia la puerta.
-Alguien debió estar aquí antes de que yo llegara- su corazón aceleró antes de mencionar lo siguiente.
-Y lo más probable es que llegue en cualquier momento. Salió corriendo pensando en encontrar alguna salida, pero no alcanzo a girar por el pasillo que continuaba aquella habitación cuando chocó con alguien.
-wou, wou, wou- se alejó con las manos en la cintura.
-Vaya Michel has despertado un poco alterada.
-¿Quién eres tú? ¿¡Porque me tienen aquí!!?
-Calma Michael soy Lucía, tú enfermera, hace poco fui a ver cómo estabas y seguías dormida como un perezoso.
-Pero ¿porque me tienen aquí?, ¿Que me han hecho?
-Nada que tú no hayas consentido querida.
Las palabras de la enfermera la dejaron perpleja, helada y con el rostro lleno de asombro
-¿Nada que yo no haya querido?, ¿Cuando he querido esto?
-Em Michael....
Pero en ese preciso momento una de las pantallas de la habitación comenzó a emitir un ruido de alerta. Entrando junto con la enfermera se dispuso a observar lo que pasaba.
-Vaya, Vaya, Vaya. Con qué te has sacado todo lo que te pusimos para monitorearte eh.
-Si!!!- grito alterada
Bueno tendremos que volver a tu habitación a ponertelos, necesito tomarte un electrocardiograma.
-No me moveré de aquí hasta que respondas mis preguntas!!!!
Del pasillo apareció un hombre, con el mismo traje que Lucía por lo que instruyó que igual era enfermero.
-Hola Lucía, falta alguien a quien monitorear.
-Si, la señorita de aquí despertó más asustada de lo habitual y se lo ha sacado, pero ya vamos de vuelta a su habitación.
-Perfecto, necesito que después vengas a la sala de control. Tenemos que hablar un asunto importante.
-¿ Muy importante?
El hombre se alejó mientras le guinaba el ojo.
Justo cuando Michael se disponía a continuar con más preguntas, las luces del pasillo cambiaron drásticamente de color, se volvieron  rojas, emitiendo un ruido de alarma y todas las habitaciones se cerraron por dentro.
Lucía y Michael se quedaron mirando en medio del pasillo mientras el hombre que recién se había alejado vuelve corriendo.
-Lucia ve!!!!, Te necesitamos!.
-¡ Y ahora ¿Que ocurre?!!!!
-Tranquila Michael!, Iré a ver qué está sucediendo, quédate aqui y no vayas a ningún lado- La mira Lucía con cara de pánico
Corriendo por el pasillo se alejó la enfermera mientras el corazón de Michael latía a 100 por minuto. Pero ella no se podía quedar así, sin respuesta y sin saber lo que ocurría. Así que con la adrenalina corriendo por sus venas decidió seguir a Lucía.